capítulo 1

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Todo comenzó de una forma brusca con él, incluso cuando nos reencontramos.

No es algo que me enorgullece contar pero así fue, entre burlas, golpes y un sin fin de cosas que ocurrieron en la preparatoria es que estoy ahora escondiéndome detrás de un árbol para que él no me vea.

Ah, ¿Quién es él? 

—Sam, no puedes esconderte detrás de este árbol toda la fiesta.

Alaska, mi mejor amiga esta parada junto a mi mirándome con impaciencia, sus ojos celeste se mueven de un lugar a otro y sus brazos están cruzados sobre su pecho. Si no salgo ahora de mi escondite lo que voy a lograr es morir en sus manos porque acabará matándome.

Ella había estado planeando hace una o dos semanas venir a esta fiesta, decía que este sería nuestro debut para poder tener un estatus alto en la universidad. En otro momento también hubiera estado como ella, creyendo que mi vida social es lo único que importa pero... ¿De qué sirve estar rodeada de personas si en los momentos difíciles estás sola? 

Oww... que poético me salió eso.

La rubia me toma del brazo e intenta sacarme arrastras.

—¡No puedo salir, Ash!—murmuró aferrándome con todas mis fuerzas a la corteza del árbol.

—¡Tienes diecinueve años, Savannah!—se queja y yo le sonrió intentando apaciguar el mal humor que se estaba apoderando de sus facciones.

—¿Recuerdas todo lo que le hicimos?—preguntó.

—Lo que le hiciste—corrige.

—Bueno, si lo que le hice.

La camioneta negra que habíamos visto en el estacionamiento aparece en mi campo de visión y entonces lo veo bajarse de esta con una chica castaña que parece ser mucho más pequeña que él. 

Se ve tan distinto, su cuerpo ya no se ve flacucho y débil si no que todo lo contrario se nota que ha estado trabajado por horas en el gimnasio, su cabello que antes era tan oscuro como el cielo nocturno ahora está teñido de blanco y sus dientes ¡Por Dios! Su sonrisa me está derritiendo más de lo que ya lo hacía, le han quitado los brackets y ahora en sus labios no hay más que una sonrisa perfecta de dientes blancos.

—De seguro ya se olvidó de ti, Sam.—dice intentando sonar convincente.

—Ve y yo después te alcanzo.

—No voy a dejarte sola, estúpida y menos detrás de un árbol.—admite.

Fui muy cruel con él pero quizás podría disculparme y... 

¿A quién quiero engañar? Jamás me va a perdonar lo que le hice, literalmente marqué su vida y no precisamente en el buen sentido. Hice que todos lo vieran como un bicho raro y que todos lo tuvieran en la mira para burlarse o desquitarse con él si habían tenido un mal día.

Vuelvo mis ojos a Ash y finalmente aceptó entrar en la fiesta, debía enfrentar los problemas ¿verdad?

Tomó la mano de mi mejor amiga y ambas comenzamos a caminar a la casa, si Sydney, la hermana de Alaska y también mi otra mejor amiga, hubiera estado aquí hubiera odiado el hecho de que esté escondida detrás de un árbol cual ardilla golpeada. Estoy casi 100% segura de que se hubiera reído de lo patética que estoy siendo.

Porque es cierto, ¿desde cuándo Savannah Miller se ocultaba detrás de un árbol por miedo a que la vieran? 

—Tu novio está dentro, Ryan no te hará nada.—vuelve a hablar y me sorprende el hecho de que sepa que él está dentro, lo último que le había dicho fue que él no vendría.

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora