— Jin, cielo. Jin.
Sentía lejanos llamados de alguien que mencionaba su nombre con voz de seda. Se removió en su cama y abrió apenas sus ojos comprobando a su lado aun sentada a su madre que le miraba con una pequeña sonrisa.
— ¿Mamá? ¿Sucede algo? ¿Aún no ha ido al trabajo?
Talló sus ojos enderezándose a la vez tratando de alejar el bostezo que crecía en él. Su madre lo miro con ternura. Su hijo mayor le recordaba fielmente a la imagen de su esposo.
— Oh no aun no querido, me voy en unos minutos más. Iré a dejar a Yeonjun a casa de la madre de Jungkook, pero te he despertado por otra razón.
El chico se estiró haciendo que sus huesos crujieran en un placentero sonido relajándole de inmediato y haciendo que soltara el aire de sus pulmones.
— ¿Qué es, mamá?
— Jungkook espera por ti en la sala.
Parpadeó unos segundos y miró con confusión a su madre. ¿Escuchó bien y dijo que Jungkook esperaba por él en la sala?
Echó una mirada hacia la ventana y aun no había salido el sol.
—Son las cuatro de la mañana, ¿quieres que le diga que te darás un baño?
¡Las jodidas 4 a.m.! ¿Quién diablos era Jeon Jungkook? ¿Acaso dormía?
— Voy a matarlo.
Su madre rio levantándose de la cama y caminando fuera de su habitación, pero antes se detuvo.
— Les haré una taza de café a ambos mientras te duchas. Diviértanse mucho, querido.
— Sólo haremos un par de compras y buscaremos el regalo para Yeonjun.
— Una vez que las ventas se disparen con el Sr. Song, difícilmente volverás a ver a tu amigo. Tómense este día para ustedes. Te estaré esperando cuando vuelvas, ¿si?
Frunció el ceño y asintió estando aun confundido. Cuando su madre salió, el saltó fuera de la cama para tomar su ropa y correr rápidamente al baño. Enserio, ¿Qué estaba pensando su amigo al ir por él tan temprano?
Podría haber pasado a las 11 a.m. y el tiempo aún les habría alcanzado.
Talló las partes de su cuerpo con fuerza por el enojo que sentía de haber sido privado de su precioso sueño. Haría que Jungkook pagara por eso. Le haría comprarle mucha comida.
Salió con su ropa ya puesta y se dirigió a la cocina encontrando a su madre a punto de ir a poner unos panecillos en la mesa, suponía que hasta había tenido una charla con su amigo antes de eso.
— Yo lo llevo, mamá. Ya puede ir a prepararse para el trabajo.
— Gracias Jinnie, si un no salgo antes de que ustedes se terminen, pueden irse. Con mucho cuidado amor.
— Claro mamá.
— Te amo.
— Y yo a ti.
Ella se despidió dejando el recipiente con pan en manos de su hijo. Dejo un beso en su mejilla y le sonrió susurrando un adiós de nuevo.
Jin miró la apetecible empanada que podía jurar era de su sabor favorito. Mirando encima de sus hombros, la tomo con una mano y mordió la punta comprobando el dulce de leche dentro de ella. Para asegurar aun más su posesión, trozó un poco dejando casi destrozada aquella delicia.
Así Jungkook no lo tomaría.
Era un genio.
Volviéndose al interior de la sala en donde encontró a su amigo sin su ropa de comisario pero aun viéndose sorprendentemente guapo, desvió la mirada y puso el recipiente con panecillos en el centro de la mesa entre ellos. Se sentó al frente suyo viendo su taza favorita para tomar café. Sonrió por aquello.
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Tan lejano como el oeste; Kookjin
Teen FictionDonde hay una historia de AMOR, alguien decidió un día ser valiente... 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝟏𝟎𝟎%, 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒎𝒊𝒕𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒑𝒊𝒂𝒔 𝒐 𝒂𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔. * GANADOR EN EL SHIPP KOOKJIN DE LOS YOUR AWARDS 2022 * Créditos t...