Epílogo

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[Aitana]

La guerra había terminado y se había llevado muchas vidas con ella, era injusto que personas inocentes hayan tenido que morir para que el resto podamos vivir en paz, pero todos sabían a lo que se enfrentaban y todos los que lucharon habían decidido así hacerlo, aun así esas muertes no dejaban de doler.

Suspiro con pesadez mientras acaricio mi muy abultado vientre, Einar estaba completamente sobreprotector conmigo, en cualquier momento nacería nuestro segundo hijo y él era prácticamente mi sombra, y cuando no estaba dejaba a alguien de su total confianza conmigo, y también a Kilian, nuestro hijo actuaba exactamente igual que su padre, y aunque me daba mucha ternura, también me agobiaba.

-Ya es hora de que busque un nuevo Omega – suspiró con cansancio Einar, yo lo miré por unos segundos, tenía unas ojeras muy notables, la manada estaba intentando recuperarse de la guerra y de todas sus pérdidas.

-Lo tienes que hacer, Otto no va a volver – dije suavemente mientras acariciaba su mejilla, sabía cuánto extrañaba a su amigo, yo también lo hacía.

-No confío en nadie más que en él para ese puesto.

-Pues tendrás que confiar en alguien mi lobito – lo abracé por su cintura y puse mi mejilla en su pecho.

-Iujjj que asco mami – miré hacia Kilian con el ceño fruncido, sin entender que decía – Te hiciste pipi – con Einar nos miramos y miramos hacia el piso, efectivamente un charco de agua había a nuestros pies.

-Mierda – susurró Einar aun mirando el piso, sin moverse, yo suspiré mientras negaba con mi cabeza y me agaché a la altura de Kilian.

-No me hice pipi amor, esto significa que tu hermanito está llegando, vendrá el tío Anoki a cuidar de ti, ¿sí?

-¿Ya viene mami? – preguntó emocionado, con sus manitos en mi panza.

-Ya viene – dejé un beso en su cabeza y con mucho esfuerzo me levanté – Einar llama a Anoki y limpia esto, iré a bañarme – le ordené y di unos pasos, bufé cuando noté que Einar aún seguía en su lugar - ¡Einar! – le grité y él me miró.

-¡Vamos al hospital! – me dijo apresurado mientras corría hacia mí, yo puse mis dos manos frente a mí, para impedir que me cargue.

-Estoy bien, aún tengo tiempo, limpia esto y llama a Anoki para que se quede con Kilian, iré a darme una ducha rápida, ni siquiera son tan seguidas las contracciones.

-¿Tenías contracciones? – me preguntó con reproche.

-Hace rato, pero no son tan intensas ni tan seguidas, así que aún queda tiempo, no quería alterarte – puse mis ojos en blanco – ahora, haz lo que te dije, y limpia eso – le señalé el charco.

-¡Apúrate papi! Mi hermanito va a llegar – dijo emocionado Kilian, mientras tomaba la mano de Einar, cuando él fijó los ojos en nuestro hijo, yo me di la vuelta para reanudar mi camino hacia nuestra habitación.

Treinta minutos después nos encontrábamos en la sala de partos del hospital de la manada, aún faltaba un poco para que termine de dilatar, pero yo necesitaba parir con urgencias o terminaría matando a Einar, estaba realmente insoportable y en vez de darme tranquilidad me estaba alterando.

-¡Hagan algo! ¡Su Luna está sufriendo! – les gritó con gruñidos incluidos a dos simpáticas enfermeras que lo miraban asustadas.

-¡Einar! – Le grité cuando la contracción pasó – Vete en este instante de la sala, y solo regresa cuando estés calmado – él me miró con una marcada expresión de sorpresa en su rostro - ¡Ahora! – volví a gritarle.

Una Humana para el AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora