Lena Luthor siempre ha tenido en cuenta la realidad que se viven en las secundarias. Adolescentes hormonales, fiestas alocadas, embarazos no deseados por falta de educación sexual, entre otras enumeraciones. Por eso, a sus dieciséis años de edad, se comparaba como una mujer de veinte, muchas la consideraban una "abuela", por preferir quedarse estudiando antes de ir a "experimentar", eso se veía reflejado en su amplio expediente estudiantil, sus notas perfectas y sus premios en torneos de matemáticas, ajedrez y en ferias científicas. En otras palabras, era toda una sabihonda (aunque no presumía).
Sin embargo, en ella no cabía el estereotipo de que las personas inteligentes llevaban lentes, acné en su rostro, frenillos en sus dientes, o con atractivo físico nulo. Lena era todo lo contrario a eso (aunque no tiene de malo todo aquello), su apariencia física se asemejaba a una modelo de catálogo internacional. Su cabello café ocre oscuro, ojos verdes azulados, su piel blanca perfectamente pareja, su rostro no tenía acné y su físico se asemejaba al de una animadora. Muchas veces su prima, Quinn Fabray, le sugería ingresar a esa actividad extracurricular, pero ella la rechaza de inmediato, no se soportaba a la entrenadora Sue Sylvester, ni tampoco a las animadoras que humillaban a los demás.
En fin, todo mundo giraba con la normalidad que le gustaba, la monotonía siempre fue parte de su ser, gracias a que sus padres, Lionel y Elizabeth Luthor le inculcaron indirectamente, ya que permanecían muy ocupados encargándose de su empresa familiar, eso sí, en sus tiempos libres se encargaban de llenar un poco el espacio prestándole atención y dándole todo el amor que le tenía a su pequeña científica (como de cariño le decían). Lena pertenecía a una familia multimillonario, pero nunca alardeaba de ello, ni tampoco le nacía hacerlo.
No obstante, toda esa normalidad y monotonía que le gustaban se ve alterada por la apertura de una nueva actividad extracurricular que había cerrado unos años atrás, el Glee Club. Este consistía en la formación de un coro que competiría a distintos niveles: Seleccionales, Regionales y Nacionales. Ella no tenía problema con eso, se encontraba muy neutral en cuánto al tema, hasta le caía bien el profesor a cargo, irónicamente también era su profesor de español, William Schuester. Lo que pasaba es que, en dicho club se encontraba una alumna nueva, Kara Danvers.
La conoció desde lejos, cuando la vio pasar desde su casillero recogiendo los libros para su próxima clase. A la vez que esperaba a su mejor amiga (la única que tenía), Samantha Arias. No perdió detalle de su caminar, reconoció en su momento lo hermosa y dulce que resultaba ser. Tenía una personalidad risueña, cabello castaño, ojos azules tirando a grises y una peculiar forma de vestir (un estilo muy floral para su gusto), lejos de desagradarle le atrajo, ni qué hablar de su cuerpo, era bastante tonificado. Curiosamente estaban en varias clases juntas, pero Lena no era anuente a darse a conocer. Eso sí, se regalaban una que otra sonrisa si se topaban, esa sonrisa perfecta que lograba contagiarla sin dificultad.
Nada de eso la preocupaba, hasta que el Glee Club, ahora apodados como los "perdedores", se presentó en el gimnasio con un excelente número de Somebody To Love de Queen, compartiendo estrofas potentes con Rachel Berry, la "némesis" de su prima. Desde ahí supo que tenía un grave problema con Kara Danvers, si seguía así podría crearle un caos existencial en su interior, porque nunca le había llegado a gustar nadie, eso significaba perder el control y eso no le gustaba para nada.
Kara Danvers de diecisiete años, provenía de un pequeño pueblo llamado Midvale en National City. Su sueño era poder estudiar Periodismo en la Universidad de Florida y vivir, por supuesto. Amante incondicional de la literatura, escritura, música, del basketball (el cual practicaba) y de la comida, eso nunca le podía faltar. Tenía una hermana mayor (que amaba con su corazón), llamada Alexandra, estudiante de segundo año en medicina y bio-ingenieria en la Universidad de Boston. Sus padres, Jeremiah y Eliza Danvers también eran bio-ingenieros, unos de los mejores que contaba Estados Unidos de América. Tenía una familia muy unida, amorosa, divertida y seria a la vez.
Por circunstancias de la vida, sus padres (Alex vivía en Boston), y ella tuvieron que mudarse a Ohio, Lima con sus abuelos paternos, estos estaban muy enfermos y no tenían a nadie que los cuidara. Fue una decisión que ella respetó sin refutar nada, quería mucho a sus abuelos como para soportar perderlos.
En un principio William McKinley High School le pareció mala idea por su reputación tan complicada. A decir verdad, dudaba mucho en querer seguir sus estudios por el resto del año. De modo tal que, sus padres le dieron una charla sobre los prejuicios (eran muy abiertos), por lo tanto, tomó mucho valor y se integró de lleno en las clases. Los profesores le parecieron buenos, o casi todos. Con solo tener una semana en esa secundaria, hizo varias amistades: Winslow Schott y Nia Nal. Para la sorpresa de los tres, tenían en común el amor por ese tipo de Comunicación.
Con el paso de los días se enteró del Glee Club, donde sin perder el tiempo se preparó para audicionar, quedando por supuesto, dentro del Club. Dentro de él se encontró otro grupo de amistades increíbles ( porristas y futbolistas). Tampoco se hicieron esperar las invitaciones a salir, una que ella delicadamente rechazaba, por dos razones en especifico: le gustaban las mujeres y sabía que tarde, o temprano tenían que volver a Midvale. Por eso prefería mantenerse soltera, además de estar enfocada en ganar una beca para la Universidad.
Todo eso cambió tan solo en un día. Iba caminando por el pasillo un poco distraída repasando la letra de una canción con mucha atención. Cuando sintió una mirada fija en ella, al alzar la mirada se encontró con una imponente ojiverde que la miraba casi sin parpadear. Con solo eso hizo que su cuerpo se sintiera torpe, hasta ponerla nerviosa sin siquiera hablarle, pensando que resultaba algo de una vez no le puso mente. Y estaba equivocada, porque esa misma imponente y atractiva ojiverde fuera compañera suya en varias de sus clases.
Se regalaban algunas sonrisas en los pasillos, más nunca se habían dirigido una palabra, solo sabía su nombre por boca ajena, Lena Luthor. Todo ese misterio envuelto en ella la jalaba hacia ella como un imán, algo totalmente inevitable. De igual forma, Kara Danvers no se quería con la duda, haría cualquier cosa con tal de acercarse a ella para ser su amiga, sin imaginarse que nada de eso las llevará a una simple amistad.
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Una Perdedora Como Yo
RomanceLena Luthor siempre ha tenido en cuenta la realidad que se viven en las secundarias. Por eso, a sus dieciséis años de edad, se comparaba como una mujer de veinte, muchas la consideraban una "abuela", por preferir quedarse estudiando antes de ir a "e...