Dos días después las cajas con mis cosas están contra la pared, Erre durmiendo en su mantita a un costado de la cama y yo me encuentro mirando el techo.Esto de aceptar vivir en la casa de Ryan había sido una mala idea, la incomodidad que sentía realmente había alcanzado niveles que no creía que existieran. Ayer fue mi primera noche aquí, gracias al cielo la abuela de Ryan no estaba y pude ahorrarme el momento embarazoso.
Mi panza gruñe, tenía tanto hambre que juro podría comerme diez desayunos.
Dos golpes en la puerta del cuarto hacen que me ponga de los pelos.
-— ¿Sam?— dice Kale.
Me pongo en pie con rapidez, le abro la puerta y lo arrastro dentro de las cuatro paredes.
— Buen día—me saluda con ese tono alegre que tanto lo caracteriza.— ¿Vamos a desayunar?
—¿Estás loco?— me siento en la cama— No pienso salir de aquí.
— ¿Por qué?—pregunta frunciendo el ceño.
Miro a Erre quien se encuentra durmiendo plácidamente.
— Me da muchísima vergüenza ver a tu abuela— admito.
— Ella ya sabía que vendrías, de hecho acepto sin pensarlo que te vengas aquí unos días.
Kale se recuesta en la cama y yo me lo quedo viendo, había cambiado muchísimo desde aquel día que me ayudó en la fiesta y me trajo a dormir a este mismo cuarto. Su cabello ya no está rasurado si no que ahora está ligeramente largo y unos rulos intentan formarse en las puntas, la lluvia de lunares decoran su rostro pálido dando la sensación de que es una pequeña galaxia.
—No quiero bajar— repito.
— Mi abuela no está en la casa ahora.— dice lentamente— podemos desayunar algo e ir al parque.
Su propuesta me parece tan tierna que sonrío.
— Tengo que preparar un ensayo...
—Entonces desayunamos, vamos al parque y te ayudo a terminar el ensayo ahí.
Antes de salir del cuarto voy al baño para lavarme la cara y cambiarme de ropa. Me pongo un vestido verde de mangas largas que al final se abren como los famosos pantalones pata de elefante, en un momento este solía ser mi vestido favorito, levanto mi pelo en media cola después de lavarme el rostro y cepillar mis dientes.
Me miro al espejo y una chica nerviosa me devuelve la mirada.
Todo estará bien. Me digo a mi misma.
(...)
Kale va unos escalones más abajo y yo lo sigo detrás, la casa aún no paraba de sorprenderme. ¡Era gigante! Y si, ya lo había dicho varias veces pero es que...
Ni siquiera la casa de mi madre tiene esta magnitud, en cuanto bajamos las escaleras sigo a Kale hasta la cocina. Ahí esta Lily, la hermana pequeña de Kale y Ryan, su cabello es negro como solía ser el de él peliblanco, sus ojos son verde oscuro y su piel está ligeramente bronceada.
La última vez que la vi era una niña de unos nueve años y ahora... Pues, parece una adolescente. ¿Cuantos años debía tener? ¿doce?
— Buen día— nos saluda con aburrimiento sin mirarnos ya que se encuentra viendo hacia la ventana.
—¿Que te ocurre?— le pregunta Kale mientras abre el mueble que esta en la parte superior de la cocina para sacar un paquete de galletas.
— Ryan ya consiguió reemplazo.— le responde haciendo que Kale mire hacia el gran ventanal que tiene la cocina.
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Besos sobre tu tumba
Teen FictionSavannah Miller; egocéntrica, reina del baile, capitana del equipo de porristas y un sin fin de calificativos que llevan a lo mismo. Una perra que se cree más que nadie. Ryan Black; la víctima preferida de Savannah, la palabra imperfección es la que...