Una Humana para el Alfa

Veintidós

[Aitana]

Después de recorrer la manada y de almorzar, Einar, Anoki y Otto se encerraron en el despacho de Einar para hablar de todo lo que había pasado en la manda en estos días, y por supuesto para hablar del ataque de esos vampiros. Con Kilian fuimos a su cuarto para que él juegue un poco, mientras yo estaba leyendo un libro que me había dado Anoki, era un libro de hombres lobos, no uno de ficción, si no que la historia de ellos. Enseguida busqué la sección de mates, tal vez debería saber otras cosas antes, pero lo que a mí me interesaba en el momento, era saber esa rara conexión que tenía con Einar.

Estaba absorta en mi lectura, este libro describía todo lo que sentían los lobos al estar con sus mates, no entendía como Einar se podía contener tanto conmigo, como me estaba teniendo tanta paciencia, pero se lo agradecía. El libro dice que los hombres lobos generalmente marcan a sus mates el mismo día que las conocen, lo necesitan hacer, necesitan que todo el mundo sepa que esa mujer es de ellos, es algo innato, y sin embargo Einar nunca me presionó para hacerlo, incluso lo habló casi al pasar.

Una vez que Einar me marque, eso ocurre cuando me muerda con sus dientes lobunos en el cuello, cosa que me daba terror, tendría un tatuaje en esa zona y para otras criaturas sobrenaturales desprendería mi olor mezclado con el de Einar. En ese momento nuestras almas se entrelazarían para ser una sola, todo lo que él sintiera lo sentiría yo, nuestro amor se magnificaría así como nuestro deseo. Si él moría, yo también lo haría. Eso último me aterraba, no quería que Kilian se quedara solo.

-Aiti, te estoy hablando – salté en mi lugar al escuchar la voz de Einar y lo miré, él me sonreía, como siempre.

-Lo siento, estaba concentrada – sentí como mis mejillas se sonrojaron.

-Ya veo – rió - ¿Qué quieren hacer? – nos preguntó.

-¡Pelis! – gritó Kilian y yo sonreí, amaba las películas.

-¿Crees que Anoki y Otto querrán mirar una película con Kilian mientras nosotros hablamos? – le pregunté tímidamente a Einar y él asintió con una sonrisa. En menos de dos segundos teníamos a Anoki y a Otto en el cuarto de Kilian.

-Entonces, ¿Qué película vamos a ver? – preguntó Anoki tirándose en la cama de Kilian.

-¡Toy Story! – gritó mi hijo, tirándose a lado de Anoki con el control en su mano.

-¡Me encanta! – reí al no saber diferenciar quien era realmente el niño, si Anoki o Kilian.

-Vamos Luna – me susurró Einar mientras me empujaba suavemente desde la cintura hacia la salida, ambos fuimos hacia nuestro cuarto y nos sentamos en unos sillones que allí habían.

-¿Ya saben quienes nos atacaron?

-Lo sospechamos, te voy a contar una historia – suspiró y yo me senté en sus piernas, sus ojitos habían cambiado a unos más tristes, supuse que la historia que me iba a contar no era nada buena – Hace 15 años, la manada estuvo en guerra con un clan de vampiros, ellos comenzaron a atacarnos porque querían mi territorio, la manada está en un territorio privilegiado, nos resguarda el bosque pero a su vez tenemos mucha visibilidad, sirve y mucho para las guerras, por eso muchos quisieron este territorio, pero siempre perteneció a la manada Moon White, y siempre le pertenecerá. Al principio eran ataques aislados, hasta que la situación se volvió insostenible y hubo una verdadera guerra, perdimos muchas vidas en esa batalla, dentro de ellas la de mis padres – bajó sus ojos hacia nuestras manos entrelazadas y yo se la apreté para darle ánimos, al mismo tiempo le dejaba un beso en su mejilla, él me miró y me sonrió débilmente – Nosotros ganamos esa batalla, pero yo... yo estaba cegado por la furia y la tristeza de haber perdido a mis padres, estaba enceguecido, y quería hacer sufrir al Conde Maksim Novikov de la misma forma que él me había hecho sufrir. Y lo hice... Maté a su alma gemela – yo llevé mis manos a mi boca – Fue la primera y única vez que mate porque realmente quería, y ahora no sabes lo arrepentido que estoy – dijo mientras una lágrima caía por su mejilla.