Pista de audio recomendada: War of hearts//1 hour (acoustic version)
—Buenos días.
Desperté con el murmullo de su voz. Abrí los ojos, pero la luz del sol me hizo cerrarlos de nuevo. Bostecé. Hacía tanto que no dormía así de bien.
—Buenos días —respondí, empujando mi cuerpo contra el suyo.
Podía sentir el calor de su piel a mi espalda, mientras me acariciaba el muslo con la yema de sus dedos.
No sabía qué es lo que había surgido entre nosotros la noche anterior, pero tampoco quería indagar mucho en ello. Para mí, un momento mágico entre tantos problemas. No necesitaba saber más, y tampoco quería preguntar. Aún tenía a Mateo en mente, pero, era cierto que ya no sentía lo mismo por él. Desde aquella rabieta suya, no podía más que verlo como amigo, igual que antes. En los últimos años nuestra relación se había vuelto común, monótona, aburrida. Estaba bien sin él, me sentía libre.
—Tienes una fuerza descomunal, creí que la cama no resistiría.
Reí. Me di la vuelta y lo miré de frente. Pequeñas puntas de su barba comenzaban a crecer, tenía el cabello revuelto y una expresión de relajación que pocas veces se veía en esas duras facciones. Sonreía, mientras acariciaba mi cabello.
—Yo diría que tienes una cama muy resistente, ¿dirás que la usas mucho? —cuestioné, de forma pícara.
En realidad, la vida sexual de Kiva me tenía sin cuidado. Era tan guapo, que no me extrañaría que tuviese mucha actividad.
Soltó una carcajada.
—¿Es eso sarcasmo? No querrás decir que lo hice mal, ¿verdad? ¿Se nota la falta de práctica?
Le di un golpe en el pecho, suave.
—Ahora que lo mencionas...
No completé la frase, sino que lo miré con cara de bromista. Ambos reímos.
—Bueno, bueno, pero yo no escatimaré en detalles. Jamás creí que podría vivirse una experiencia de ese tipo con una persona capaz de dominar la realidad. Las sensaciones multiplicadas, el ambiente, ¿no te cuesta trabajo concentrarte a la vez que haces todo eso?
Ladeé la cabeza, sin dejar de sonreír.
—Para nada, es algo natural. A veces incluso la realidad se moldea a mis emociones, sin que me dé cuenta. —Mi rostro se tornó serio—. Oye, Kiva, hay algo de lo que me gustaría hablarte, si no te molesta que cambie de tema.
Me miró, con la misma seriedad.
—Adelante, sabes que puedes confiar en mí.
Asentí.
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Esclava de la Realidad 3: El Trono del Primero
ParanormalCinco años después de los eventos de Mundo Energético, Katziri se ha convertido en un miembro funcional de la Guardia Kiniana española. Entrenada por el mismísimo Maestro de la Realidad, Dios de la Justicia, deberá enfrentarse a nuevos retos que pod...