Final.

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Encontrar un tiempo libre para ellos era bastante difícil.

Pero, tener padres que estuvieron en el negocios, y asistentes que ya saben lo que hacer, y vacaciones acumuladas, hacía todo demasiado fácil a esas alturas. 

Así que ahí estaban los tórtolos, viajando hasta Europa. 
Llegaron luego de unas buenas horas de viaje. Estaban sentados hombro contra hombro, cansados y un poco agotados. Se habían ido luego de trabajar, eso más un viaje, no era una buena combinación.

Habían planificado el viaje por dos semanas, y quizá más con sus ideas tan alocadas. 

Finalmente lo habían cumplido, eso ya era un gran avance para ellos. 

Se bajaron del avión, recogieron sus maletas, y buscaron un taxi apenas lograron pisar el cemento del país. 
Wonwoo había dormido poco durante el viaje, así que cuando acomodó su cuerpo en el asiento del vehículo, dejó caer su cabeza en el hombro de su pareja. 

—¿Cansado?—Susurró Mingyu mientras lo dejaba acomodarse, y rodeaba su mano para poder acariciarla. 

—Mucho. Quiero dormir.

—No deberías, tienes jet lag.—Musitó Kim mientras besaba la cabeza del pelinegro. 

—Ugh, sabes, ya no quiero ir a Europa.—Mingyu soltó una pequeña carcajada por el comentario de su pareja. 

—Es un poco tarde para eso.—Susurró el moreno mientras acurrucaba un poco a su pareja encima. 

El vuelo había partido en mañana de aquel día, pero debido a la diferencia horaria, en Londres era de noche. 

—Pero puedo dormir, es de noche aquí.—Wonwoo miró a su compañero, y le sonrió.—¿Ves? Tengo todo pensado. 

Ambos rieron, y posterior a eso dejaron que el taxista hiciera su trabajo hasta la dirección del hotel. 
Fue un dolor de cabeza hacer el check-in, entre problemas con las maletas y las llaves, los dos estaban completamente hartos. El viaje los tenía cansados y con el cuerpo hecho una miseria. Tenían hambre, y llegar a la habitación significaba cargar con todo sus pesos hasta allá. 

Llegaron finalmente a las dos de la mañana del lugar. 

Wonwoo ni siquiera se sacó los zapatos ni el abrigo para cuando llegaron. Se recostó en la cama y cerró los ojos. 

—Prepararé un baño, ya luego puedes...

Kim miró de reojo al cuerpo tirado en la cama de la habitación. Una habitación grande que tenía una sala con televisión, un baño amplio con buenas duchas y tina aparte, y un pequeño minibar en una esquina de la sala. Se quedarían un par de días allí, y podían darse el lujo. ¿Por qué no hacerlo a lo grande? 

—¿Amor?—Preguntó Mingyu mientras se acercaba hasta su amado, quien no pronunciaba más sonidos que leves suspiros somnolientos. 

—No estoy. 

—¿Te pongo tu pijama?—Rió Mingyu.

—No tengo cinco años.—Wonwoo abrió sus ojos y miró al hombre parado al lado de la cama.—¿Pero me lo puedes pasar? 

—Menos mal los empaqué encima, sabía que llegarías así al hotel.—Jeon rió bajo y se sentó en la cama, agradecía que su pareja lo conociera como la palma de su mano.—No te rías, eres muy perezoso cuando viajas. 

—Lo sé, lo sé. Sobre todo el día que llego.—Wonwoo recibió el pijama de coloración azul, y sin pudor alguno comenzó a desvestirse. Kim recibió las prendas para acomodarlas sobre una mesita, dobladas y colocadas bien.—Viajar contigo es mejor que hacerlo solo. 

Dark Red.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora