Tan lejano como el oeste; Kookjin

10.

El castaño sonrió con malicia deleitándose por la reacción del molesto hijo del viejo contrincante de su padre y se preguntó si alguno de ellos sabría la realidad de lo que ocurría realmente a su alrededor.

— Jungkook mi querido amigo, ¿sabes porque a Dizzying también se le conoce como la tierra del yerro?

Sonrió aún más por el rostro tintado en ira y bañado en repulsión del azabache. Taehyung difícilmente podría dejar ir una oportunidad así, pero no era su territorio. No desde su reciente interacción con cierto jovencito impasible.

— ¿Qué tratas de decir?

— Es solo... que tu amigo me recuerda a alguien.

Volvió su atención al pelirosa andante que se movía sin volver su atención a ellos, de verdad que ese chico se parecía mucho a su pesadilla de la gran ciudad.

Taehyung siendo hijo del sheriff de una ciudad que se rumoreaba era la manzana podrida de todo el condado, sabía de la mala reputación que adquiría por eso. Pero al llegar a la capital no espero que su primera visita sería un acalorado encuentro con un estudiante.

Sin embargo, no se lamento de lo acontecido.

— Pero quizás son ideas mías. Después de todo, esto no es High Mountain.

La mirada con escrutinio del pelinegro fue el fin de ese tema del que no volvieron a hablar.

Las cervezas fueron traídas a ellos por parte de Kyunsun y su conversación transcurrió sobre temas de trabajo que ambos los unían.

Siendo en realidad la única cosa que tenían en común ambos jóvenes... hasta ahora.

Cuando la puerta se abrió de nuevo, la presencia de la rubia atrajo la atención de algunos presentes.

— Hola hermoso primo, ¿cómo nos fue anoche?

El vestido tallado en la cintura de la jovencita dejaba a algunos hombres atónitos en su sitio y haciéndolos débiles ante sus amigos que no habían sucumbido a los encantos de la prima del pelirosa.

— Dahyun, ¡fue la maravilla! Kyunsun afirma que hoy incluso será más pesado que el día anterior, que si bien la voz se ha corrido por muchos lugares aún recibimos visitantes de todos lados.

Dahyun sonrió tomando asiento en el taburete frente al chico y manteniendo su rostro en sus manos, afirmando sus codos a la barra para no caer.

— Ya huelo la alta demanda del lugar. Tendrán que buscar más empleados para ayudarles a ti y a Kyunsun. Dos hombres para todo este bar es un trabajo pesado Jinnie, hablaré con Song de eso más tarde.

— ¿Porque actúas como su fueras la dueña de este sitio?

— Oh, ¿no te he dado las buenas nuevas?

Jin alzó las cejas con asombro al ver la felicidad de su compañera al llevar un hermoso anillo perlado con una fina joya en el sitio adecuado.

— ¡Me voy a casar!

El sonido del tarro rompiéndose en el suelo alerto a Kyunsun en su sitio pero nada lo preparo para el grito que vino luego de eso.

Dahyun salto en su sitio hacia atrás con miedo por la reacción extraña de su primo, llevó la mano con la joya en su pecho cuando el chico la señaló con horror.

— ¡JIN! ¿PERO QUE TE...?

— ¿TE CASARAS CON EL SEÑOR SONG?

— ¿¿QUÉ??

Lo siguiente que supieron el dúo Kim, era que estaban siendo echados hacia el cuarto de lavado por un castaño con sonrisa forzada que se dirigía a los clientes con un: "Tranquilos, pueden seguir disfrutando de su estancia aquí".