Watching the sunset

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Hubo rumores de que la puesta de sol sería un evento espectacular, por un fenómeno que no recuerda ya en ese punto, lo cual le emocionaría en otras circunstancias, por ahora, no le ocasiona placer la idea de salir afuera o subir lo más alto en su edificio a observarlo. No hay alguien con quien compartir la imagen entre semana, menos en el período final del año escolar; el estrés, la falta de tiempo, la inexplicable constante presencia de su hermano en su vida ya eran elementos por los cuales ha sido complicado la semana, sumándose a la pelea que se resolvió pero que permanece en su cabeza, casi como una alarma que amenaza volver a reaparecer en cualquier paso falso. Eso o es sabotaje mental lo que le sucede, acordaron que podían conversar los problemas en vez de ocultarlos.

Frunce los labios, prohibiéndose el buscarlo; quiere darle espacio, tiempo, sabe que son cosas que necesita, no pueden permanecer en una luna miel, si acaso existiera una en realidad. Nunca sintió que estaban en una cuerda floja o rutinaria, llevaban años conociendo uno al otro. Lo que le lleva a suponer que las necesidades de ambos cambiaron un poco, no era más joven de lo que inicio con la maldad reconocida, tampoco el mamífero era joven actualmente. De igual manera pasaron por muchas cosas, algunas que conocen, otras que accedieron no averiguar en totalidad sino salen por naturalidad; el positivismo es algo que no necesita seguir manteniendo, tampoco es útil ser negativo. Por lo cual se tranquilizará, optando por ser objetivo: necesitan esto, porque ambos quisieron que pasara y ahora deben de saber qué esperan ahora.

Al menos las expectativas se han acabado, probablemente porque la mayoría eran cosas fuera de la jurisdicción de cualquiera. Y se conocían lo suficiente para no pedir imposibles, la manera de exigirlos pudo ser un problema que han decidido abordar ahora. Lo que agradeció infinitamente, no se imaginaba perdiéndolo, no así, menos estando ya muchas cosas a juego. No cree poder volverlo una anécdota que cuenta porque únicamente queda resentimiento.

Se hunde en su asiento, deshaciéndose del humo mental denso que jura se manifiesta afuera de su cabeza.

Hay muchas cosas por hacer, y no quiere que el resto del día se vuelva gris por cosas que le han explicado no pasarán. Están haciendo su parte, y otra vez se están comunicando; esa realidad le hizo salir de lo malo, considerando que la primera vez que se conocieron, no le importaba mucho sus planes o historias, de su propia parte, el esfuerzo de que las disfrutara era casi nulos. En un punto entendieron que para avanzar, para hacer ameno el trabajo, debían entenderse, escucharse. Es gracias a eso que ahora se necesitan como a la vez, pueden vivir independiente del otro, porque hay calma cuando están juntos y no hay miedo siquiera cuando se separan.

Necesitaban este contratiempo para resaltar otra vez que son capaces de enfrentar este nuevo reto. No eran una relación ajena a los problemas, los problemas son algo que existieron desde antes y de ningún modo los detuvo.

Ve el reloj de pared, notando el tiempo sobrante antes de que los bellos colores anaranjados se extingan para permitir a la noche expresarse en totalidad.

Podría adelantar la mayoría del trabajo, darse un descanso durante lo que dura el evento para volver adentro, con los papeles y una gran taza de café casero. La máquina podría esperar para la siguiente.

Cogió un puñado de papeles, empezando a calificar con el bolígrafo.

Al menos, podría tararear las nuevas canciones que ha escuchado en la radio, las cuales no escapan de su cabeza. Debe aceptarlas y dejarlas fluir. Como todo.

Al salir a la parte más alta, modificada en algún punto de la transición del mal al bien, se arrepintió de no salir con algo con que cubrirse. Por algún peculiar motivo, el aire era helado.

La vibración de su celular consume cualquier importancia del clima.

Es una invitación a una vídeo-llamada, con la inscripción "veamos juntos el atardecer" en letras blancas. Acepta posterior a dudar unos segundos, saludándolo, recibiendo una sonrisa que no podría opacarse por el evento.

Sin duda, es perfecto.

31 ways to tell your nemesis that you like himDonde viven las historias. Descúbrelo ahora