capítulo 28

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El cielo esta cubierto de nubes negras y la lluvia cae con fuerza. Ryan lleva el paraguas que es lo suficientemente grande como para cubrirnos a ambos de las gotas de lluvia.

Él camina delante mío, con pasos seguros y confiados. Yo lo sigo, tratando de no resbalar en el suelo mojado ya que hace no mas cinco segundos casi me caigo por culpa de las malditas baldosas.

Miro al cachorro que tengo en brazos. Su pelo blanco esta húmedo por la lluvia, también tiene una que otra mancha de barro por el cuerpo.
Cuando llegara al departamento, del cual por cierto me habían desalojado por culpa del peliblanco que va delante mío, le voy a tener que dar un buen baño para sacarle toda la suciedad.

El cielo ruge haciendo que Erre comience a mover la cola con entusiasmo, estaba emocionado por la lluvia y por eso mismo comenzó a moverse de un lado a otro en mis brazos, tratando de escapar de mi agarre.

— ¡Quédate quieto!— gruño pero el continúa moviéndose.

Trato de sujetarlo con más fuerza, pero pierdo el equilibrio y me tambaleo. Maldigo por lo bajo haciendo que Ryan se de cuenta de lo que está sucediendo. Él se ríe como si la escena fuese la cosa más graciosa del mundo. Extiende sus brazos para intentar ayudarme con el canino rebelde, pero es demasiado tarde, en un abrir y cerrar de ojos acabo cayendo al suelo mojándome completamente.

— Mierda.

La ropa se me pega al cuerpo, siento como el sabor del barro inunda mi boca. Erre vuelve a intentar escaparse pero logro sostenerlo y hacer que se quede quieto.

— Que torpe eres, pelirroja.

Lo miro con fastidio, pequeñas gotas de agua con barro me recorren el rostro, el pelo y... ¡Demonios, todo el cuerpo!

Muerdo el interior de la mejilla para no comenzar a insultar.

Ryan me extiende su mano libre para ayudarme a levantarme y yo se la acepto sin mirarlo a la cara, sentía vergüenza principalmente porque tenia la cara cubierta de agua sucia y la ropa se me había adherido al cuerpo como una segunda piel.

— ¿Recuerdas cuando salimos de la librería y se había desatado una tormenta horrible?

Una pequeña sonrisa aparece en mis labios.

— Te largaste a llorar porque tus libros se habían mojado.— recuerdo mientras comenzamos a caminar nuevamente.

— Había gastado todo mi dinero en ese maldito 2x1.— gruñe como si reviviera la angustia que sintió ese día— Y encima no me diste el beso.

— Tú abuela me interrumpió.

<<Exactamente tres horas habíamos pasado dentro de la librería, no teníamos tanto dinero para comprar muchos libros pero dio la bendita causalidad de que había un 2x1 si eras cliente regular. Y como Ryan iba todas las semanas era claramente considerado un cliente estrella.

Cuando Ryan acaba de pagar los cuatro libros que se compró él y los dos que me había comprado yo ambos salimos disparados hacia la puerta. La mujer de la caja nos había envuelto los libros en bolsas para que no se arruinen con la lluvia que se desataba afuera del salón vidriado donde se veía como el viento hacia bailar a los árboles a su antojo.

— Te dije que iba a llover.— se queja mientras guarda la bolsa con libros en su mochila.

— Mojarse no te va a oxidar.

— Si se mojan los libros...

— Si se mojan los libros te regalo un beso— lo interrumpo comenzando a correr hacia la lluvia sin darle tiempo de que responda.

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora