Treinta y tres

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[Aitana]

Ya sabía que estaba embarazada, pero ver a mi bebé en la ecografía me hizo emocionar como la primera vez que vi a Kilian. Estaba realmente feliz y ansiosa, sabía que este embarazo iba a ser completamente distinto al de Kilian, en este embarazo el papá de mis hijos iba a estar a mi lado, sabía que iba a cumplir todos y cada uno de mis caprichos, me iba a cuidar y proteger de todo y todos. Esta experiencia sabía que iba a ser completamente diferente a la primera, porque ya tenía idea de todo lo que podía esperar del embarazo y del parto y porque tenía a Einar a mi lado y a toda una manda, pero tenía miedo de la reacción de Kilian, él es mi bebé y siempre fuimos solamente los dos, luego apareció Einar, nos mudamos y ahora un nuevo bebé, eran muchos cambios para Kilian.

-¿En qué piensas mi Luna? – me preguntó Einar apretando mi mano suavemente.

-En Ki – suspiré – En estos pocos meses han sido muchos cambios para él, y ahora va a tener un hermanito, no creo que se lo tomé demasiado bien.

-Haremos que le guste la idea de ser hermano mayor, y que entienda que los vamos a amar de la misma forma a ambos – me aseguró y yo asentí un poco desanimada.

-Quiero que esperemos para decirle – Einar me miró por unos segundos.

-Luna – me quiso reprochar pero yo lo miré con puchero, él suspiro rendido – Esperaremos a que comience a escucharse el latido del cachorro.

-Esperaremos un tiempo porque me secuestraron, desaparecí unos días, y Ki aún está muy asustado, no quiero agregarle algo más por lo que se sienta mal – le dije y él asintió rendido – Pero lo que sí quiero – y ahora paré de caminar para cruzar mi brazos por detrás del cuello de Einar – es que me marques esta noche – le susurré en su oreja y él gruñó mientras me apretaba a su cuerpo.

-Eso mismo haremos esta noche mi pequeña Luna, tengo que protegerte, ahora más que nunca, no dejaré que nadie se acerque a ustedes tres, esta vez no voy a separarme de ti por nada en el mundo.

-Y si estamos separados, vamos a estar conectados, vamos a ser una sola persona – le susurré y él ronroneó feliz.

-¿No lo podemos hacer ahora? – me preguntó sobre mis labios.

-Le prometimos a nuestro hijo jugar con él – le susurré y él bufó mientras asentía.

-Lo acepto solo porque no he podido estar mucho con él, y lo extraño demasiado – me dijo y yo reí, para después besarlo con mucho amor, el mismo amor que él me transmitía a mí – Me hace muy feliz saber que vamos a tener otro cachorro y que quieres que te marque, ¿sabes? – me preguntó mientras dejaba una suave caricia en mi mejilla, yo le sonreí.

-A mí me hace feliz que todo el mundo sepa que eres mío y solamente mío – le dije con una sonrisa pícara y dejé un corto beso en sus labios – Vamos que nuestro bebé grande nos espera.

Ambos comenzamos a caminar abrazados hacia la casa, mientras nos mimábamos y hablábamos del futuro integrante de la familia, mi corazón estaba a punto de estallar de felicidad, me sentía completamente en paz.

Cuando llegamos a la casa no había nadie dentro, una nota sobre la heladera nos informaba que Mason e Irina habían llevado a nuestro hijo al parque, no había terminado de leer la nota cuando Einar me giró con sus enormes manos para estrellar su boca con la mía, metió su lengua en mi cavidad y jugó con la mía, chupó y mordisqueó mis labios y yo ya estaba completamente mojada, lista y dispuesta para él.

-Einar – gemí cuando me dio tregua, él gruñó y se dirigió a mi cuello para besarlo y dejar múltiples marcas donde iría muy próximamente su marca – Habitación – logré decir en esa neblina de pasión.

Una Humana para el AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora