¡Cualquiera puede dar un beso en la frente!
El quejido se extiende a lo largo de la fila, incrementando cuando los dos amantes en el escenario parecían estar avergonzados de actuar esa petición. Eran mucho más jóvenes que la clase de Vanessa, por lo cual era fácil de creer que el club de teatro era fácil, hasta que se conocía a uno de los encargados amante del espectáculo. Heinz Doofenshmirtz era exigente sí le proponía, en especial si uno de sus inventos estaba involucrado; ciertamente, los inadores no son lo único extravagante en su lista de talentos, resultaba que los libretos lo eran de igual manera.
¡No importa si no siguen las líneas al 100%, pero no pueden ignorar la intención de la escena!
Los ve empequeñecer ante la explicación superflua, esforzándose por seguir el ritmo casi aleatorio de las palabras que utiliza.
Ahí es que inicia su papel de interventor.
Golpea la campanilla a lado suyo, indicando que pueden descansar 10 minutos antes de retomar la escena.
Nadie desaprovecha el ofrecimiento.
Espera a que sean los únicos en el sitio para levantarse, subiendo al delgado escenario para tirar de la manga de su camisa. Capturada la atención, no duda en regañarlo.
Tan solo son unos niños.
"¡Por favor! Incluso los niños podrían hacerlo".
No todos lo lograrían, lo sabe por experiencia. Phineas no lo conseguiría al estar concentrado en otras cosas; oculta la compasión que siente por Isabella, entierra bajo tumba la comparativa que hace con ella.
Sacude la cabeza, volviendo a declarar su punto: son apenas adolescentes, ninguno va a pavonearse con tantas miradas curiosas alrededor. Nadie puede tener su seguridad excéntrica sin algo de práctica. Hay tan solo una persona así en Danville, y está demasiado ocupado dirigiendo el show.
Al parecer las palabras funcionan, lastimosamente, no lo suficiente.
"Es muy tarde de igual forma ¡no puedo cambiar la escena! El protagonista está desprotegido, cree que nadie podrá ayudarlo. Entonces su amante lo abriga en sus brazos, besando su frente en una promesa de que si siguen luchando, todo estará mejor" recrea la escena descrita en su cabeza, dando pigmentos dramáticos en lo que podría ser el escenario y las luces. "Hay miles de gérmenes en un beso común, ¡te aseguro que la mayoría de ellos no lo pensarían ni un poco! Hacerlo para una obra debería ser lo de menos, considerando que ni siquiera es en los labios. ¿Es mucho pedir Perry el ornitorrinco?"
¿Hay una respuesta que satisfaga ambas necesidades?
Piensa, buscando alguna comparativa que le permita ser un intermediario efectivo; por lo que recuerda en las aventuras de los chicos, y las propias que ha vivido en la organización sin buen acrónimo, la ejemplificación de terceros facilitaba la tarea al hacerla parecer de menor riesgosa o complicada. Es decir, si alguien mostraba la escena como algo normal sin perder el detalle narrativo en las acciones, los elegidos para el papel no tendrían motivos para asustarse, volviendo a la idea de que en el teatro se puede ser alguien que deseas.
No podía salir mal un plan tan sencillo, todo se reduce a encontrar voluntarios que quieran experimentar.
Explica a grandes rasgos la imagen que ha tejido en su cabeza, recibiendo una aprobación casi inmediata. Luego es invitado a disfrutar los minutos que quedan revisando algunas inconsistencias que no le hacen sentir satisfecho de su producto.
Borraron algunas escenas, agregaron otras, y para cuando todo el alumnado se reunió, ambos crearon la primera canción colaborativa de la historia.
Lo cual es...emocionante.
Abraza la copia del libreto al ser un mero espectador otra vez, mostrando su apoyo con un pulgar arriba al verlo acordar una demostración, si quienes estaban en el papel aún no estaban seguros entonces buscaría a otros. Lo hizo excelente, con paciencia y naturalidad, hasta que su pulgar decae ante ser pedido en el escenario.
¿Qué está pasando?
Se dirige ahí, luchando por conectar los puntos claves.
La escena se narra, colocando a todo mundo en contexto, o casi todos. Sigue sin procesar lo que está pasando.
Reacciona ante el peso abrupto en sus brazos.
Solo es un beso, Perry.
Los misterios se resuelven en ese susurro.
Respira, se responsabiliza.
Finalmente, lo besa.
ESTÁS LEYENDO
31 ways to tell your nemesis that you like him
FanfictionLas palabras no eran lo suyo, literal y metafóricamente, pero nunca fueron necesarias para decirle lo que sentía, lo que necesitaba, que lo quería; y de igual forma, él tampoco lo necesito. Llegaron al punto en el que simplemente cualquier acción o...