Me perteneces [Naegami/Omegaverse]

Capítulo 25

Narra escritora.

Las piernas de Makoto comienzan a temblar hace que su cuerpo no tenga fuerza en seguir en pie, estaba a punto de caer al piso si no fuera por Togami que impidió la caída.

—Naegi —. Mostró preocupación, toca su mejilla con suavidad —. ¿Estás bien?, ¿necesitas un doctor?

Lo único que recibe son suspiros por parte del omega, lo que más llamo su atención era que sus mejillas rojas y las gotas de sudor en su frente llegó a una conclusión obvia por el estado de su pareja.

Está en celo.

Olfatea por varios segundos
puede percibir el olor a chocolate que desprende por toda la habitación y el olor queda atrapado y es jodidamente dulce el aroma por parte de omega.

Su lado alfa dice que lo marque y gruñe y toma el control, no quiere marcarlo debe ser por el consentimiento de Naegi y aguanta las ganas de hacerlo suyo.

Togami está alterado, intenta controlar su lado alfa. No quería lastimar a Naegi prefiere mil veces el bienestar de su novio.

—Naegi, escúchame —. Tomo su mano besando sus nudillos —. Ordenaré que traigan las pastillas para el celo.

Se levanta del lugar estaba a punto de tocar la manilla de la puerta al sentir como el chico de ojos esmeraldas lo abraza por la espalda e impide que camine de más.

Sus manos siente los fuertes brazos del alfa.

—Togami... —Naegi disfruta al sentir los brazos fuertes de su pareja, suelta una pequeña risa por pocos segundos —. Quédate conmigo, no tengas miedo.

El más alto traga saliva pesadamente hace lo imposible en controlar los impulsos de su alfa interior, pero la situación está empeorando al sumar las acciones de Naegi, hacen que el alfa no pueda resistir.

—No, Naegi —. Toma los hombros para mirarlo a los ojos con seriedad —. No es el momento, sé que te vas a arrepentir, no estas en tu cinco sentidos. Solo necesitas las pastillas para que tu celo se controle.

—No quiero —. Desvío la mirada con las cejas fruncidas. No puede creer que su novio se niegue rotundamente cierra sus ojos con lentitud cruza sus brazos e infla sus cachetes formulando un puchero debido a la situación que está presentando.

—Harás lo que yo diga —. Acomoda sus lentes gruñe en el comportamiento del contrario —. No harás que cambie de opinión

Demando con autoridad.

Los ojos esmeraldas brillaron en tener una idea. Acerca su mano en el pecho de Togami sintiendo la piel mojada porque minutos antes estaba en la ducha y muerde su labio en recordar que el mismo rubio está semidesnudo al igual.

—Tienes razón, Togami —. Hace dos toques con las yemas de sus dedos teniendo como respuesta un Byakuya levemente ruborizado —. Tienes toda la razón, seguiré tus órdenes lo prometo.