27.

640 127 8
                                    

Soltó un largo suspiro dejando que sus pensamientos volarán por su mente, ni siquiera las sonrisas tímidas ni los gestos coquetos de las señoritas de la gran ciudad lograron esta vez desviar sus preocupaciones. Lo único que consiguió fue acarrear más peso en su ultimátum sobre tomar su decisión definitiva.

Aquel día cuando todo había cambiado para él se dio cuenta de muchas cosas.

Su vista hacia el monumento central de la ciudad se vio ofuscada por la presencia de otra persona que tomaba lugar a su lado en el asiento disponible de la banquilla. El hombre retiro su sombrero café de su cabello y se relajó dejando salir un cansado suspiro, mientras que él seguía absorto mirando la gran estatua de cobre.

— ¿Y qué piensas hacer ahora?

Preguntó el hombre de la voz grave recargando una pierna encima de la otra y dejando caer su brazo izquierdo en el respaldar detrás suyo. Kim Taehyung no era tan molesto como había pensado, en estos días había sido un pilar para su cordura y le había abofeteado en los días que deseaba dejar todo para comenzar de nuevo.

Ambos se encontraban ahora en Dizzying, la ciudad natal del moreno. Hace un par de días, por no decir una semana, Seokjin le había dejado en claro sus sentimientos hacia él y daba por obvio que no daría marcha atrás ahora. Jungkook no había sabido que hacer, así que mientras Jin trabajaba en el banco al día siguiente él le había pedido a Yoongi que le dejara una nota suya explicando su nueva ausencia.

No iba a escapar de sus decisiones, sólo necesitaba pensar desde otro ángulo. Lejos de los ojos sinceros que lo miraban suplicantes de amor o de los ojos molestos del hermano de su mejor amigo.

Siendo sinceros, Jimin le causó un poco de miedo. No del tipo al que estaba expuesto, quizás... ¿recelo?

— La verdad aun no estoy seguro.

El comisario de la ciudad asintió volviendo a mirar al frente junto al pelinegro y tras unos segundos quiso golpearse la frente por la obviedad del asunto. La respuesta de Jeon estaba en esta ciudad, frente a sus ojos. Sólo necesitaba de alguien que le diera un empujón a la verdad.

Si él no podía hacerlo cambiar luego de lo que le dijera, solo dios sabría que sucedería luego.

Pero ahora, era mejor intentar.

— ¿Sabes porque a esta ciudad se le conoce como la tierra del pecado?

A su lado, el hombre frunció el ceño por el cambio de tema y miró al castaño sonriente que miraba la estatua de su fundador en la plaza central.

— Creía saberlo. No tengo idea si las cosas que me contaron son reales o no porque, bueno...

Taehyung asintió y volvió a acomodarse en su asiento. Era la primera vez que le contaría a alguien la historia de su pueblo y de sus ancestros, no sabía como lo tomaría Jungkook pero esperaba que fuera de ayuda para meditar sobre la decisión que debía tomar.

— Quizás no todas sean tan descabelladas. Nos llaman pecadores, libertinos, depravados, bueno un montón de cosas que solo a la gente mala puedes decirle, ¿no es así?

El pelinegro asintió culpable.

— Pero todo tiene un porqué y viene gracias al hombre que estas viendo.

Jungkook volvió su atención a la estatua del hombre de traje y corbatín sentado en una silla de madera. No encontró nada extraño en el tipo más que la extraña ropa en su vestir y una exuberante joya en su dedo anular.

— Kim Hyunwoo fue el hombre más admirable de todo el pueblo, al menos eso cuentan los libros y las personas mayores de esta ciudad. Él trajo muchas cosas buenas a este maldito pueblo, como la pureza del lago y el canal que conduce al pozo de agua donde cada día acarreamos agua. ¿Sabías que fue él quien permitió que los de tu pueblo pudieran trabajar en su mina?

Tan lejano como el oeste; KookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora