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Incluso si su relación había hecho frutos, echado raíces y decidiendo avanzar, habían algunas tempestades que hacían todo difícil.

Sobre todo cuando una de esas tormentas, tenía el nombre de trabajo en ella. 

Iniciar las semanas era difícil para ellos. Pese a que su relación de vampiro-presa no había cambiado, sin duda había tenido ciertos retoques en ella. 

La reunión había terminado, un día miércoles, y como una de las tantas veces en este caso se encontraban en las oficinas de Mingyu y su padre. 
La sala de juntas estaba vacía, luego de que todos la hubiesen abandonado. Sólo quedaban ellos dos sentados uno al lado del otro. 

—Creo que es buena idea lo que dijo Park... Pero es difícil con la idea de que tenemos presión, y a tu padre no le gustan las cosas reutilizadas.

—Papá es un innovador, ama las cosas nuevas incluso si complican aún más la vida.—Mingyu se balanceó en la silla. Miró a Jeon, quien observaba distraídamente la pizarra del lugar.—¿En qué piensas? 

—En cómo llegamos aquí... No queda demasiado para poder tener el juego completado, o al menos ya al manejo público quitando la beta. Esperan mucho de nosotros.—Wonwoo se aflojó levemente la corbata. 

—Y lo hemos hecho genial, sobre todo tú... Yo sigo bajo el yugo de papá. Tú has hecho todo solo.

—Hombre, tengo a mi mamá y a mi papá recién llegado luego de más de diez años sin él. Fácil no la tengo.

Se miraron, sonrieron y luego se levantaron. Mingyu besó su mejilla antes de que se separaran, puesto que Jeon iba a almorzar y Mingyu a hablar con su padre. 

Aquel día transcurrió normalmente. 

Cuando terminó, se quedaron de nuevo solos. Esta vez en la oficina más pequeña de Mingyu. Sentados en un sofá más pequeño que el de Wonwoo. 
El presidente, en territorio ajeno, tenía lentes puestos. Mingyu se encargó de traer café para el muchacho. Leían contratos y curriculums para personas en la directiva de desarrollo y finanzas. Obviamente estaban concentrados en aceptar o rechazar candidatos. Y aunque Kim era más blando descartando, Jeon no lo era. Simplemente pensaba con cabeza fría. Sí era bueno, o malo, si cumplía sus requisitos o no. Eso era lo que le importaba. 

—Estoy harto de esto. Hay muchos candidatos. 

—Bueno, es normal.—Asintió Jeon, mirando al muchacho a su lado.

—¿Podemos darnos un pequeño descanso?

—Vaya, vaya, ¿El medio vampiro necesita un descanso, o necesita comer?

Wonwoo soltó los papeles y se acomodó sobre el sofá, recargando su espalda en el mismo mueble. Kim rió ante la pregunta, pero simplemente negó ante el jugueteo de su socio. 

—No es buena idea hacerlo aquí. Papá siempre se pasea. 

—Y para algo tienes seguro en la puerta.

Se levantó del elegante mobiliario, y abrió la puerta para ver si veía alguien. Y vaya que sus sentidos no estaban muy alerta. Apenas notó, el señor Kim estaba llegando hasta la puerta. Lo saludó, y apagando la llama de la pasión con Mingyu, dejó pasar al hombre más mayor a la oficina. 

—Hola, señor.

—Hola... Wonwoo.—El hombre pareció no sonar tan relajado como siempre. 

Y así fue como tanto hijo como padre hablaron fuera de la oficina. Wonwoo se preguntaba qué tipo de confidencialidad compartían. Pero sin duda era algo a lo que su compañero estaba muy mal acostumbrado. 

Dark Red.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora