16.

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Sus ojos se abrían con pesar no acostumbrándose a la escasa luz que entraba en aquella habitación. Sentía su cabeza arder mil veces peor que una quemadura y deseo que se la arrancaran ya mismo.

Cuando pudo mantenerse consiente esta vez, se irguió mirando a su alrededor y se preguntó dónde demonios estaba. En la habitación él se encontraba reposando en un viejo sillón con un pequeño cojín como única compañía. Frente al sillón a unos pasos había un escritorio con algunos porta-archiveros que tendrían montones de papeles ya que, algunos podían asomarse con gracia por los cajones.

No reconoció el sitio y se asustó de inmediato creyendo lo peor.

Afortunadamente alguien entraba haciendo una escandalosa entrada por la puerta que rechinaba terriblemente, el pulso del latir en su pecho se detuvo en el segundo que lo vio. Y detrás de él, al moreno que lo había llevado a esto.

Ambos hombres le miraban; cada uno de distinta forma. Pero pudo percibir la tensión que se sentía en la habitación.

— Jung...

Intentó hablar, pero su garganta estaba ofuscada por un ardor desconocido y entonces recordó lo que había sucedido.

Se había embriagado en un pueblo nuevo junto a un chico al que apenas conocía.

— ¿Cómo te sientes, Seokjin?

Podía notar en su voz que detrás de esa pregunta amistosa, su tono era molesto. Jungkook probablemente le reprendería por lo sucedido y estarían las cosas peor de lo que ya estaban, es por eso que Jin no deseaba verlo. Por eso había huido del local del señor Iseul, por eso no había cedido antes, por eso le evitaba mirar justo ahora.

— Estoy bien.

— Entonces levántate y vámonos. Tu hermano está preocupado por que no apareciste.

Sintió de nuevo como si un golpe en el estómago le sacara todo el aire de su cuerpo. La única razón por la que él lo habría buscado sería esa: su pequeño hermano menor. Nunca él. Nunca sería porque le importa.

Quería de regreso el tiempo en que su mejor amigo no sabía o era consciente de los furtivos sentimientos prohibidos que albergaban su corazón.

Asintió sin decir nada más y miró por última vez a Taehyung, su cabello estaba alborotado y tenía un pequeño hilo de sangre corriendo por su nariz.

Él solo le sonrió tímido y negó con la cabeza viendo hacia el marco de la puerta por donde el mejor amigo del chico había salido.

— Lo siento Jin, no esperaba que tuvieras poca tolerancia al alcohol. Creía que por trabajar en un bar serías... bueno.

Una bonita sonrisa arrepentida que acompaño con una inclinación de su cabeza fueron suficientes para que el débil corazón que tenía aquel chico le perdonara por lo que hubiera hecho. Después de todo, Jin también había querido hacer eso, embriagarse hasta olvidar todo a su alrededor.

— Olvídate de eso Taehyung, fue divertido salir contigo.

— ¿En serio? ¿Entonces habrá una segunda ocasión?

El peli rosa sonrió asintiendo y despidiéndose del joven. Su cabeza seguía doliendo con miles de martillazos en cada zona, pero trataba de avanzar con paso seguro haciéndole saber al pelinegro a su lado que él no iba a pedir su ayuda. Aunque su presencia seguía causándole molestias, se preguntó si aquella discusión que esperaba que tuvieran sería una grieta más para su corazón.

A este punto, le sorprendería siquiera que estuviera aun allí.

— ¿Junnie realmente está muy preocupado?

Tan lejano como el oeste; KookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora