Legend of Fei / Bandits- Autor: PRIEST

41- Atrapados

Siendo el hijo mayor del maestro Zhu, Zhu Baoshan era una gran lámpara con ojos que lucía exactamente igual a su padre. Sin embargo, su temperamento era muy diferente al de él. No sólo no heredó la habilidad de ser ridículo, sino que tampoco gustaba de ver a gatos y perros.

Dado que nació de una concubina del exterior, y la concubina no sólo era menospreciada, sino que también era una mujer loca, no podía disfrutar de tal bendición.

El mayor arrepentimiento en la vida de Zhu Baoshan era que no podía arrastrarse para reencarnar de una buena vez. Si existiera la posibilidad, rompería una olla y vendería hierro*; e incluso si se convirtiera en un perro, se posicionaría en el regazo de la Sra. Zhu.

*['Romper en trozos sus ollas y venderlo como hierro': significa 'entregar todo lo que tienes']

Desde la infancia, el joven maestro deseaba fervientemente ser el hijo de la Sra. Zhu. Él no debía olvidar que todavía tenía en el mundo a una madre y a su ayudante. La Sra. Zhu comía y celebraba a Buda; era una conocida mujer bodhisattva*. La bodhisattva naturalmente se negaba a dejar que él olvidara. No dejaba que abandonara a su madre y le recordaba cada tres minutos que fuera con ella.

*[Bodhisattva es un término del budismo que alude a alguien embarcado en el camino de Buda de manera significativa. Un bodhisattva es aquél que ha orientado todo su ser hacia el 'despertar'; alguien que busca alcanzar la iluminación]

Así que todos los primeros días del mes, Zhu Baoshan tuvo que soportar la carga de visitar a su madre loca y a la acompañante de ésta. De lo contrario, sería un 'desagradecido' o 'persona no filial'. No tenía más remedio que esperar que la loca muriera rápidamente.

Nuevamente era el primer día del mes, y con tres días de anticipación, la Sra. Zhu había enviado a alguien para recordarle que por favor fuera con su madre y la ayudante. A veces, Zhu Baoshan no sabía lo que pensaba la mujer. Había enviado un montón de escalofriantes restos de comida al patio, ¿no se había dado cuenta?

¿Tal vez la Bodhisattva tenía miedo de que los lunáticos tuvieran mucha hambre y necesitaran demasiada comida?

Se apretó la nariz y llegó al pequeño patio con una cara hosca; de repente se sintió un poco extraño: en el pasado, al primer día y porque sabían que él iba a venir, la vieja sirvienta abría temprano la puerta del patio para encontrarse con él. Zhu Baoshan generalmente no entraba, sólo gritaba "Dale mis saludos a mi madre" en la puerta, como una rutina.

Pero ese día, la puerta del patio estaba cerrada.

Zhu Baoshan deambuló alrededor de la puerta por un rato y dijo: "Que extraño, ¿podría ser que Buda manifestó su espíritu y la loca finalmente estiró la pata?"

El lugar había permanecido en mal estado durante mucho tiempo y la casa a menudo tenía goteras por donde pasaba la lluvia. La puerta había sido carcomida por los insectos que la mordían y ensuciaban y los tornillos estaban flojos. Zhu Baoshan estaba a la expectativa; entonces, empujó suavemente la puerta de madera creando una pequeña abertura para echar un vistazo dentro.

No vio dónde estaba la loca, sólo encontró que los trapos desordenados en el patio estaban limpios, una puerta estaba entreabierta y algunas risas de chicas jóvenes venían desde el interior... muy ligeras y un poco tímidas. Era absolutamente imposible que se tratara de la loca.

El patio permanecía desierto durante todo el año, hasta los ratones eran escasos, ¿dónde estaba la extraña chica? ¿Podría estar en un árbol?

Zhu Baoshan estaba perplejo y esperó, mirando con cuidado. Inesperadamente se encontró con la vieja y torpe sirvienta que llevaba un recipiente de cobre. Cuando lo vio, el recipiente de cobre en su mano cayó al suelo provocando un fuerte ruido en el lugar. La risa ligera se detuvo abruptamente. En ese momento, Zhu Baoshan salió ansiosamente, movió las piernas y escapó corriendo una buena distancia. Su espalda estaba fría y sudorosa y no se dio tiempo para recuperar el aliento. Ni siquiera sabía lo que pasaba.