Capítulo II

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El timbre volvió a sonar, su clase de historia que compartía con: Winslow, Kurt Hummel, Rachel, Mercedes Jones, Mike Chang Jr, Finn, Noah, Nia, Quinn, Santana y Lena había llegado a su conclusión, era la clase de historia, una que sin duda alguna Kara amaba. Seguía su clase en el Glee Club, donde la mayoría de sus compañeros (anteriormente mencionados), estaban. Ese era el momento más feliz de su día, porque podía cantar para expresar lo que sentía en ese instante. Además de las divertidas y extravagantes tareas que el señor Schue les dejaba. Recogió sus cosas regalándole una sonrisa a Rachel que cruzaba sus dedos para que les tocara juntas en el dueto, colocó su bolso en el hombro y sintió como este fue golpeado con fuerza, casi logrando que perdiera el equilibrio. No necesitaba levantar la mirada para saber de quién se trataba, era Santana.

— ¿Tienes algún problema, Santana? — preguntó con tranquilidad.

— ¿Por qué lo tendría contigo, perdedora? — se detuvo para observarla.

— No lo sé, eso quisiera saber yo — soltó con burla — Porque apuesto que fuiste tú quién me envió el slushie — la encaró.

— Wow, chicas. Es mejor que nos calmemos — Finn se puso en el medio.

— ¡Quítate pezones de mujer! — comenzó a alterarse empujándolo — ¡Esta perra tiene que entender algo, nadie se mete con Santana "Snixx" López, sin que le caiga toda Lima Heights Adjacent! — Kara solo rodó sus ojos.

— Ya cálmate, Santana. Estás haciendo el ridículo — la calmó Quinn — Nadie está gritando, solo tú.

— ¿Me acompañan a buscar a Querl, Kara? — le preguntó Nia un tanto aturdida.

— Claro, vamos — puso su mano en la espalda para que empezaran a caminar.

— Cuenta con ello, Querl me debe unas tarjetas — sonrió Winslow.

— ¡No te olvides del Glee Club, Kara! — escuchó a Rachel gritarle a sus espaldas.

— ¡Yo tengo orgullo, Quinn! — siguió escuchando a Santana gritar.

— ¿Es que no sabe hacer otra cosa que gritar? — preguntó su amigo con el ceño fruncido.

— Bueno, aunque me duela admitirlo. Ella tiene una voz impresionante, no entiendo cómo no se la lesiona de tanto hacerlo — bromeó.

— Es como Andrea Rojas, ¿la conoces? — preguntó Nia y Kara negó con su cabeza — Ella también es latina, es presidenta del club de ciencias.

— Antes se decía que Lena y ella tenía a una relación — aportó su amigo mirando hacia atrás confirmando que no estaba cerca.

— ¿Lena es? — Kara sentía que su corazón latía muy rápido.

— Bueno, nunca se le ha visto salir con algún chico. Es muy reservada, así que solo son chismes — encogió sus hombros Nia — En esta secundaria la homo, lesbo, transfobia es muy frecuente. Kurt es una prueba de ello.

— No sabía que a Kurt lo molestan por ser gay — estaba asombrada.

— Oh, sí. Hay un futbolista que lo hace con frecuencia. Se llama Dave Karofsky — Winslow frunció su ceño recordándolo.

Ese tema le preocupaba un poco, no por ella, sino por sus amigos, no quería que los lastimaran. Nia era una mujer trans y Winn (Winslow) era gay, pero no lo había declaraba abiertamente como Kurt, aquel divo coqueto de la William McKinley. Kara tampoco se quedaba atrás, también lo era, solo que no necesitaba demostrarle a alguien su orientación sexual, en Midvale nunca tuvo problemas con ello, solo uno que otro comentario lograba escuchar. A ella solo le bastaba con el apoyo de su familia y amigos para vivir tranquila e inclusive, tenía sospechas de que a su hermana mayor también le gustaban las mujeres, apesar de haberle conocido uno que otro novio (relaciones que no duraban).

Una Perdedora Como Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora