6.

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Era de mañana cuando Seokjin escuchó ruidos en la entrada de su hogar. Su instinto le hizo tomar cualquier cosa que estuviera cerca suya para protegerse e ir a ver que era aquello que los disturbaba. Sabía que su hermano menor seguiría dormido y su madre aún en cama tras una jornada larga en la textilería.

Dando pasos pequeños, tomo con más fuerza un hermoso adorno de mesa que hacia años su abuela le había obsequiado en un cumpleaños pasado. Tenía miedo ya que a esa hora, su mejor amigo ya no hacia rondines y sabia que era cuando los bandidos preferían para hacer sus agresiones.

Acercándose lo suficiente a la puerta, se preparó mentalmente para lo que sea que vendría. Incluso se aseguraría de gritar tan fuerte para que todos en el pueblo le escucharan.

Pero cuando abrió la puerta, la sangre le volvió al cuerpo con apenas un suspiro.

Miró detrás a Jungkook, quien probablemente venía escoltando a quien estaba frente de él en la puerta. Un no tan tímido castaño sonrió con gracia y se tiró a sus brazos sintiendo el cuerpo cálido de su hermano mayor en contraste al suyo tan frio por el viaje en tren que le costo sus hermosas posaderas.

— ¡Jimin!

— ¡Oh Seokjinnie, te extrañe mucho hermano!

Abrazo al castaño de cuerpo pequeño y sonrió con amor antes de dar una última mirada hacia su mejor amigo en camino a irse. Susurró un gracias en su dirección y el asentimiento de cabeza fue la respuesta a eso.

Después, él y su caballo se perdieron entre la espesa noche.

— Vamos adentro Minnie, estas helado, ¿Cómo estuvo el viaje?

Ambos entraron en el hogar siendo recibidos por el confortable calor de un techo y la nostalgia golpeo al menor de ambos por ser recibido de nuevo en su casa. Todo en la capital iba de maravilla, pero a veces, cuando sentía que todo iba mal y no podría más...

Esperaba que su familia estuviera allí para confortarle.

— Agotador, pero fuera de eso no ha ido nada mal. ¿Cómo están las cosas aquí?

— De maravilla. Mamá ha conseguido un ascenso y ha hecho horas extras en el trabajo. Junnie es muy listo, justo como papa y yo sigo trabajando con el señor Song en la taberna.

— ¿Uhm? ¿Taberna, dices?

— Supongo que esas eran las buenas nuevas... El señor Song renovará su cantina y la hará una taberna con espectáculo de damiselas para los varones que asistan. Al principio se negó de tantas maneras pero ambos sabíamos que era una buena idea.

— Me alegro por él. Ese hombre no merece morir solo y en la pobreza. Tiene tanto por lo que vivir aún...

— Y a que no te imaginas quien lidera a sus chicas.

La fina ceja de Jimin se alzó en curiosidad causándole a Seokjin una carcajada satisfecha, sabía que apenas dijera aquel nombre, su hermano menor exclamaría con frustración.

Porque Jimin no era un fanático de la gente. A decir verdad era bastante antisocial. 

— ¿Quién?

— Kim Dahyun. 

— Menos mal no estaré para quedarme.

— No seas grosero con ella. Ha estado hablando a todos acerca de que tiene un primo que será médico y te ha recomendado con todos.

— Nunca se borrara de mi memoria la vez que gracias a ella tuve el peor castigo en mi historia de los diez años de vida. Así que, si me disculpas querido hermano, es momento de que ambos durmamos.

Tan lejano como el oeste; KookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora