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Era un sábado de luna llena. 

Y oh Dios, era una noche de temor.

Mingyu por petición de su madre, iba a ir a una reunión de vampiros, otra vez. Claro esta vez era una mucho más discreta. 
Y Wonwoo había insistido en ir, queriendo saber como era una reunión como esa, y además, ser de apoyo para su novio. Sabía que no quería ir, sabía que era incómodo y que prácticamente su madre lo había arrastrado para ir a una.
Pero al menos irían los dos novios a una reunión tan discreta como para beber champagne y usar corbata.

Mingyu llevaba una camisa negra, pantalones formales de tela del mismo color, un cinturón bastante discreto, y un abrigo azul marino largo que llegaba hasta más abajo de los muslos. Se veía en el espejo luego de colocarse perfume, y un poco de sombra en los ojos. Wonwoo estaba por llegar a su casa, así que su cuerpo se movía por todas las áreas de su hogar como si tuviera comezón, en busca de los últimos detalles. 

Se arregló las mangas de la camisa, y por última vez se vio en el espejo. Sus ojos se veían apagados, podía verlo. Era como si no tuviera ganas de estar ahí por hoy. 

—Sólo por hoy, Mingyu, sólo por hoy.—Pasó sus manos por las mejillas, y luego escuchó el timbre de la casa sonar con insistencia. 

Bajó las escaleras a tropezones, y se deslizó aún a pie descalzo hasta la entrada. Abrió la puerta, encontrando a un Wonwoo peinado con gel hacia atrás, mostrando toda su frente, un traje gris con las solapas de color blanco, y llevaba uno de sus característicos suéteres con cuello de tortuga, sabia decisión por el frío y con la presencia de distintos vampiros. Los pantalones no eran demasiado llamativos, pero combinaban con la tela del saco. Llevaba anillos, y una sonrisa igual de brillante que aquellas joyas.  

—Wow...—Bisbiseó en voz baja el dueño de casa.

—Hola a ti también.—Dijo volteándose con una mirada lasciva. Wonwoo suspiró, y miró a su novio.—Te ves genial.

—Tú no te quedas atrás. 

Se miraron unos segundos, y Mingyu decidió acercarse. Jeon tomó iniciativa y de los bordes del abrigo largo de su novio, lo terminó por aproximar, besando sus labios con intensidad antes de que el acontecimiento al que iban les impidiese hacer eso. Se miraron unos segundos cuando se separaron, Wonwoo soltó una risita. 

—¿Vamos?—Exclamó el azabache, escondiendo sus manos en los bolsillos.

—Sí, deja me pongo los zapatos.

Kim mantuvo la puerta abierta, pero el azabache no entró, sólo miró la casa como si fuese la primera vez visitándola. 
Un par de minutos después, el medio vampiro ya estaba listo. Fue Wonwoo quien los llevó hasta la dirección que su novio le señaló por medio del GPS. 

Wonwoo condujo hasta los sitios más apartados de la ciudad. Habían casas enormes en esos lares, y Mingyu se sentía completamente seguro de ese día. 
El medio vampiro le pidió a su novio que se detuviera cuando ya habían llegado. Wonwoo puso el freno de mano, escuchando la música fuerte y la gente hablar a la lejanía.

—Okay, vamos.—Dijo el dueño del auto, quitando las llaves y guardándolas en su bolsillo. 

—Amor, espera.—Mingyu sostuvo su mano, el contrario lo observó con confusión.

—¿Qué? 

—Tengo algo que decirte antes de que entremos.—Carraspeó Kim tomando su mano con delicadeza.—Hay personas como nosotros, pero son escasos los medio vampiros con un humano. Muy escasos. Así que por favor ten cuidado. Si es necesario, finge que eres un vampiro. ¿Okay? Y...

Dark Red.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora