Epílogo

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Seis años después, su familia y amigos eran testigos de como la familia Luthor Danvers se hacía más grande, estaban recibiendo en sus brazos su segundo hijo, Jordan Luthor Danvers. Su primera hija, Lara, había pedido en su cumpleaños número dos un hermanito y la complacieron con tan privilegiado regalo. Lara fue llevada unos largos nueve meses en el vientre de su mamá Lena que, no la pasó muy bien por los constantes achaques, náuseas, cambios de humor y alguno que otro antojo. Su madrina fue Samantha, por haber sido aquella hermana que nunca tuvo, su padrino fue su mejor amigo, Kurt. Era una hermosa niña castaña de ojos verdes azulados como los de su madre, había heredado las facciones de ambas, su personalidad abierta, dulce y muy atenta conquistaba el corazón de cualquiera.

En cambio Jordan había sido cargado nueve meses con mucha ilusión por Kara. Tuvo mucha suerte de que el bebé fuera calmado y no presentara ningún tipo de achaque, náuseas, más que todo disfrutaba de los antojos dulces que le daba. Los padrinos iban a ser Nia y Winn, los demás fueron comprensibles y no se molestaron al respecto, más bien prometieron ser los tíos más alcahuetas del mundo como lo eran con Lara.

Los abuelos estaban más que felices por ver como su familia crecía, no solo la familia Luthor - Danvers había crecido, también lo hizo la familia Arias - Danvers, su segundo hijo tenía cinco años, el pequeño Víctor había sido concebido cuando Ruby cumplió los diez años de edad. Su madrina fue Kara y el padrino Blaine ya que Ruby tenía como madrina a Lena (aunque no oficialmente).

Sus amigos también tuvieron hijos y vivían donde siempre quisieron. Así como un trabajo estable, el que siempre quisieron, unos también se hicieron independientes como Santana, Winn y Kurt. Kara logró ser ascendida como directora de CATCO y ganadora de varios Pulitzer Prize. Lena siguió siendo CEO de Luthor Corp, pero de toda la compañía familiar, sus padres se retiraron para dedicarse a ser unos abuelos consentidores como los señores Danvers.

Lena se acercó con una sonrisa a Kara con el pequeño Jordan bien envuelto y lo dejó con cuidado en sus brazos, se veía agotada después de haberlo tenido por parto natural. La ojiazul que sonreía dándole un pequeño beso a su esposa para alimentarlo antes de que entraran todos a conocerlo. El pequeño apenas sintió el pecho de su madre comenzó a morderlo hasta lograr succionar el líquido fundamental para su crecimiento. Kara frunció un poco su ceño por el pequeño dolor que experimentó cuando lo hizo.

— Sí, amor. Duele un poco — soltó una pequeña risa acariciando el cabello de su esposa — Gracias por darme una hermosa familia.

— Gracias a ti por serlo, amor — la miró a los ojos con anhelo y cansancio — Creo que solo nos quedamos con ellos dos — comenzó a reírse y Lena asintió dándole una sonrisa cómplice.

— Dalo por hecho, cariño.

El pequeño se quedó dormido posterior a su alimentación. Su familia empezó a entrar con globos, flores y peluches emocionados de conocerlo. La pequeña Lara fue sentada a la par de Kara para que conociera y lo tocara por primera vez prometiendo cuidar de él siempre. Una escena que les llegó hasta profundidad de sus almas, en especial a los señores Danvers que vieron reflejadas a sus hijas en los pequeños. Fue cargado con cuidado por cada uno esperando poder admirar sus ojos, pero debían esperar hasta que el pequeño les diera el honor de verlos.

Media hora duró la visita, tenían que dejar descansar a la ojiazul, prácticamente tenía sus ojos cerrados por el sueño tan profundo que sentía. Empezó a soñar con sus abuelos donde le agradecían y le decían lo orgullosos que estaban de sus nietas y bisnietos. Una sonrisa se formó en sus labios mientras dormía, una que Lena observó con otra pequeña sonrisa, amaba verla dormir, lo amaba todo de ella.

Un poco de tiempo después, el pequeño Jordan estaba cumpliendo dos meses de vida, cada vez más se asemejaba a su abuelo, con algunos rasgos imponentes de los Luthor. Su cabello castaño claro y sus ojos azules grisáceos robaban suspiros, era un bebé muy risueño y muy atento a su entorno, en especial con su mamá Lena. Lara se hizo muy apegada a él en cuestión de días, no tenía celos de la atención que recibía su pequeño hermano.

Una Perdedora Como Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora