28.

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Capítulo 28.

Niall.

El sabor del arándano y el chocolate se mezclan en mi boca mientras Anna me da de comer. Nuestro almuerzo fue espectacular, el menú exquisito y ahora mi parte favorita, el postre.
Una de sus manos está apoyada en mi muslo, me mantiene cerca mientras intercala una cucharada de pastel para mi y otra para ella.
Somos dos tontos enamorados, nos reímos y  besamos sin importar que estemos rodeados de más personas.

-Alana me dijo que debía mantenerte ocupada hasta la noche, así que podríamos ir a mi apartamento. —Le digo cerca del oído. —Además, aún no te he dado ninguno de los regalos que tengo para ti.

-Niall, tú eres mi regalo. —Su sonrisa tímida me hace sonreír.

-No, cariño. Mereces mucho más, así que pediré la cuenta e irás conmigo. —Acercándose, besa mi mejilla.

-Gracias, por todo. La comida estuvo exquisita y el postre mucho más.

Mi sonrisa se expande por todo mi rostro, verla feliz me hace feliz también.

-Fue solo un pastel. El postre está en mi apartamento. —Le hago saber.

Aún no estamos allí, pero ya estoy jodidamente duro. Y su dedos deslizándose suavemente por la cara interna de mi muslo no ayuda a que mi erección desaparezca.

-Espero que esté tan bueno como todo esto. —Su voz es baja y caliente.

Suelto una respiración irregular.

-Oh cariño, realmente lo será. —Me acerco otra vez y muerdo suavemente el lóbulo de su oreja. Mis ojos caen en sus muslos y como los aprieta con fuerza, sé que aquella respuesta viajo directamente a su entrepierna.

-Salgamos de aquí. —Susurra sobre mi boca.

La beso suavemente antes de llamar al camarero.

[...]

Intento tomarme las cosas con calma, así que con mucha fuerza de voluntad logramos llegar a mi apartamento. Sobre la mesa de centro están los regalos que compré para ella y los que mamá y Dennisse enviaron.
Anna al notarlo se lleva la mano a la boca, incrédula y bastante sorprendida de que mi familia hayan enviado obsequios por su cumpleaños.

-Dios mío, Niall. —Ella se acerca al salón y observa las costosas bolsas de diseñadores. —Me siento tan culpable.

-¿Porqué? —Acercándome abrazo su cintura.

-No los invité. A ninguno de ellos, Dios mío. —Ella está preocupada, pero yo sonrío.

-Está bien, hablé con mamá y le expliqué que era una pequeña fiesta familiar. —Le explico. —Ella lo entendió completamente. —Le acaricio la mejilla y ella sonríe un poco, pero no lo suficiente. —Dijo que para la próxima vez, será una reunión mucho más grande, con muchos invitados.

Ambos sonreímos.

-La llamaré más tarde, le daré las gracias. —Me dice.

-Esta bien. Abre tus regalos. —Le pido. Beso su mejilla y camino al sofá para verla. Quiero ver todas sus reacciones.

Ella me sonríe y luego comienza a sacar las cosas que están en el interior. La mayoría de los regalos enviados por mi madre y Dennisse son lociones, maquillaje y algunas prendas bonitas.
Ella sonríe y sonríe mientras observa todo con fascinación. Me acomodo en el sofá observando como toma los dos últimos regalos, los míos.
Un nudo se forma en mi estómago, por alguna razón me siento nervioso.

𝐓𝐀𝐋 𝐕𝐄𝐙 𝐌𝐀Ñ𝐀𝐍𝐀 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora