capítulo 31

14.7K 1K 251
                                    

Emilia Black se sienta en la silla que esta frente a mi. Mi corazón late a toda velocidad por los nervios que siento.

—¿Cómo te a ido?-— pregunta directamente mientras me mira a los ojos.

Me aclaro la garganta.

—Bien...

Miro disimuladamente hacia ambos lados buscando a alguien que me salve, pero, oh sorpresa no hay nadie que se percate de la situación. Todos están tan inversos en sus conversaciones, en sus bebidas o viendo sus celulares que nadie me nota.

— Gracias por darme un espacio en su casa.— Ella me sonríe con amabilidad.

— No hay de que, querida.

Emilia era una gran mujer, tanto como madre como abuela. Más de una vez había sido gentil conmigo y creo que de ahí mismo viene la incomodad que siento en estos momentos.

Comportándome como lo había hecho con Ryan no le estaba haciendo demasiado honor a todas esas veces que ella me había ayudado.

Me hace un gesto hacia el vestido y luego vuele a hablar con un tono de voz amable pero cuidadoso.

— Te ves muy hermosa hoy, me alegra que vinieras.

— Usted también se ve muy linda...

— Ay, por favor. Deja de decirme usted o comenzaré a envejecer aun más rápido.

Una sonrisa involuntaria se posa en mis labios ante los gesto que hace con su rostro. Si era atractiva ahora, a pesar de los años, no me quiero imaginar lo hermosa que habrá sido en su juventud.

—¿Cómo han ido las cosas con tu madre?

<<La sangre aún brota por mis labios y su gusto saldo se adueña de mi boca.

La lágrimas no paran de salir, quiero detener el llanto pero me parece algo imposible. Paso ambas manos por mi cabello para intentar acomodarlo un poco antes de golpear la puerta.

Toc. Toc.

Espero por unos segundos a que Ryan salga, había arrogado varias piedritas a su ventana, también lo había llamado pero no hubo respuesta de ninguna de las dos cosas. Había pensado en ir a casa de Simón pero dudaba mucho que él fuese a estar allí, sin contar que en el único lugar en el que me sentía segura era con Ryan. Él no diría nada.

La puerta se abre ligeramente y Emilia me da una mirada de horror.

—¿Que te ocurrió?— me pregunta mientras que se abalanza sobre mi y yo lo único que puedo hacer es romper en llanto.

Me sentía la cosa más inútil y desechable del planeta. Quería esconderme en el pecho de Ryan y olvidarme del caos de mi vida por unos instantes.

—¿S-se encuentra Ryan?— logró formular entre lágrimas.

Emilia me hace pasar a la casa mientras me la un abrazo que no hace más que romperme un poco más. Era lo que necesitaba para dejar salir aún más la tristeza, ella se separa de mi mientras me mira con cierta ternura.

—Todo estará bien ¿Si?— mira mi labio roto y luego me mira directamente a los ojos, como si con su mirada intentase decirme "todo estará bien"— Voy a ir a buscar el botiquín, enseguida vuelvo.

Cuando vuelve con la caja metálica para limpiar la herida del labio me dice que Ryan volverá enseguida, que ella estaba haciendo una galletas para que ellos merienden pero que el tiempo parecía eterno, me cuenta que le costó mucho hacer la masa para las galletas y que le vendería muy bien alguien con quien tomar un té mientras espera a Ryan, Kale y Lily.

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora