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Mingyu y Wonwoo eran simples. 

Pese a ser personas con poder, dinero y contactos, se conformaban con un paseo por el parque para entenderse, unas cervezas y una canción en el karaoke del sótano de Mingyu para cumplir todas las ideas del universo. 

Y ahí estaban, en la quinta canción de la noche, luego del éxito de Mingyu heredando la empresa. Bailaban, bebían un poco, y disfrutaban la joven noche que avanzaba rápido pese a su gozo. 

—¡Una canción más! ¿Esta cosa tiene más canciones en inglés?—Preguntó Jeon, apretando la pantalla táctil de las canciones mientras la otra sostenía el micrófono.

—Síp. Desliza. 

Hizo caso, viendo las canciones. Su chillido de felicidad se contagió hasta el castaño también, quien le daba un trago a su cerveza a medias. 

Eligió una canción, la cuál comenzó a sonar mientras Wonwoo daba el espectáculo frente a su dueño de casa favorito, quién le daba la sonrisa más encantadora del universo. La canción era Dark Red, la cuál comenzó en cuanto Jeon carraspeó sobre el micrófono y anunció al "público" que aquella melodía iba dedicada al moreno frente a sí. 

Comenzó a cantar, y cada oración que contenía "girl" en ella, la cambiaba por el opuesto, apuntando hacia el vampiro sentado en el sofá. 

Rieron a carcajadas, y aunque el alcohol era un deshinibidor bastante útil, no evitaba que los sonrojos de ambos estuviesen presentes. 

La canción finalizó, y ambos se miraron.

—Oye. 

—¿Dime?—Dijo Wonwoo, con la respiración acelerada y la sensación de burbujeo en su cuerpo como si fuese una soda recién abierta a punto de estallar.

—Te amo. ¿Puedo ser al fin el yerno de tu madre?—Dijo con una risita, escondiendo un poco su rostro con la botella de la cerveza. 

—Sólo si quieres ser también el cuñado de mi hermano.

Ambos rieron, y Wonwoo se acercó, sentándose en el sofá y besando al moreno quien simplemente se regodeaba por la respuesta semi-positiva del juguetón Jeon.

—También te amo, y claro que quiero idiota. Es la propuesta de novios más tonta que he oído.—Dijo sobre sus labios, sonriendo de lado. 

—Me pega. ¿No crees?

Volvieron a reír y besarse. Y aunque fue un momento bastante normal, para ellos fue el cambio en ciento ochenta de sus vidas. Y sin dudas era algo completamente especial. 

Terminaron sus cervezas, ya un poco cansados y agotados después de demasiado trabajo durante el día. Hasta que claro, Wonwoo seguía con la energía suficiente como para retarle a unas rondas de juegos a Mingyu, quien claramente estaba dispuesto a aceptar cualquier tipo de desafío con su ahora novio. 
Prendieron las consolas y los controles. Empezaron las partidas de peleas, Mortal Kombat específicamente. Partidas en donde a cada rato Kim revisaba el panel de combos de golpes, y Wonwoo no lo hacía y aún así los lograba mejor que su compañero de batalla. 

El azabache mató varias veces al personaje de su novio, quien estaba frustrado.

—¡Gané! 

—Soy malísimo.—Dijo lamentándose el moreno mientras reía por la felicidad de su reciente oponente. 

—Créeme, las veces que he perdido en este juego contra mi hermano, me hacen sentir mejor ahora.—Rió mientras sonreía y miraba la pantalla. 

—Me parece que sí.

Susurró Mingyu, con una sonrisa brillante. Tomó la cintura de Wonwoo, y con una delicadeza pero habilidad notoria, acostó al azabache en el sofá amplio con forma de L. Besó su cuello, la línea de su mandíbula y se atrevió a rozar sus colmillos por el lóbulo de su oreja.

Dark Red.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora