capítulo 20

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Al abrir los ojos lo primero que hago es insultar a Ryan en todos los idiomas habidos y por a ver. No había podido dormir bien en la noche debido al fuerte dolor de cabeza, el trabajo ayer había sido realmente pesado, una banda muy conocida había ido al bar y todo estaba que explotaba de gente sin contar la cantidad de viejos asqueroso que merodeaban el lugar con el único propósito de fastidiar.

Me levanto de la cama mientras que intento ignorar el impulso de volver a acostarme, el único tiempo que tenía disponible para ir a ordenar los estúpidos libros que había dicho el director era por la mañana y cuando digo "por la mañana" me refiero a las seis a.m.

Voy directamente al baño con Erre pisándome los talones e intentando morderme los pies, esa bola de pelos había crecido bastante y dentro de unos meses ya no podría sacarlo del edificio escondido en mi chaqueta pero... Ya abría tiempo para preocuparme por eso, por el momento ya tengo suficiente.

Una vez en el cuarto de baño me miró al espejo e intento pasar por alto el hecho de que la cara de cansada que cargo me da un aspecto de ex convicta en rehabilitación.

Había salido del trabajo a las cuatro a.m., Luisa había aceptado ocupar mi puesto con la condición de que otro día yo la ayudara a ella, así que ahora que lo pienso solo dormí tres malditas horas.

¡Tres malditas horas y aun me queda un largo día por delante!

¡Infeliz!

Después de darme una ducha rápida, lavar mis dientes y cepillar mi cabello voy al placard donde saco un pantalón de ejercicio gris, un top negro y una campera de hilo que me había regalado mi madre para mi cumpleaños.

Sinceramente hoy no tenía ganas de nada, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadie y eso era un arma de doble filo, cuando nos concentramos en lo que no queremos es como si el universo mismo no supiese interpretar nuestros sentimientos y nos diese una bofetada con todas las situaciones que intentamos evitar.

Eso, mis queridas amigas, fue lo que ocurrió esa mañana.

Al llegar a la biblioteca, una mujer me preguntó cómo estaba y seguido de eso pasó a mostrarme los pasillos de libros que tenia que ordenar mientras decía que con dos horas en la mañana estaría bien. ¡Dos malditas horas, tocando libros polvorientos que parece van a deshacerse si los tocas de forma brusca!

Cuando la bibliotecaria se fue lo que hice fue sentarme en el suelo sacar el celular y los audífonos de la mochila para poder ponerme algo de música e intentar olvidar el hecho de que estaba cumpliendo con un castigo que no merecía.

Mientras que limpio y guardo libro tras libro en los estantes la canción end up here de 5 seconds of summer suena a todo volumen haciendo que la tristeza amenace con inundar mi alma.

"How did we end up here" (¿Cómo terminamos aquí?) Dice una parte del estribillo de la canción y aunque es una bonita canción de amor me resulta imposible no llevarla a mi situación actual.

¿Cómo terminamos así?

Creo tener una respuesta a esa pregunta de tres palabras.

Error tras error.

—¿Disfrutando la vida?— pregunta quitándome uno de los auricular.

Limpio el polvo que tengo en mis manos con el pantalón mientras lo miro con mala cara.

—Desaparece de mi vista o voy a matarte aquí mismo.— gruño evitando por completo el contacto visual.

—Morir en tus manos sería un privilegio, pelirroja.— responde poniéndose de rodillas para quedar a la misma altura que yo.

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora