capítulo 19

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—Yo no hice nada, señor director— me defiendo pero el hombre solo niega con la cabeza.

Estaban acusándome de a ver dañado varios cuadros del salón de arte cuando yo no tenía nada que ver. Ni siquiera sabía de la existencia de ese salón.

— Por el contrario Ryan puso dos ratas muertas en mi casillero.—continúo.

Miro con desprecio a el chico que tengo al lado, tiene los brazos cruzados sobre el pecho, lleva puesta una remera negra, unos jeans oscuros y el pelo completamente desalineado haciendo que las facciones de su rostros se vean aún más varoniles.

Si no estuviese tan enojada por lo que hizo estoy más que segura que se me estaría cayendo la baba de lo bien que se ve desde esta perspectiva, sin embargo su pésima actitud dejaba completamente de lado su físico.

—Señorita, ¿Tiene usted pruebas de lo que esta diciendo?

El director no tenía ganas de lidiar con nosotros, eso lo dejaba más que claro con el tono vago que pronunciaba cada palabra.

—No,— acepto que no tenía pruebas contra Ryan—¿usted tiene pruebas sobre lo que supuestamente hice?

El hombre chasquea su legua mientras deja sobre la mesa un disco que dice "cámara de seguridad" en letras negras.

—Tenemos las grabaciones de seguridad, usted aparece en el video.

—¿Que... yo que?—balbuceo con enojo siendo incapaz de encontrarle el sentido a eso.

Era imposible que apareciera en las malditas grabaciones no había pisado el establecimiento para otra cosa que no sea ir a clases incluso ya no almorzaba en la cafetería porque prefería quedarme estudiando y comer directamente en el departamento.

Esto era una maldita broma.

Miro a Ryan, el lado derecho de su labio se curva ligeramente hacia arriba, un gesto tan sutil que de no ser porque lo conozco a pasaría desapercibido. Él solía sonreír así cuando las cosas iban como lo había planeado, porque claro, todo esto era obra suya en su afán de obtener su amada venganza.

El director se pone en pie y coloca el disco en el DVD, rápidamente la pantalla oscura se pone de color blanco y nos deja ver los clips grabados. Un largo suspiro sale de la boca del hombre mientras toma el control en sus manos arrugadas.

Era un hombre grande al cual la vida lo había pasado por encima como si fuese un camión sin frenos, sus ojos estaban caídos al igual que sus hombros haciendo que opté una postura encorvada. Se vuelve a sentar y preciona el clip con el minuto 27:01.

En el video aparece una chica de cabello rojo con ondas en las puntas, lleva un vestido blanco y un bolso marrón cuelga de su brazo, en ningún momento se le ve el rostro sin embargo tiene una contextura física similar a la mía. Ella mira para ambos lados y luego saca un cuchillo de su bolso para comenzar a romper todos y cada uno de los lienzos que se encontraban puestos en el caballetes, algunos estaban en blancos y otros tenían lindas pinturas la cuales estoy muy segura que les costo días hacer a los estudiantes.

—Ahí lo tiene, señorita.— dice el director—¿seguirá negando que lo hizo?

—Es que yo no lo hice.

—Ahí están las pruebas, pelirroja.

—¡Tú cierra tu maldita boca!

Ryan abre los ojos con exageración mientras que mira al director como si yo fuese una loca y el un pobre diablillo.

Hijo de puta.

Se las estaba cobrando como el mejor.

—Cuide su boca, Miller.— interviene el director— No hay pruebas de que él fue el que hizo eso en su casillero pero me aseguraré yo mismo de encontrar al culpable. Por otro lado estas castigada, una semana ordenando libros en la biblioteca.

—Pero... No tengo tiempo, director.— apoyo mis codos sobre el escritorio blanco—Cuando salgo de aquí tengo solo dos horas libres para hacer las tareas y luego debo entrar a trabajar.

—Deberá hacer un esfuerzo entonces.— responde dando por concluida la conversación.

¿Dónde demonios estaba la justicia? ¡Estaba negando los cargos y me castiga de todos modos!.

—Si quieres puedo ayudarte.— Dice Ryan de de forma burlesca antes de ponerse en pie y retirase de la oficina.

<<— Sabe a la perfección que la agresión no es permitida en estos pasillos.

—Él me ataco primero.— se defiende Ryan.

—En las cámaras de seguridad se ve a la perfección como usted le da un golpe.— le responde mirando unos papeles sin ponerle mucha atención a lo que Ryan decía.

Simón siempre se salía con la suya, que fuese el capitán del equipo de fútbol y que sus padres tuvieran dinero parecía solucionarle la vida.

Ahora Ryan se había "metido" en su camino y no la sacaría barata.

—Simón me dio el primer golpe ¡la cinta esta cortada!

—¿Me acusa de manipular las cintas?

—Por supuesto, yo no lo golpeé primero.— Ryan me mira esperando que de mi apoyo pero yo permanezco en silencio.

— Decir calumnias de ese estilo puede derivar a la expulsión del establecimiento.

Él pobre hombre estaba más que cegado por el dinero que los padres de Simón habían puesto sobre el escritorio.

—¿Y qué pretende que haga?— Se queja.

—Aceptar el castigo de lo que ha hecho y olvidar el asunto.— responde con tranquilidad.

—¿Que castigo piensa darme por algo que no hice?— suspira mientas se recuesta sobre el asiento.

—Hay un polvoriento ático que queremos desocupar, vas a estar ahí por los próximos cinco días.

Ryan asiento con la cabeza derrotado, él sabía que lo mejor que podía hacer era aceptar el castigo y cerrar su boca. Le gustaba mantener un perfil bajo y continuar diciendo la verdad no iba en esa dirección así que prefiero tragarse sus palabras.

—Y usted— la mirada del director se coloca en mi— Va a ayudarlo.—Me quedo callada y esto le da el pie para que continúen hablando—¿Que es eso de poner cosas muertas en el casillero de un compañero?

Al salir de la oficina quise ir detrás de él pero mi cara era lo último que desearía ver después de lo que hice>>

El director me dice que puedo retirarme y encuentro escucho esas palabras salgo disparada hacia la puerta para ir tras Ryan.

—¿Este es tu plan? ¿Acusarme con el director?— le grito pero él no se da vuelta y continúan caminado.— ¡Se que me escuchas, Jack Frost!

—¿Jack Frost?— pregunta— Jack Frost y la pelirroja de bonitos ojos... Me gustan esos apodos.

Consejo N°19 De Savannah para tí.

La mentira tiene un sabor dulce que con el tiempo se vuelve amargo, la verdad tiene un sabor amargo que con el tiempo se vuelve dulce.
Una frase que solía recitar mi abuela cada vez que decía una mentira.

💋

La cosa se pone interesante y solo se que Ryan no se va a detener hasta conseguir hacerle a Sam cada una de las cosas que ella le hizo.

Preguntitaaaa....

¿Personaje favorito?

¿De donde me leen?

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(@saxney_ )

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora