Veinte

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[Aitana]

Cuando entramos a la casa de Einar aún seguía en estado de shock, no podía creer cómo nos habían recibido todas esas personas.

-¿Vamos a conocer la casa? – Nos invitó Einar tirando de mi mano, aún con Kilian en sus brazos.

-¡Sí! – chilló nuestro pequeño estirando sus bracitos, haciéndome sonreír de ternura.

Einar nos hizo el recorrido por la planta baja, recorrimos el living, el baño, dos habitaciones y por último la cocina, la cual era enorme y tenía un juego de comedor donde entraban al menos 20 personas.

-¿Vive alguien más acá? – le pregunté frunciendo el ceño.

-Solo nosotros tres – y yo sonreí, porque amaba que nos incluya en todas y cada una de sus frases.

-¿Y porque una mesa tan grande?

-Porque casi siempre alguien de la manada venía a compartir conmigo, así que decidí comprar una mesa más grande. Pero si quieres podemos cambiarla – me dijo de forma apresurada y yo negué con una sonrisa.

-No me molesta compartir la mesa con personas de la manada – le dije sincera y él me sonrió feliz.

Cuando terminamos el recorrido en la planta baja, subimos unas enormes escaleras y llegamos a la segunda planta, donde había ocho habitaciones, todas ellas con baño. No las recorrimos, fuimos directo a la habitación de Kilian, que tenía su nombre escrito en ella.

-¿Vemos tu habitación cachorro? – le preguntó Einar y mi bebé asintió feliz mientras le pedía a su padre que lo baje de sus brazos. Fue él quien abrió la puerta y yo no quise perderme detalles de su carita, no sabía que Einar le había mandado a hacer una habitación, pero después la miraría, mientras prefería deleitarme con los preciosos ojos de mi hijo brillando de emoción.

-¡Mira mami! – Jaló de mi mano - ¡Mi habitación es de superhéroes! – dijo emocionado, mientras daba saltitos por todos lados y miraba cada detalle que había allí.

La habitación era grande, con un enorme armario para guardar la ropa de mi pequeño, una cama de dos plazas con un cobertor de superhéroes, en una esquina un montón de juguetes (en su mayoría de superhéroes), frente a la cama una enorme televisión donde seguramente miraría un montón de películas. En un rincón de la habitación había una biblioteca con montones de libros infantiles.

-Me encanta – le susurro a Einar mientras lo abrazo por la cintura y dejo mi cabeza en su pecho – Gracias – Einar besó mi cabeza y enredó sus brazos alrededor de mi cintura.

-No me agradezcas, haría cualquier cosa por ustedes dos, por ver la carita de felicidad que tienen ahora mismo. Hijo con mamá vamos a estar en la habitación frente a la tuya, esa es la nuestra, ¿sí? - Kilian asintió sin prestarnos atención mientras miraba sus nuevos juguetes – No remodelé nuestra habitación, porque preferí a que lo hagas tú como más te guste, incluso puedes hacer lo que quieras con el resto de la casa – me dijo mientras abría la puerta.

La habitación era aún más grande que la de Kilian. La cama era enorme, seguro de tres plazas, justo frente a la cama había un enorme televisor, había un balcón precioso que dejaba ver gran parte del bosque y la manada, un guardarropa que era prácticamente del tamaño de mi habitación en Seattle y por último un hermoso baño con una tina, ¡amaba las tinas!

-Es hermoso – le dije a Einar una vez que terminamos el recorrido.

-Puedes modificarla a tu antojo, de verdad – me dijo y yo le sonreí para después besarlo.

Una Humana para el AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora