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Unos toques en la puerta llamaron mi atención e hicieron que me volteara, pues estaba abierta, cualquiera que quisiera entrar podría hacerlo y ya.

Vaya, ¿Qué le trae a mi cuarto en su hora del almuerzo, don "me molesta que interrumpan cuando estoy comiendo"? —Le hice burla al verlo parado en el marco de la puerta. Peke J estaba en sus brazos, Baji rascaba la parte trasera de su oreja, tal vez para calmar la ansiedad del momento.

Hoy es mi turno de sorprenderte —Dijo un tanto más tranquilo, tal vez mi broma lo hizo sentirse más seguro de alguna forma.

Y, eventualmente, ya me sorprendió con eso.

¿Qué? ¿Iremos a algún lugar?

Sí, podría decirse que sí. Pero no es ningún lugar al que nunca hayas ido —Sonrió al ver la curiosidad en mis ojos, nunca fui bueno para ocultarla— Iremos en la noche y supongo que hará frío, así que te recomiendo llevar algún abrigo.

¿Entonces cuál es la sorpresa?

Me estremecí cuando Baji dejó al gato en el suelo y se acercó a con lentitud, sus pasos resonando con cada pisada, hasta que sus manos se deslizaron por mis hombros hasta mi cuello por detrás. Esas cálidas manos que de alguna u otra forma siempre llegaban a mi.

Si te lo digo, ya no sería una sorpresa —Fue lo que me susurró antes de alejarse, llamar al felino negro e irse con su estúpida sonrisa victoriosa en la cara.

Tenía tantas ganas de golpearlo.

Le quería demasiado.

No podía contener la curiosidad que me abundaba, desbordaba por todos lados, mi pierna se movía con frenesí aún estando apoyada en el sofá y, mis ojos estaban fijos en la tele, pero mi mente estaba maquinando y tomando todas las opciones que pudie...

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No podía contener la curiosidad que me abundaba, desbordaba por todos lados, mi pierna se movía con frenesí aún estando apoyada en el sofá y, mis ojos estaban fijos en la tele, pero mi mente estaba maquinando y tomando todas las opciones que pudieran haber por los rincones de mi cabeza.

Mikey me estaba mirando extraño porque me notaba extraño. Se había mantenido recostado de lado en el sofá frente a mí, el de Baji, pero luego se cansó de esperar una explicación o al menos una pista de lo que me sucedía, y apareció repentinamente a mi lado.

¿Los humanos pueden contraer alguna enfermedad que los haga moverse con frenesí todo el jodido rato? ¿O será que Baji trajo algún virus del infierno y se te pegó?

Lo miré extrañado, apartando la vista de mi Diosa Vi.

¿Por qué no está la opción de que tú hayas traído algún virus?

Soy 100% higiénico.

Sí, por supuesto —Tosí falsamente. Evité recordarle que los demonios no se bañan, son espíritus, no tienen la necesidad de hacerlo— No tengo ningún virus ni estoy enfermo, Mikey. Solo tengo una... torturadora curiosidad.

Your Demon, My Angel {Bajifuyu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora