Un aroma extraño lo trajo de vuelta a la realidad pero se negó tercamente a abrir los ojos. Su cuerpo se sentía demolido como si mil caballos hubieran arrollado su maltrecho cuerpo y además, sintió un dolor profundo atravesaba su pecho.
Probablemente la última oportunidad de vida llamando a su puerta y él ignorando sus suplicas y ruegos.
Entonces el tierno roce de una mano en su rostro lo sacó de su intento por desechar de nuevo la idea de despertarse. Un roce delicado que hacía presencia en su áspera piel, debía ser su madre. Solo ella habría tenido tal delicadeza con un bastardo sin alma como él. Limitándose a solo sentir la piel cálida en su mejilla, se relajó hasta desaparecer todos los pensamientos que lo agobiaban teniendo todos ellos de protagonista a su mejor amigo.
Oh, Jin.
Cuanto la había cagado con él.
Recordó cada sonrisa que el chico de hebras rosadas rebeldes como su corcel, le había regalado alguna en lo que ellos convivieron juntos. Y con pesada amargura también recordó los llantos que le causó por desgracia.
Merecía sentirse como la mierda.
La mano que hasta entonces seguía siendo un consuelo, de pronto dejó de tocarle- Frunció el ceño extrañando demasiado pronto el tacto, pero aquello fue reemplazado por un paño que limpió la sangre de su rostro. Gruño de dolor cuando el agua hizo contacto con una herida abierta en su pómulo derecho, escuchando como respuesta un pequeño y tímido 'lo siento' que le hizo abrir los ojos impresionado.
El joven frente a sus ojos estaba sentado en la cama a su lado y mantenía un gesto de preocupación en su rostro. El saco que llevaba anteriormente (y que parecía costoso) cuando cruzó por las puertas de la taberna, ahora no estaba. En su lugar, una camiseta blanca con las mangas alzadas era lo que le recibía. Uno par de tirantes ceñían la camiseta al pecho del chico y aquellos se anclaban a las hebillas de sus pantalones negros.
Su cabello ahora estaba un poco desordenado, pero aun así, se veía bien.
Jin siempre sabía cómo lucir bien.
Suspiró y retiró su mirada a otro lugar que no fueran sus ojos, si miraba por más tiempo al chico tenía miedo de que éste le reprendiera por todo. Se sentía miserable teniéndolo de frente y no podía creer que estuviera aquí.
¿Pero y si no era Jin quien estaba aquí? ¿Si sólo estaba delirando?
Miro de nuevo cautelosamente encontrándose la imagen del chico quien sumergía el trapo de nuevo en un balde de agua fría.
— ¿Jin?
El nombrado alzó la vista hacia él y ambos permanecieron unos segundos viéndose fijamente.
El rostro del pelinegro estaba hecho un lío. Namjoon había golpeado con la misma fuerza a Jungkook no dejándose intimidar en la batalla. Ambos habían dejado ver cuán fuertes eran, tanto Yoongi como Kyunsun, Jimin y él, trataron muchas veces de separarlos. Pero pararon en definitiva cuando Song Kang anunció a todos que si el revuelto no tenía fin llegarían los de la comisaría y les echarían a todos tras las rejas.
Eso pareció calmarlos por unos segundos. Hasta que el último golpe fue dado por Jungkook dejando inconsciente al moreno.
En ese momento apareció por las puertas de a taberna el gran Sr. Jeon junto a otros adultos, él se llevó a Jungkook gruñendo infinidad de obscenidades y barbaridades en su contra. Quien, al parecer no escuchó, ni comprendió.
Jin quiso correr detrás de ellos Asegurarse de que Jungkook estaría bien y que nadie, ni siquiera el padre del chico fuera a golpearlo en ese estado, pero Jimin le tomó del brazo y le dejo en claro que era una mala idea seguirlos en ese momento con la situación a flor de piel en todos.
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Tan lejano como el oeste; Kookjin
Teen FictionDonde hay una historia de AMOR, alguien decidió un día ser valiente... 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝟏𝟎𝟎%, 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒎𝒊𝒕𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒑𝒊𝒂𝒔 𝒐 𝒂𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔. * GANADOR EN EL SHIPP KOOKJIN DE LOS YOUR AWARDS 2022 * Créditos t...