Bajó los escalones de la mansión Luthor con lentitud. No tenía prisa, sabía que abajo nadie la esperaba, había escuchado a sus padres salir temprano hacia la empresa familiar, Luthor Corp. Ya estaba acostumbrada a esa monótona rutina, desde pequeña siempre fue así en su casa. Sus primeros años de vida los pasó junto a su Nana (que en paz descansaba), creándole un vacío en su crecimiento, uno que fue llenado un poco por aquella culta, diplomática y divertida mujer mayor. Miró el reloj que adornaba su muñeca derecha, faltaba más de una hora para ingresar a clases, tenía tiempo de sobra. Desayunaría un fabuloso sándwich de jamón con queso, así como una taza de café añejo hecho por sus padres antes.
Se arrimó a la refrigeradora abriendo sus puertas para buscar los ingredientes. Una vez sacó cada uno la cerró. Miró ligeramente por la enorme ventana que daba hacia el jardín y contempló el clima, hacía una bella tarde veraniega. Luego miró su vestuario sonriendo de medio lado al haber acertado, utilizaba un short negro con una blusa de tirantes verdes y unas tenis Fila color blancas. Su cabello estaba suelto y su rostro se mostraba con un maquillaje mínimo.
No demoró mucho haciéndose su desayuno. Corrió la silla sentándose con tranquilidad tomando un largo sorbo de su café y prendió su móvil para revisar si tenía mensajes importantes que atender. No tenía Redes Sociales, para ella eran unos vampiros chupa sangre, en este caso, neuronas. Mordió su sándwich por primera vez, leyendo el mensaje que su prima Quinn le puso.
"Lena, mi madre me quitó las llaves del auto, ¿podrías pasar por mi? Le diría a Santana, pero se quedó anoche en casa de Britt. Por favor, avísame si puedes, no quiero llegar tarde. Besos." Lena rodó sus ojos divertida.
— Algún día te darás cuenta que Santana ama a Brittany de otra forma, primita — sacudió las migas de pan que quedaron en sus dedos para contestarle.
Cuenta con ello, Quinn. Nos vemos en quince minutos. Saluda a tía Judy de mi parte. Presionó enviar y se terminó de golpe el café.
Quinn Fabray, era su prima por parte de madre. Ambas compartían muchas similitudes, pero también sus grandes diferencias. Físicamente las confundían como hermanas (por su ligero parecido), las dos eran aplicadas en sus estudios, les gustaba estar siempre de primer lugar, aunque rara vez competían entre ellas. Lena era pasada desapercibida en la secundaria, no le gustaban las fiestas, ni salir mucho, prefería quedarse en la mansión estudiando, o biblioteca. Su prima tenía popularidad en la William McKinley, era la capitana de las porristas llamadas: Cheerios, también se había integrado en el Glee Club. Ex novia de Finn Hudson, el quaterback del equipo de football americano (una relación que jamás tuvo sentido para Lena), además de ser la reina del baile. Y, algo que sin dudas marcaba la diferencia entre ambas es que, Quinn salió embarazada del mejor amigo de Finn, Noah Puckerman. Pero dio en adopción a la pequeña niña, que tuvo como nombre Beth.
Terminó de lavar sus dientes, dejó el cepillo en su lugar. Antes de salir se retocó un poco el brillo de sus labios para irse en busca de su bolso y llaves del auto. Su móvil empezó a sonar, era quién justamente la había solicitado como chófer.
— Fabray — contestó.
— ¿En dónde estás, Luthor? — la escuchó un tanto irritada.
— Estoy saliendo, Quinn. Tampoco es que vivamos muy lejos — rodó los ojos por la impaciencia.
— No lo digo por mi, Lena. Sabes como es Sue si llego tarde.
— Relájate, ya estoy en el auto. Dentro de poco nos vemos.
— Eso espero, Luthor — escuchó los pitidos de finalizada la llamada.
— Y luego dice que la dramática es Rachel Berry — soltó una carcajada colocándose sus Ray Ban.
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Una Perdedora Como Yo
RomanceLena Luthor siempre ha tenido en cuenta la realidad que se viven en las secundarias. Por eso, a sus dieciséis años de edad, se comparaba como una mujer de veinte, muchas la consideraban una "abuela", por preferir quedarse estudiando antes de ir a "e...