capítulo 15

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Diez minutos en un closet era mucho y más teniendo en cuenta que era con Kale, el hermano del amor de mi vida quien ahora iba a detener un bebe y se había olvidado por completo de mi.

Ok. Si, quizás muy exagerado todo.

Pero el dolor que sentía en el pecho era horrible e inexplicable y ni siquiera tenía mucho sentido. Yo había sido una perra en todo aspecto y supongo que merecía los golpes que me estaba dando el karma.

Me pongo en pie me saco la remera y luego le tiendo la mano a Kale.

— No voy a sacarme el pantalón— le digo cuando acepta mi mano.

Caminamos hasta el cuarto de Brandy ya que ahí era el único lugar donde había un closet.

— Solo son diez minutos, eh— bromea Luisa cuando ambos pasamos la puerta para entrar al cuarto.

Kale abre la puerta del armario y para nuestra sorpresa el suelo está vacío, es como si Brandy hubiera sabido que alguien iba a meterse ahí. Aunque ahora que lo pienso es muy probable que si, ya que fue ella misma la que armo el juego.

Primero entro yo y luego Kale, las puertas del closet se cierran y en cuanto eso pasa escucho como Owen ríe y le dice a Luisa que deje de grabar. Estaban en la puerta espiando.

—Esto es incómodo y estoy aplastado.— se queja y estira ligeramente una de sus piernas.

— Quédate quieto— Chillo.

La oscuridad del lugar no ayudaba en nada al mareo provocado por el alcohol, si no que por el contrario me hacía sentir desorienta.

Él se remueve un poco más.

—Quédate quieto, me estas dejando con menos espacio.— me quejo.

Definitivamente estar en un closet con él no era para nada romántico o excitante.

Se mueve otra vez pero de una forma más brusca tanto asi que con su codo me golpea el rostro.

—¡Ay! Imbécil mi cara.

— Lo siento, perdón.— se disculpa con una risita.

—Creo que me rompiste la nariz.

Llevo una de mis manos a la zona  mientras finjo un sollozo, el golpe que me había dado ni siquiera había sido tan fuerte pero quería que se sintiera culpaba por no hacerme caso y seguir moviéndose.

—Ay, Sam lo siento.

Él se abalanza sobre mí y debido a la absoluta oscuridad que hay acaba tan cerca de mi rostro que me quedo paralizada.

—Estás muy cerca.

— Lo sé.— dice sin alejarse— Quiero ver tu nariz.

Mi corazón se acelera y una sonrisa aparece en mi boca.

— Mi nariz esta bien, era solo una broma.

—¿Con que una broma?— susurra.

Me remuevo lentamente cuando siento como su respiración está cada vez más cerca de mi cuello.

¿Que demonios estaba sucediendo?

La verdad es que no lo sé y tampoco se si quiero saberlo.

—¿Viste a Brandy besándose con otro chico?— susurro muy bajito para asegurarme de que nadie nos escuche.

— Se estaba besando con Owen y luego se beso con Luisa.— responde.

¿Brandy con Owen? ¿Que me estaba perdiendo?

—Si quieres hablar de fracasos amorosos yo gano— continúa.

Por unos instantes creo que Kale definitivamente ganaría pero después recuerdo a su hermano y obviamente el puesto número uno esta esperándome.

—¡Tu maldito hermano, quien por cierto es la perfección andante va a tener un bebé! ¿Comprendes lo que significa? Si hablamos de fracasos amorosos yo voy primera.

Una risa divertida brota de su boca.

— Ni siquiera yo puedo creer eso.

Volteó ligeramente mi rostro hacia donde está él y ¡Demonios!

Lo tengo muy cerca y eso no me produce absolutamente nada.

<<—¡Te besaste con él!— exclama Ryan con un tono de molestia.

Si, me había besado con Simon pero no había logrado sentir nada. ¿Había algo mal en mi o simplemente no era la persona?

—Fue horrible.

— Claro, vas y besas al Capitán del equipo de fútbol y dices que besa mal. No me tienes porque mentir.

—No estoy mintiendo, no fue nada de otro mundo simplemente fue chocar labios.

— Que asco.— dice sacando la lengua.

Si, había sido un asco.

— Creí que sería diferente.— afirmo.

Ryan agarra una pequeña caja polvorienta y la hace girar.

—¿A cuantas personas besaste?— pregunta sin mirarme.

La pregunta no me sorprende él sabía que había besado a varios chicos y yo sabía que él no había besado a ninguna chica.

— No lo sé. ¿Seis?— respondo dudosa.

— ¿Tienes dieciséis años y solo besaste a seis personas?— la sorpresa tiñe se pregunta.

— Y tú tienes diecisiete y no haz besado a ninguna— lo atacó.

—Oye.

El silencio se adueña del lugar hasta que me armo de valor y le pregunto lo que había estado horas meditando sobre si preguntar o no.

—Hoy tengo entrenamiento, ¿Quieres venir a verme?

Ryan siempre insistía en ir a mis entrenamientos pero me daba demasiado pánico que lo vieran Alaska y Sídney mirándome, se que luego de eso se vendrían miles de rumores y chismes.

— ¿Lo preguntas enserió?

— Si.— afirmo.

Sabiendo que de seguro desborda felicidad al oírme afirmarlo.>>

El roce de la mano de Kale sobre mi mejilla me saca del recuerdo, ojalá no hubiera sido tan cobarde.

Ese día cuando él fue a verme entrenar Simón apareció ahí, comenzamos a hablar y acabamos besándonos. Luego los amigos de él notaron la presencia de Ryan en las gradas y comenzaron a molestarlos.

Y yo me quedé ahí, sin decir nada.

— Estoy jodida por tu hermano.— admito y esto lo hace reír.

—¿Algo que no sepa?

— Por alguna extraña razón tenerte así de cerca no me produce nada pero...

—¿Pero?

—¡Se acabaron los diez minutos!— dice Owen haciendo que salgamos del diminuto armario.

Al salir la luz me cega por completo mi vista haciendo que me apoye en el cuerpo de Kale para mantenerme parada.

— Creo que...— intento decir mientras reprimo una arcada— acompáñame al baño.

Definitivamente no más alcohol por esta noche.

Kale pasa uno de sus brazos por mi cintura y me arrastra hasta el baño donde sin pensarlo dos veces vomito todo.

Mierda. Esta era la segunda vez que él me veía vomitar.

Consejo N°15 de
Savannah para ti.

Si vas a emborracharte jura hacerlo de forma consiente y no hasta vomitar. (Apúntenlo en su libreta)

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora