Ve el reflejo con cierta sospecha, moviéndose en busca de que algo no coincida con la imagen que lo sigue a cada balanceo.
Tarda un par de minutos para darse vencido y certificar de primera mano que es el mismo; un poco avergonzado, acomoda en su lugar los pocos centímetros de tela que se han desacomodado en su cuerpo. No le gustaría arrugarlo antes de tiempo, menos al ser un obsequio especial por parte del animal turquesa, quien seguía sin explicarle el motivo del obsequio, cosa que lo estaba matando ¿olvidó una fecha importante? ¿¡Su aniversario como némesis!? Imposible, está en todos sus calendarios marcados, ¿festejaban algo? Si era así ¿exactamente qué? Es verdad que están reconociendo el esfuerzo que está haciendo con los adolescentes, mas no considera que sea tan vital esos detalles para merecer un gesto tan formal y adorable, en especial por la corbata que hace juego con su cola. Intenta hacer memoria al volver a buscar la caja blanca con listón rojo, buscando indicios entre la tarjeta que lleva su nombre y lo que resta de contenido: una diminuta botella de perfume, o lo que cree que es uno. La etiqueta se encuentra en un idioma que no reconoce.
Pese a seguir prefiriendo los accesorios típicos de su ser, le da una oportunidad al cambio porque es seguro, y si Perry el ornitorrinco se lo obsequió, es porque sabe que es algo que le gustará.
Lo prueba en su muñeca, dejando que el olor se impregne por unos segundos antes de acercarlo a su nariz, inhalando con suavidad el aroma que lo deja atónito.
No hay palabra existente que pueda describir lo bien que se siente el aroma, de hecho, si tuviera que expresar lo que el olor ocasiona, serían principalmente sentimientos: nostalgia, esa que no es abrumadora, la que causaría en realidad que riera a medianoche mientras sigue disfrutando lo que provoca en su pecho; junto a toque de tranquilidad e incredulidad.
El mecanismo en su cabeza conecta la incapacidad de expresarse con las líneas incoherentes con las que a menudo se comunica.
Huele a la primera vez que se conocieron, si acaso es posible que sucesos de la vida puedan gozar de olores.
Decide usar otro poco, colocándolo estratégicamente en el cuello, con la esperanza de que pudiera percibirlo más de lo que comúnmente su sentido olfativo lograría con normalidad.
Escucha la puerta abrirse y cerrarse, sorprendiéndose de que no se encuentre ansioso por su visita.
El golpeteo en su puerta le hace entender que sin importar que se encuentre entreabierta, le gustaría su permiso explícito de que está bien ingresar ahora. "Adelante, espero que no te moleste que aún no esté listo, sabes bien que no puedo trabajar rápido con mi cabello" lo ve sentarse al filo de la cama gracias al espejo, incapaz de pasar por alto que el mismo se encuentra con un traje formal, con una corbata que intenta asimilar al diseño de una bata de laboratorio.
¿De dónde consiguió un juego tan específico?
Finge no interesarse en los detalles, dejando que el cepillo estire con cuidado los hilos cafés incontrolables.
Su plan falla apenas entiende que leen su mente.
"Solo estaba pensando..." no es vergonzoso admitir que desconoce el motivo, rara vez es quien olvida las fechas de celebración. "¿Olvidé algún evento?" siente alivió al verle negar, extrayendo algo que parece una invitación. Abandona la misión de arreglar lo imposible, atrapando la respuesta con cierta cautela. "¿Una boda?" la intriga no dura demasiado ante la explicación.
Lo quiere llevar como su acompañante.
Y no logra contener la emoción que le causa eso.
"¿En verdad?" la afirmación hace que lo abrace, dando mil halagos que siente profundamente. Lo detienen con un gruñido, que traduce inmediatamente a que se siente bastante avergonzado por lo que dice; por ende se detiene, remplazando las palabras melosas por acciones físicas tenues. "Pensé que querías seguir manteniendo un bajo perfil".
Asiente, sin embargo, apunta a los nombres de la pareja.
"Son viejos conocidos. Creo que no les molestará que te presente".
¿Le estaba permitiendo saber de su pasado?
Otra vez siente que podrá llorar.
Lo tranquilizan, prometiéndole que podrá hacerlo estando ya en la boda.
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31 ways to tell your nemesis that you like him
FanfictionLas palabras no eran lo suyo, literal y metafóricamente, pero nunca fueron necesarias para decirle lo que sentía, lo que necesitaba, que lo quería; y de igual forma, él tampoco lo necesito. Llegaron al punto en el que simplemente cualquier acción o...