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No tomó más de dos días para que el sobrino-no-sobrino de Jeon entrara en coma, y esperando lo peor.

Que así sucedió. El niño falleció luego de mucho trabajo por parte de los cirujanos y enfermeros. La muerte llegó como una bala. 

El luto viajó por sólo esa familia y la familia de Jina. Bohyuk insistió en que Wonwoo debía ir al funeral, o al menos presentar respetos, pero respondió que no tenía el tiempo ni las ganas. 

Un poco decepcionado, el menor de los dos hermanos simplemente lo dejó pasar, entendiendo que el dinero ya había comprado el seguro y las cirugías del menor de edad, y ayudó al contacto sobre las cartas de defunción, el lote de entierro, entre otros. No podía pedirle mucho más. 

Era viernes, un día oscuro, donde la lluvia llegó dándole ambiente al día tan lúgubre para mucha gente. Wonwoo no estaba feliz, no quería terminar la semana. Trabajó y se movió entre las oficinas como una bala. Ni Hansol ni Mingyu pudieron alcanzarlo. Estaba prácticamente fuera de sí. Como si no quisiera tener otro contacto además del laboral. Y eso lo dejó claro. 

Eran las seis de la tarde, Wonwoo se estaba arreglando, sacándose la chaqueta y camisa, y colocándose una camisa negra y una chaqueta oscura también. Se miró al pequeño espejo de la oficina y guardó todos los documentos aprobados y desaprobados de ese día. La puerta fue abierta, y se volteó, aún abrochándose los últimos botones de la camisa. 

—Oh, hola Kim.—Anunció, pasando sus palmas por su propio pecho, estirando la prenda. 

—Wonwoo, tenemos que hablar. 

—Nop, ya aprobé el presupuesto de publicidad, anoté todo, Hansol se hará cargo del departamento de diseño. No sé que voy a cenar hoy, y mañana planeo simplemente descansar. Oh, y dile a tu padre que necesitamos ver el precio de la consola cuando esté antes del lanzamiento oficial, debemos discutir eso también. 

—No es sobre trabajo.

—Oh... Ehm, ¿Sobre qué es?—Wonwoo dejó de procesar su cerebro a mil por hora, y suspiró pesado. 

—¿Estás bien? Estás evadiéndome a mi y a Hansol todo el día. 

—Estoy bien. Sólo necesito hacer las cosas.—Wonwoo sonó tranquilo, aunque sus labios se apretaron fuertemente luego de hablar. Kim frunció el ceño, se acercó más luego de cerrar la puerta con seguro, y miró de reojo al pelinegro. 

—No suenas bien.

Ambos se miraron. Wonwoo simplemente soltó un profundo respiro, desabrochó los botones altos de su camisa y simplemente se sintió más intranquilo de lo normal. 

—Lo estoy. Sólo no quiero ir a casa de Bohyuk. Será todo muy triste, y ya ocultar nuestra relación, más lo de mi padre, es suficiente hundimiento para mi. También tengo límites.—Arregló sus mangas, en un intento de distraerse.

—Si quieres puedo acompañarte. 

—No. No quiero a todos mis problemas en el mismo sitio.—Abrió los ojos un poco más de lo normal al notar haber escupido esas palabras.

Kim tenía las cejas levantadas, y los labios entreabiertos como si buscara preguntar si era correcto lo que había escuchado. Varios segundos pasaron, segundos en los que Wonwoo quería un cinto espacio temporal y volver en un pequeño tramo de tiempo atrás para enmendar su estúpido error. Se sintió tonto y aún más desamparado de lo normal, como si estuviese siendo juzgado por millones de espectadores. 

—Soy un problema... Bueno, cuando termines con tus demás problemas, podremos hablar del problema que significo yo.

—Mingyu, espera.—El moreno abandonó la escena, y simplemente suspiró ante no recibir alguna respuesta.—Mierda, mierda, pura mierda.—Se murmuró a sí mismo, golpeando suavemente el escritorio de su oficina antes de agacharse y tratar de ordenar todo pensamiento. 

Dark Red.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora