Ahora, el pelinegro tocaba la puerta del hogar de Min Yoongi en donde se hospedaban los Kim. Estaba nervioso y cada parte de su cabeza le gritaba que corriera mil kilómetros lejos, más se negaba a hacerlo.
No perdería más tiempo intentando ocultar lo que sabia que sentía y eso era suficiente.
La puerta se abrió mostrándole la figura del dueño de su vida. Seokjin estaba allí de pie vistiendo una holgada camisa negra con un elegante pantalón gris parecía que antes había estado usando de nuevo esas tiras que se añadían a su cadera y se trataban por sus hombros, porque ahora solo la llevaba puesta de un solo lado.
El peli rosa lo miro y no musito palabra alguna, ese fue el quiebre de Jungkook.
Se tiro al suelo haciendo una reverencia ante los pies del chico y soltó todas sus lágrimas.
— Seokjin, no espero que puedas perdóname porque sé que fui un completo idiota. Deseo que todo lo que sucedió pudiera ser borrado por completo, pero no puedo hacerlo. Lo jodí en grande y ahora también perdí a mi mejor amigo. Yo... yo... quiero que tu seas feliz, que vuelvas a sonreír como siempre y ames a quien se te pegue la gana y que ningún imbecil descerebrado como lo fui yo te quiera hacer cambiar de opinión. Tu mereces lo mejor, por eso me iré...
Seokjin no soporto más tirándose a los brazos de Jungkook y abrazándolo con todas sus fuerzas. Quizás podría arrepentirse en el futuro pero ahora su corazón no quería ver como su amado sufría frente a él.
— Seokjin...
— Calla Jungkook. Ya te perdone. El que estés ahora aquí y no me hayas abandonado significa que ya me elegiste a mí.
Y no se equivocaba.
Jungkook había corrido fuera de la casa de Jisoo una vez terminó por completo su relación con ella y cabalgo a toda prisa hasta allí solo para ver por unos cuantos segundos una última vez a Jin, sin embargo ahora que lo tenía allí en sus brazos lloro como un niño desconsolado.
Eso no impidió que el azabache tomara su rostro en sus manos y besara sus labios un par de veces, luego más veces, luego otras más hasta que ambos se sumergieron en un profundo y apasionado beso causando que retrocedieran al interior de la casa y cerraran la puerta tras ellos.
El simple hecho de besar a Jungkook ya era todo un sueño para Jin, pero justo ahora teniendo aquellas manos grandes y callosas dando caricias por su cintura y pasando más allá de la línea de su camisa abotonada, el peli rosa se estaba sintiendo abrumado.
— Espera, espera, Jungkook...
Difícil era controlar el tono neutro de su voz sin dejar salir uno que otro gemido o grito agudo cuando tenía la boca y lengua del azabache en su cuello. Una jodida y exquisita delicia que estaba haciendo grandes problemas en su cordura y en los pantalones de ambos. Con el mínimo roce, Jin podía sentir lo dura y caliente que se sentía la erección de Jungkook junto a la suya y mentiría descaradamente si no dijera lo mucho que eso le gustaba.
Pero ahora no era momento para eso, él quería saber todo sobre Jungkook. Desde que hacía allí hasta porque estaba allí.
— Jungkook, espera, por favor, te lo ruego.
Jungkook tomó todo su fuerza de voluntad para separarse de Jin. Oír la suplica en la voz de Seokjin era su punto de quiebre, si Jin decia que parara él no iba a seguir. Aún si lo tenía con una dolorosa y monstruosa erección palpitante en sus vaqueros.
Al principio nunca fue capaz de pensar en tener sexo. Jamás, ni siquiera con las doncellas con las que coqueteaba tanto antes. Él no quería nada de ellas porque ni siquiera él mismo tenía en claro lo que quería y ahora que lo sabía, sus instintos primitivos salían a flote.
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Tan lejano como el oeste; Kookjin
Teen FictionDonde hay una historia de AMOR, alguien decidió un día ser valiente... 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝟏𝟎𝟎%, 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒎𝒊𝒕𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒑𝒊𝒂𝒔 𝒐 𝒂𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔. * GANADOR EN EL SHIPP KOOKJIN DE LOS YOUR AWARDS 2022 * Créditos t...