capítulo 14

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<<— ¿Entonces vas a casarte con él y tener hijos?

Una risa se escapa de mi boca ante la ridiculez que acaba de decir, Simón no me terminaba de convencer.

Si, quizás tenía un cuerpo ejercitado, tenía unos ojos color verdes y era el capitán del equipo de fútbol del instituto pero eso realmente no significaba nada. No cuando tenía a Ryan delante mío, él jamás necesito aparentar ser alguien que no era, tampoco necesitaba ser el capitán de algún equipo para ser interesante y mucho menos necesitaba ejercitarse para verse atractivo.

Por dios, ¿realmente acabo de pensar eso?

Trago saliva y aparto mis ojos de él como si por arte de magia pudiese leer mis pensamientos.

— Demonios. No, jamás estaría con Simón.— miro la pantalla del televisor— Y no quiero tener niños, son insoportables.

Ryan me mira, aunque yo no lo esté viendo se que ha levanto las cejas con asombro.

— ¿No te gustan los niños?— pregunta mientras acomodas sus lentes en el puente de la nariz.

— No...—digo y entonces pregunto:—¿Quieres tener hijos?

Mis ojos volvieron a estar sobre él.

Ryan asiente con la cabeza mientras sus mejilla se vuelven ligeramente rosadas.

— Si, me gustaría tener dos niñas.

Me quedo en silencio mientras respiro hondo y a mi mente viene la tierna imagen de Ryan diez años mayor, esta en una plaza, junto a él a una pequeña de cabellos negros igual que el suyo. La niña le susurra algo al oído que lo hace reír, entonces noto que en brazos sostiene a una bebe de tan solo unos meses, su cabello es rojizo similar al mío y sus ojitos son oscuros como los de Ryan...

—¿Que estás pensando y por qué sonríes cómo tonta, pelirroja?— su voz me saca de la bonita escena.

— Nada...— susurro— Nada. Solo tonterías.

— Pensar en ser la madre de mis futuras hijas no es una tontería— bromea.

— Cállate idiota.— digo con seriedad— Mira que yo— levanto ambos brazos haciendo un movimiento exagerado— La capitana del equipo de porristas tendría hijos contigo.>>

 

Agarro un vaso de gaseosa que hay en el medio del circulo que hemos formado con nuestros cuerpos y le doy un largo trago para aliviar la picazón en mi garganta.

— Si, al parecer ayer Maya estaba con dolores, fueron al hospital y bueno...— le responde Kale a Luisa.

— No sabía que iban tan enserió— dice Owen.— Conozco a Maya prácticamente desde que nací, jamás la vi tan enamorada de alguien. Es una chica dura los sentimientos y todo eso no era lo suyo.

Mientras escucho la conversación siento que voy a salir flotando del lugar, es como si todo fuese un sueño, o bueno, una pesadilla.

— Yo amo la pareja que hacen— afirma Luisa mirando aún la foto.

Los ojos de Brandy se colocan sobre mi y entonces es como si pudiera leer mi expresión de incomodidad.

— ¿Antes de comenzar a jugar que les parece si tomamos cuatro shots cada uno?— propone la pelirosa mirando al grupo logrando así desviar todo el tema de conversación anterior.

Gracias Brandy. Eres mi ángel de la guarda.

— Yo acepto— Owen se mete un último bocado de pizza a la boca y luego se pone en pie para desocupar el círculo,— Voy a buscar los vasitos.

Besos sobre tu tumbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora