Una vez que los rastros de glaseados han disminuido considerablemente de su rostro y ropaje, se ha vuelto a disculpar por doceava vez ante el desastre que ambos han y están recogiendo, recibiendo la misma mirada de ternura y compasión que le asegura, con infinita paciencia, que no es el peor cumpleaños de todos por sorprendente que sea. Nunca se extiende de esa escaza información, tampoco parece buscar detenerlo en su incapacidad para suprimir la indagación, por lo tanto carga con la tentación de preguntar en la punta de su lengua; ¿cómo es posible que ese desastre no pueda compararse a sus anteriores celebraciones? ¿O son tan contadas que puede reproducirlas con tanta claridad? ¿Qué cosas exactamente pudieron pasar? Una parte comprende que es una línea que no puede cruzar sin autorización, otra es incapaz de abandonar la idea de que si libera esa información, sería sanador. Este es un lugar seguro, después de todo, no podría burlarse de las cosas que para la mayoría serían absurdas.
Hace una lista mental de pros y contras, manteniéndolas al margen al obedecer las peticiones que el mamífero dicta, enviando cada vez más al fondo la discusión ante mayores exigencias; en cierto punto lo alza, asegurando que lo sostendrá todo el tiempo que necesite para descolgar los pocos adornos que escaparon de la catástrofe.
Mueve sus manos con cuidado, adaptando una nueva posición para evitar el cansancio.
Lo que logró ante la nueva sensación que la piel sintética le permite; un borde, algo rugoso, una característica que no estaba antes. La experiencia murmura inquieta que se trata de una cicatriz, una nueva, una que no conocía.
¿Cuándo?
"¿Perry?" el cuerpo pequeño deja de moverse, en señal de que prestaría atención. "Confías en mí, ¿verdad?" lo que parece ser un asentimiento le da la confianza de continuar. "No es que quiera sonar extraño o como alguien obsesionado contigo" aunque podría, de una manera sana. "Pero...esto es reciente ¿no es así?" el toque tensa a su compañero, el cual aun dándole la espalda, puede transmitirle que quiere discutir eso estando en el suelo.
Petición que no va a retrasar.
Inclina su cuerpo, apoyando las palmas alrededor de las rodillas.
Sin presiones, es lo que dice en silencio al gesticular con los labios. No importa si asiente o niega, ocultando la verdad o no, lo respetara; no quiere obligarle a ceder el secretismo con el que se ha educado. Es parte de su encanto.
Hoy.
Puede mandar un poco al diablo eso.
"¿Hoy?" repite incrédulo. "¿Hablas de este día, hoy, tú cumpleaños?" lo ve encogerse hombros, indiferente a esa parte. "¿Y no me lo dijiste?"
Ve la manera en la que sube y baja sus manos en una posición de 90°, indicándole que debe respirar profundo o en cierto momento hiperventilará. En lo que tiene razón; ¿por qué le dificulta tanto las cosas? Esa preocupación promueve que la suya se mantenga en su máximo esplendor.
Respira, despacio, tranquilo. Pueden resolver esto, hablarlo, haya una conversación directa o no de por medio.
"¿Puedo...puedo saber por qué?"
Los segundos parecen horas.
Un asentimiento es suficiente.
No aquí.
Es la otra parte de las condiciones, las cuales acepta. No puede discutir con su manía de la limpieza.
"¿Puedo tener un beso antes?"
Golpean su antebrazo con cariño, sentenciándolo a volver a retomar una de las bolsas de basura vacía para seguir ordenando el lugar.
Ríe, no siempre puede tenerlo todo. Y está bien, porque ya lo tienen a él.
Tal vez es por ello que al llegar a un lugar privado, cerca de un estanque que no recuerda haber visto en ningún sitio, siente que la información que es recabada poco a poco es demasiado. La teoría es cierta, la mayoría de los cumpleaños son decentes, agradables, hay otros que no se sienten cómo deberían, porque estuvo lejos de su familia o volvía a retomar partes de su pasado no tan agradables, como ahora. No es algo que quiso sacar a colación al ver su esfuerzo, pero le ha asegurado que no es grave, no es un mal cumpleaños, en realidad, amó cada segundo armonioso como desastroso. Borró cualquier amargura.
Lo abraza, tan fuerte como le es posible hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
31 ways to tell your nemesis that you like him
FanfictionLas palabras no eran lo suyo, literal y metafóricamente, pero nunca fueron necesarias para decirle lo que sentía, lo que necesitaba, que lo quería; y de igual forma, él tampoco lo necesito. Llegaron al punto en el que simplemente cualquier acción o...