Capítulo XXVII

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Con el pasar de los días ciclo lectivo llegó a su fin. Lo único que faltaba eran las Nacionales, habían estado ensayando hasta el cansancio para poder lograr el campeonato, uno tan esperado y añorado por todos en especial, el señor Schue. Eran las 5:30 A. M. El autobús se encargaría de llevar a todos los integrantes del Glee Club al aeropuerto, no obstante, como los señores Luthor y Danvers irían, serían los encargados de llevar a Kara, Lena y Quinn con ellos, hasta Samantha y Ruby fueron invitadas a última hora. Allá se encontrarían con todos los demás, en el transcurso de esos días no dejaron de hablar sobre las ganas que tenían del viaje. Se sentían inspirados y con muchas ganas de ganarle el primer lugar a Vocal Adrenaline.

En esos pocos días algunas cosas lograron cambiar y para bien. Lena estaba orgullosa de lo que su prima Quinn estaba logrando, ya no tenía miedo del qué pensaba su madre, Judy aceptó su verdadera sexualidad e incluso sus salidas con la pequeña judía. Ahora andaban por los pasillos de William McKinley de la mano sin ningún temor. Como la rubia seguía siendo una de las más populares, inspiró (más todavía) a chicas y chicos para que aceptaran quiénes eran realmente.

Para celebrar aquello, hicieron un número especial de Lady Gaga con su canción Born This Way. Cada uno llevó puesto una camisa blanca con un "defecto" suyo que los hacía perfectos. Santana fue la única que se rehusó a cantar con la camisa especial que le había hecho Brittany que, aunque dijera libanesa, quería dar a entender que significaba lesbiana, hasta el señor Schue se había hecho una camisa y la señorita Pillsbury se atrevió a unirse con su propia camisa.

Sin dejar de lado que ese día Kara y Lena se atrevieron a ir un poco más allá de simples besos, sin embargo, su mismo miedo, culpabilidad, o conciencia llevó a Lena detenerla.

Recuerdo

Brincaban emocionados y exhaustos, pero para ellos valió mucho la pena, Kara abrazó con orgullo a sus amigos sonriendo. Se podía notar que se sentían mejor con ellos mismos, se notaba en cada uno un brillo especial en sus ojos.

Kara tomó del suelo su blusa de cuadros azul con negro para retirarse. En el momento que su cuerpo se inclinó para recogerla vio a Lena con un sonrisa de oreja a oreja llena de orgullo. La ojiazul se sonrojó un poco bajando los escalones del mismo para acercarse a ella.

— ¿Nos viste? — le preguntó con una sonrisa poniéndose a la vez su blusa. Lena asintió levantando su ceja con lentitud.

— Me encantó, en especial tú — le acarició su nuca trazando una leve línea con sus uñas. Kara cerró sus ojos unos momentos sintiendo como esa caricia atrevida traspasó su cuerpo.

— ¿Sí? — su voz salió un tanto ronca. Lena asintió nuevamente dejando descansar sus brazos en sus hombros.

— Me encantas, Kara Danvers — espetó tirando su cuello con suavidad para besarla. Kara se lo correspondió entrelazando sus brazos alrededor de su cintura — Mis padres andan en Canadá cerrando un negocio, no vendrán hasta mañana. ¿No quieres venir a hacerme compañía un rato? — se atrevió ir más allá con un pequeño beso en su cuello. Kara la apretó más a ella con inconsciente de lo que produjo en ambos sistemas.

— Le mandaré un mensaje a mis padres para que sepan dónde estaré — su voz se tornó más ronca y grave.

— Me parece perfecto. Mandaremos a comprar comida china — Kara sonrió dándole un beso en su mejilla.

Tomadas de la mano salieron de la William McKinley. Se dirigieron cada una en su auto hacia la mansión Luthor. Kara sentía que su precisión sanguínea estaba aumentando, porque sentía que su rostro estaba hirviendo. Tenía leve cosquilleo en su entrepierna, uno del que sabía su significado a la perfección, excitación. Esperaba que no estuviera siendo precoz como todos los demás, o en su mayoría.

Una Perdedora Como Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora