Todo a mi alrededor se notaba oscuro, calculé que eran las 8 de la noche y estaba asustada. Caminaba entre árboles, escuchaba las hojas y ramas crujir bajo mis pasos.
A la distancia escuchaba gritos de una mujer y varias personas hablar aunque no distinguía sobre qué era la discusión.
Aquel sonido guíaba mi camino hacia una carretera y justo al cruzar la carretera empezaban las construcciones de hermosas casas.
El frío helaba mi piel y me estremecía.
Por fin pude reconocer algo, la puerta de aquella casa en la que crecí estaba abierta y las luces estaban encendidas en cada habitación. La observé completa mientras estaba parada en medio de la carretera húmeda. Los gritos eran ahora más fuertes y una niña y un bebé lloraban.
Entré a la casa y con cada paso que daba dejaba huellas húmedas en el piso y gotas que indicaban que yo estaba empapada. No podía verme a mi misma pero sabía exactamente como lucía.
Llegué hasta unas hermosas escaleras de madera con los barandales perfectamente tallados. Cada paso que daba para subir un escalón me era difícil y en parte no quería seguir subiendo pero sabía que debía hacerlo.
Al lograr llegar arriba un amplio pasillo se abría para mí. Se podían observar muchas puertas a los costados pero la única que llamaba mi atención era la del final de aquel pasillo.
Una puerta blanca y preciosa, con la manija más bonita que había visto en mi vida, elegante, el contorno dorado y una enorme piedra blanca con muchos cortes que la hacían brillar casi como el mismo sol.
Al acercarme a abrirla me doy cuenta que la puerta está abierta, tan solo separada un poco que la hace lucir como si estuviera cerrada.
Miró por ese pequeño espacio y logró ver la escena más aterradora que pude encontrar.
Hay una mujer tendida en el suelo con un gran charco de sangre a su alrededor.
Retrosedo unos cuantos pasos y mi espalda choca con algo.
Me giro a ver con qué fue y ahi veo a un hombre alto sin rostro el cual comienza a tratar de sostener mis manos para someterme.
Corro muy rápido aunque me caigo en el intento pero no dejo de luchar.
Logro bajar las escaleras y me escondo en la cocina mientras aquel hombre intenta abrir la puerta para entrar.
Busco con qué defenderme y abro muchos cajones buscando los cuchillos hasta que los encuentro. Tomo dos entre mis manos y me siento detrás de la isla esperando que se canse y se vaya.
Escucho la puerta abrirse de un gran golpe y sé que viene por mi, sé que está a mi espalda y voy a defenderme hasta morir.
Estoy asustada pero entre mi desesperación comienzo a gritar a mi mamá y papá que me ayuden.
Grito esperando a que cualquier persona me ayude pero nadie viene. Mientras lucho por mi vida el hombre logra empujarme sobre la isla y al ver por la ventana unas luces me cegan.
Es un auto! Y no cualquier auto. Es el auto de mi hermoso amigo.
Lo veo bajar mientras siento que aquellos cuchillos que había tomado para defenderme ahora entran y salen de mi cuerpo haciéndome perder la fuerza en mi voz y sentir mi cuerpo desvanecerse. Él viene corriendo buscándome y aquel hombre lo va a herir, lo va a lastimar y va a ser mi culpa. Mientras el sujeto piensa que acabó conmigo se dirige a sorprender a James. Saco el cuchillo de mi abdomen y con la poca fuerza que me queda me muevo con dificultad para ir tras de él.
Estoy convencida de que esto será lo último que haga y no importa, nada importa ahora más que luchar por la vida de James.
Tomo el último impulso de fuerza que me queda y corro hacia su espalda para enterrar con furia el cuchillo en su cuello.
Permanezco abrazada a su espalda para asegurarme que no logrará avanzar. Lo veo caer de rodillas y enseguida llegar al suelo completamente.
Me dejo caer a su lado sosteniendo su ropa con decisión, como si eso fuera a impedirle levantarse. Todo el piso comienza a llenarse de sangre, la suya y la mía combinadas.
Son mis últimos segundos consciente y solo espero verlo una última vez.
Me muevo por el piso con dificultad. Tratando de salir de ahí por mi amigo y pedirle que se marche. Solo logro avanzar un metro o poco más y lo veo aparecer.
Está asustado y me habla por mi nombre.
Se deja caer al piso mientras trata de girarme para ver mis heridas, ya no puedo hablar aunque mis labios tiemblan tratando de decir su nombre. Veo que se agacha hasta el suelo para observarme a los ojos y justo después de ver sus hermosos ojos a su espalda veo llegar a aquel hombre que yo había herido por su espalda listo para dañar a James. Grito para que él se de cuenta y se defienda. Grito con todo mi ser y justo cuando está por herirlo escucho una voz que diciendo mi nombre y movimiento en mi hombro.