𝐓𝐀𝐋 𝐕𝐄𝐙 𝐌𝐀Ñ𝐀𝐍𝐀 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀

22.

Capítulo 22.

Niall.

Despierto sintiendo suaves besos en mi hombro y un brazo rodeando mi cintura con fuerza. El cuerpo de Anna está adherido al mío, con nuestras piernas entrelazadas, no dejando ni un solo espacio entre nosotros.
Su respiración es suave y caliente contra la base de mi cuello. Los acontecimientos de anoche me han dejado hecho polvo y apenas puedo abrir los ojos. además la luz cegadora de la mañana me impiden hacerlo.

Su mano acaricia mi pecho y luego desciende por mi vientre hasta mi costado, donde su dedo pulgar acaricia mis costillas. En otro momento me hubiera sentido caliente, con mi polla dura y lista, pero las emociones toman delantera, provocando que mi pecho suba y baje por la felicidad que me da el tenerla aquí, en esta habitación.
Lentamente me giro y abro los ojos para poder verla. Ella me sonríe y besa mi mentón.

-Buenos días. —Me saluda. Radiante, preciosa.

-Buenos días. —Mi voz es mucho más perezosa, pero no menos feliz. Le sonrío acercándome a su boca y dejando un suave beso.

-Te he despertado.

-No. —Miento.

Ella se ríe.

-Estabas profundamente dormido. —Me dice. —Lo siento.

-Nos quedamos dormidos muy tarde, es solo por eso. —Respondo. —Pero gracias por despertarme, no hubiera podido de no ser por ti.

-Puedes volver a dormir si deseas.

-No, ya no. Dime ¿Hace cuanto despertaste?

-Hace poco, estaba viéndote dormir.

Increíblemente, me ruborizo.

-Oh. —Murmuro sin saber que decir.

-Te veías tan relajado. Es la primera vez que te escucho roncar.

-Oye, no ronco. —Miento, sé que lo hago a veces.

-Lo haces, pero no como lo hacía mi padre. —Sonrío esperando más información sobre eso. —Podía escucharlo incluso cuando estaba en mi habitación. Mamá siempre se quejaba, decía que no la dejaba dormir.

-¿Y yo te he dejado dormir?

-Sí, dormí muy bien. —Me dice acercándose a mi pecho para dejar un suave beso.

Vuelvo a sonreír mientras guío mi mano por su cintura y luego hasta la curva de sus caderas.

-¿Te duele? —Susurro acariciando su trasero, en el mismo lugar donde anoche la azote. El recuerdo está vivo en mi memoria.

-No tanto. —Admite.

-¿Si me disculpo estaría siendo un hipócrita?

Ella se ríe.

-No, claro que no. Sé que lo sientes, pero en el momento en que dejé que lo hicieras también lo deseaba.

-Después de darnos una ducha volveré a esparcir aquella pomada, sé que te hará sentir mejor. —Anna me sonríe.

-Gracias. —Responde acariciando mi mejilla. —Cuéntame los planes para hoy.

-Hemos reservado el centro de eventos de un hotel, así que después de almuerzo deberíamos marcharnos al lugar. —Le explico. —En primera instancia habíamos quedado en hacerlo aquí, pero habrán muchas personas.

-¿De verdad? —Me pregunta un poco preocupada.

-Sí. Amigos de mis padres, familiares. —Sigo diciéndole. —Pero no te preocupes, no me alejaré de ti.