Pista de audio recomendada: Gothic Music Instrumental
Después de dejar a Mateo y los otros a mitad del mar, viajé hasta el puerto de Alicante tan rápido como pude. Allí, esperé bajo un puente, de brazos cruzados, en el frío de la noche, vestida con un traje formal humano salido de mi anillo metamórfico. No pasó mucho tiempo hasta que mi contacto, citado a través de un mensaje, apareció. Vistiendo un traje elegante, igual al mío en su versión masculina, Kiva.
Había pactado verme con él en Ibiza, sin embargo, debido a que ya no existía esa isla, tuve que avisarle que el punto de encuentro se movía al lugar más cercano con un aeropuerto: Alicante. Por supuesto, omití la razón de ese pequeño detalle cuando se lo informé.
—Kat, ¿por qué el misterio? ¿Qué hacemos aquí? ¿Acaso...? —Me lanzó una mirada lasciva—. ¿Querías probar en la playa?
Llegó a buena hora, puntual, como siempre. No pude evitar soltar una risa boba, pero enseguida recuperé la compostura y lo miré con seriedad.
—Lo siento, Kiva, pero tengo que pedirte algo muy difícil, algo que quizás podría poner en juego incluso tu posición como General Supremo.
Me miró, frunciendo el ceño.
—Vaya, vaya, ¿qué cosa estás tramando? No sales de una para entrar en otra, ¿verdad? Venga dímelo ya, si pone en juego mi cargo lo haré encantado.
Volví a reír.
—Pues me alegro de que pienses así, porque pediré que ocultes información clave, muy delicada, de mi padre. Al menos por un día.
La reacción de Kiva, que al principio había sido juguetona, se tornó seria al instante.
—Así que, lo descubriste, ¿verdad? Todo sobre el Proyecto V.
Asentí, en silencio.
—Siento no habértelo dicho antes, era algo muy delicado. No quería interferir con la relación que tienes con tu padre. Puede que no esté de acuerdo con todas las decisiones que toma, así que quería que fueras tú misma la que sacara sus conclusiones.
—Gracias, Kiva, y eso hice. Me lo han dicho todo, y entiendo por qué lo guardabas tanto. —Puse una mano en su hombro—. De verdad lo entiendo, no te preocupes. Sé que querías contármelo.
Suspiró.
—Bueno, si ya lo sabes, eso facilitará las cosas. Los valinianos, presenciar lo que eran en carne propia... Era un estado de pureza tan profundo, que incluso te hacía dudar de tu propia existencia. Lo siento, Kat, yo... No pude continuar siendo el mismo después de eso. Si estás haciendo esto por ellos, estoy contigo.
Mientras hablaba, podía notar cómo la respiración de Kiva se agitaba. Aun sin que me lo pidiera, lo abracé.
—Tranquilo, lo sé, también tuve la oportunidad de presenciarlo. Es una experiencia única.
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Esclava de la Realidad 3: El Trono del Primero
ParanormalCinco años después de los eventos de Mundo Energético, Katziri se ha convertido en un miembro funcional de la Guardia Kiniana española. Entrenada por el mismísimo Maestro de la Realidad, Dios de la Justicia, deberá enfrentarse a nuevos retos que pod...