James
Las cosas se iban acomodando poco a poco.
Estaba muy emocionado de vivir esta nueva etapa de mi vida con Sky. Mi mejor amiga, la mujer más inteligente, hermosa y creativa que había conocido.
Las salidas que se convertirían en citas con mi novia me tenían feliz, había planeado algo especial para ella por la noche, justo antes de que Caramelo se perdiera y nos tuviera muy preocupados.
Afortunadamente apareció y todo volvió a la calma.
Sabía que Sky aún tenía guardadas muchas cosas que irían saliendo con el tiempo, ahora solo me preocupaba vigilarla y demostrarle que contaba conmigo para todo.
Había preparado una velada romántica en el departamento anexo, Justin me había estado ayudando con esa parte de su regalo de cumpleaños.
No planeaba que sucediera de todo entre nosotros durante la noche, si estaba preparado pero planeaba esperar hasta que Sky lo decidiera.
La llevé hasta el anexo y se mostraba muy contenta, me encantó ver su sonrisa al ver lo que preparé para ella.
Nos quitamos los abrigos y los zapatos, nos acomodamos sobre la alfombra mientras comimos y bebimos.
Nos sentamos a conversar para elegir que más ver. Sky se acercó a besarme y la abracé trayendola sobre mis piernas.
Se acomodó de inmediato y me permitió seguir con los besos.
Quise ir con calma y sentir la cercanía de su rostro, su respiración suave, sus manos aferrándose a mi cuello y espalda.
Se sentía como el momento perfecto para estar juntos, aun así quise escucharla decirlo.
Para mi era sumamente importante tener un si explicito, dejar en claro que mi mayor interés era que se sintiera segura y cómoda.
Entre besos dejamos en claro algunos aspectos antes de seguir.
Una vez que todo quedó acordado decidí seguir obligándome a ir lento cuando mi impaciencia por sentirla me torturaba.
Tocar a Sky se sentía increíble.
Comencé lento, besando cada parte de su cuerpo con delicadeza y entusiasmo.
Ella parecía disfrutar de mis besos ya qué llevó sus manos a sujetar mi cuerpo y cabeza trayéndome más contra ella.
El aroma exquisito de su piel, su sabor y su textura suave me tenían en trance.
Quería desnudarla lo más rápido posible y tener contacto cuerpo a cuerpo inmediatamente.
Decidí no hacerlo, preferí ir lento y delicado, quería darle el tiempo suficiente para consentirla.
Su precioso y perfecto rostro estaba relajado, sus manos y cuerpo me demostraban que se sentía cómoda.
Dejé que ella tomara la iniciativa de quitar la ropa. No tardó mucho en buscar desabrochar mi camisa sin descuidar los besos.
Al principio toqué su cuerpo con un poco de cautela, una vez que ella demostró que no había marcha atrás me deshice de su vestido. El desnudarla yo mismo era algo que no me quería perder.
Su cuerpo hermoso, delicado y perfecto era digno de ser admirado con detenimiento.
Había fantaseado con ese momento desde poco después que nos conocimos y que eso se hiciera realidad sonaba como algo poco probable.
Quería probar diferentes cosas para hacerla disfrutar y aprender qué le parecia satisfactorio.
La química entre nosotros para mi sorpresa fue muy buena, ella estaba en la mejor disposición de dejarse consentir y de hacer lo mismo conmigo. La dejé tener el control de todo lo que ocurría mientras trataba de controlarme.
Verla estallar de placer fue de las mejores experiencias que había tenido. Me llenó de felicidad saber que le estaba gustando lo que estaba sintiendo tanto como a mi me gustaba la habilidad de sus manos y boca, además de su increíble forma de mover su cuerpo.
Nos detuvimos cuando ella quedó rendida y satisfecha sobre mi pecho, sabía que estaba exhausta y me dediqué por varios minutos a abrazarla y acariciar su espalda mientras nuestros corazones volvian a su ritmo normal.
Mi hermosa novia se levantó y dirigió al baño mientras yo contemplaba su desnudez con una enorme sonrisa.
Fui rápidamente por su regalo de cumpleaños y regresé a esperarla.
Al salir vino frente a mí, y le entregué su obsequio mientras la cubría con una frazada.
Ahora podíamos sentir el intenso frío que habíamos ignorado, apenas había encendido la calefacción y tardaría un poco.
Su rostro feliz y conmovido fue una de las maravillas de la noche.
Nos quedamos acostados abrazados observando la lluvia de estrellas que parecía caer sobre nosotros.
Desperté al sentir mi teléfono vibrar, al darme cuenta que su otra sorpresa había llegado le pedí ayuda a Justin para recibirlo y encargarse de mantenerlo oculto para Sky hasta el momento indicado.
Me mantuve observándola dormir desnuda a mi lado, con una gran felicidad. Me sentía cansado y a pesar de eso no podía cerrar los ojos, quería mirarla todo el tiempo posible.
Al despertar lo primero que hizo fue sonreír y acercarse más, la abracé y besé. No quería soltarla pero estábamos hambrientos y debíamos volver a nuestra habitación.
Al levantarnos ella comenzó a buscar su ropa y antes de que lo hiciera ella misma, argumenté que lo justo era que si yo la había desnudado, debía regresar la ropa a su lugar. Asintió y se dejó hacer por mi. Una vez que estuvo lista salimos de ahí para entrar a la casa y evitar las miradas incómodas y preguntas que seguramente harían para molestarnos.
Nos encontramos en el corredor a Karen y a Justin, como siempre nos miraron con una risa incriminadora, Justin me pidió revisar con él algo de la empresa, así que Sky fue arriba junto con Karen.
-qué sucede?
-Spencer y Patrick están aquí, ya los instalé en la habitación y desayunaron. Fueron al salón con la decoradora. Debes evitar que Sky busque a Caramelo hasta que pueda ver su sorpresa ya que no se quiere despegar de Spencer.
-muy bien, entonces no hay problema. Yo me encargo de eso.
-si lo hay, su otro regalo acaba de llegar y es grande y escandaloso. Tuve que ocultarlo con muchas mantas. Tienes que asegurarte que no salga a la puerta delantera.
-me aseguraré de eso, Ahora solo puedes decirle a la familia que no mencionen nada respecto a su cumpleaños hasta la hora de su sorpresa?
-eso intento, pero no te prometo nada.
-gracias! Eres el mejor.
-un momento. Por qué estás tan feliz y despreocupado? Ya se acostaron, cierto?
Mi felicidad y tranquilidad eran evidentes. En otra situación habria estado molesto o preocupado, pero en este justo momento me sentía feliz y nada iba a arruinar eso. Solté una risa.
-muchas gracias, Justin.
Al notar que le estaba confirmando su sospecha sin decirlo comenzó a interrogarme.
-entonces si estuvo bien? No me des detalles. Solo es curiosidad. Tu buen humor y felicidad a ese nivel no es algo que se vea a diario.
-no solo bien, increíble es una buena palabra. Es todo lo que diré.
-me alegra que así sea.
-te veo más tarde. Tengo que ir a ducharme y a cambiarme de ropa.
Me dió una palmada en el hombro y subí a nuestra habitación.
Al llegar vi que Sky había dejado su esfera de nieve sobre el mueble y el agua de la ducha estaba sonando.
Le avisé que había llegado acercándome un poco a la puerta. Ella de inmediato giró, estaba desnuda y completamente mojada bajo la regadera.
-por qué te acercas con tanto cuidado? No es como que me vayas a incomodar. Además creo que ya me viste todo.
Sonreí y entré parandome a la mitad del baño.
-no lo sé, supongo que solo por cortesía. Me invitas a compartir la ducha contigo?
-claro, eres bienvenido.
Sky sonrió y estiró su mano invitándome a entrar. En respuesta me acerqué y sin pensarlo mucho me metí bajo el agua tibia mientras la abrazaba.
-Es en serio? Te metiste con ropa, mi amor.
-SÍ, no podía hacerte esperar y desaprovechar esta maravillosa invitación.
Me miró sonriendo al mismo tiempo que se paraba de puntillas para alcanzar a pegar sus labios con los míos.
Mientras nos besabamos, ambos comenzamos a desabrochar mi ropa lanzandola a un lado.
Sky tiró de mi boxer para dejarlo caer al mismo tiempo que observaba mi cuerpo despertar impaciente por ella.
-me encantas, James. Quieres que...
-hermosa, también me encantas. Pero no es lo único que quiero de ti. Te amo, Sky y tu siempre me pones así, entonces no hay problema. No tenemos que hacer algo en este momento.
-siempre te pongo así?
-si, desde que te conocí prácticamente.
-pervertido.
-en verdad lo crees? No quería que sonara de esa forma...
-Digamos que me alegra saberlo.
Reí y asentí.
-entonces... tu también habías tenido pensamientos así hacia mi?
Sky se dió la vuelta y no me contestó, solo comenzó a reír y me empujó justo bajo el agua.
-eso es un si? Cumplí con las espectativas?
-las superaste, debo decir. Termina de ducharte. Iré a vestirme.
Ella salió del agua y se enrrolló en la bata para enseguida comenzar a arreglarse.
Más tarde bajamos a desayunar, me llevé a Sky a jugar video juegos, mientras platicaba con mi madre perdí de vista a Sky, enseguida fui atrás de ella hasta la cocina, donde la encontré tomando una manzana.
-pensé que no te gustaban las manzanas.
-no me encantan, pero tengo hambre y fue lo primero que vi. Quieres?
-adelante, es toda tuya. Pero puedes agarrar lo que quieras del refrigerador y preparlo si así lo quieres.
-no, me da pena. Así que solo comeré una manzana.
-quieres que yo te prepare algo? Me alegra mucho ver que estas comiendo muy bien.
-no, mi vida, no te preocupes. Y sí, ahora soy como una aspiradora, tengo temporadas así donde como mucho y otras nada.
- Vienes conmigo y la comes en el camino?
-a donde?
-ven y ya lo verás.
Mi amada Sky sonrió y me dió su mano libre, la tomé y me fui caminando con ella hacia la entrada. Estaba muy contenta viéndome cuando vi que su regalo se acercaba, al momento seguí hablando con ella.
-Hermosa, hay otra parte de tu regalo.
-bromeas? Es suficiente con la noche romántica de estrellas, snaks deliciosos y mi esfera de nieve.
-me alegra mucho que eso te haya encantado y estoy muy feliz de que seas mi novia si no, esto habría sido muy raro e incómodo.
Al momento que terminé de hablar y ella estaba por responder, la camioneta se estacionó frente a nosotros.
Sky me miró muy sorprendida y a la vez ninguna palabra salió como ella lo planeaba.
-es en... No no no, espera... eso es un regalo?
-tu regalo de cumpleaños, te gusta?
-James, siento que es demasiado. Es preciosa y me encanta el color rojo. No tenias que hacerlo, cielo.
-No es demasiado, te lo mereces y ya tenia tiempo que quería regalarte un auto, pero preferí esperar un poco.
-Jay
Sus ojos se llenaron de lagrimas y me vino a abrazar fuerte mientras decía gracias en mi oído.
-te mereces esto y más, hermosa. Y a mi me hace feliz consentirte así que piensa que estamos a mano.
Al soltarse de mi asintió emocionada y tomando mi mano me llevó con ella a observar con detenimiento su obsequio. Estaba encantada con los detalles y el color mientras yo la observaba a ella. Amaba la forma en la que se sorprendía por lo que sea que yo le obsequiara por muy pequeño o grande que fuera su felicidad era genuina.
Subimos a su regalo y lo estuvo probando sin ir muy lejos de la casa. De pronto su teléfono sonó y al ver que era Spencer el qué llamaba respondió poniendo el altavoz. Hablaron un poco mientras Spencer le reclamaba no haber contestado sus mensajes y llamadas, la felicitó y prometió que pronto se verían. Al colgar la llamada regresamos adentro de la casa, todos habían desaparecido y solo estábamos ella y yo.
-Jay, a donde se fueron todos?
-supongo que a la fiesta de un tío lejano qué vive como a dos kilómetros. Vamos con ellos? Me gustaría que te conozcan.
-suena bien, me gusta la idea. Entonces déjame cambiarme de ropa.
Subimos a nuestra habitación, cerré la puerta y mientras elegía la ropa que iba a usar Sky vino a mi espalda a abrazarme. Sonreí y me giré para verla, solo estaba en ropa interior y se veía muy decidida a estar conmigo. Respondí a sus besos, en cuanto ella comenzó a abrir mi ropa la detuve.
-qué haces, hermosa?
-lo sabes. No quieres?
-claro que si, pero no ahora. Tenemos un compromiso al cual asistir.
-podemos llegar un poco tarde?
-si, pero prefiero que lleguemos a tiempo y volvamos pronto. Te prometo que cuando regresemos te voy a compensar lo de la ducha y esto.
-está bien, estaré emocionada de volver aquí.
Me dió un beso y se apartó para vestirse.
Unos minutos más tarde cuando ambos estamos listos para irnos, le mencioné que Caramelo no había comido y Justin me había dicho que lo había dejado en el salón.
Ambos fuimos hacia allá para buscarlo. Las puertas estaban cerradas, abrí con cuidado y la invité a entrar. Cuando lo hizo pudo ver que ahí adentro estaba toda mi familia en una reunión llena de globos y bocadillos. Al vernos aparecer comenzaron a gritar feliz cumpleaños y a hacer un gran escándalo.
Sky estaba encantada con lo que veía y después de agradecerme se quedó atrapada entre la multitud que esperaban su turno para abrazarla y decirle algo lindo.
Después de unos minutos la logré llevar hasta la pequeña mesa donde estaba su pastel de cumpleaños, ella comenzó a tomar fotos y me pidió que le tomara un par.
Aproveché ese momento para capturar el momento justo en el que Spencer y Patrick se acercaron a sorprenderla.
Sky comenzó a gritar muy emocionada y se abrazó a ellos. Caramelo por fin apareció junto con ellos y Sky comenzó a reír ya qué sabía bien que su cachorro adoraba estar con Spencer.
El resto del día la pasamos festejando con todos ellos. Mi hermosa novia ya había bebido un poco y se veía demasiado alegre pero sin perder el control.
Mi madre y padre se habían acercado a ella a darle un obsequio y hablaron un poco con ella. No supe de qué pero no me preocupaba ya qué se veía muy contenta y conmovida.
A las 9:30 de la noche, Spencer y Patrick se despidieron para marcharse, Sky y yo nos ofrecimos a llevarlos hasta la estación del tren.
Al volver solos en su nueva camioneta de Sky, la cual yo conducía nos detuvimos en un área grande y despejada. Ella quiso detenerse un momento a platicar.
-tus ojos se ven irritados.
-lo están, estoy muy cansada pero también increíblemente feliz.
-me alegra que así sea.
-muchas gracias, Jay. Es el mejor cumpleaños que he tenido. Gracias también por traer a Spence y a Patrick. Puedo saber cómo entraron en comunicación ustedes?
En ese momento me quedé en blanco. No había planeado qué decir en el momento que ella preguntara lo obvio. En especial no podía delatar a Spencer, sería una traición de él hacia Sky y mía hacia él. Solo sonreí y me acerqué a besarla. Planeaba que se olvidara de eso por un momento mientras ideaba algo que decirle y enseguida ir a escribirle a Spencer para que respaldara mi versión.
Ella recibió el beso feliz y entre besos siguió hablando mencionando qué no iba a descansar hasta saberlo. Asentí y seguí, no íbamos a apartarnos así que tomé su mano invitándola a venir junto a mi.
Sonrió mientras se movía para pasarse a mi lugar y sentarse sobre mis piernas.
su espalda daba hacia la ventana, yo abrazaba su cintura y coloqué mi mano sobre sus piernas, debajo de su abrigo blanco había un vestido rosa de tela muy delicada y transparente qué la hacia lucir adorable.
-me encantas, Jay. Lo sabes, verdad?
No quise hablar, volví a asentir mientras observaba sus delicados pómulos, los hoyuelos de sus mejillas, y sus luminosos ojos, acercando mi rostro suavemente al suyo sin tocarnos mucho.
Sus labios estaban ligeramente entreabiertos esperando tener contacto con los míos, hasta que no pudo esperar más y se pegó a mi.
Desde que desperté por la mañana había deseado el momento de volver a tenerla desnuda entre mis brazos y lo había dejado pasar, esta sería la misma situación.
Los besos y caricias siguieron, pero no intenté ir más lejos de eso. Hubo un momento en el que Sky se apartó un poco de mi y me miro, para enseguida cerrar sus ojos y recargar su frente a la mía. Noté que se desanimó, estaba sintiéndose rechazada por mi, no era mi intención, solo quería hacerla sentir que cada ocasión juntos sería especial.
Sabia que Sky no era tan frágil e inocente como yo lo pensaba y me encantaba saber que disfrutaba de las diferentes experiencias.
Me volví a unir a ella en un beso y en esta ocasión fui acariciando sus piernas, subiendo entre sus muslos debajo de la tela de su vestido.
Noté que mi tacto la relajó soltando sus piernas para permitirme seguir mi camino. Giró más su torso para abrazarme dejando caer su abrigo lo suficiente para descubrir sus hombros definidos, su cuello precioso con su delicada cadena de la cual colgaba el pequeño corazón de diamante.
Mi mano siguió subiendo sobre su ropa interior y hasta su abdomen. Mi amada novia estaba sonriendo, le hablé al oído mientras disfrutaba el aroma de su piel y su cabello. Le pedí que se volteara y me diera la espalda, así lo hizo de inmediato.
Al estar su espalda contra mi pecho Bajé el espejo para poder observar sus expresiones. Abracé su cintura y deslicé cada una de mis manos sobre sus muslos desde las rodillas hasta su abdomen subiendo la tela para dejarlas descubiertas.
Me sonrió y se levantó un poco para permitirme bajar su ropa interior. Aproveché y comencé a abrir mi pantalón y bajar mi boxer lo suficiente.
Ella seguía ligeramente inclinada sobre el volante.
La traje a sentarse sobre mi colocando mi pene entre sus muslos para crear fricción, algo que disfrutaba.
Al Sentirlo apretó ligeramente sus piernas haciéndome soltar aire con pesadez.
Sky colocó sus manos contra mis piernas para
Impulsarse y moverse subiendo y bajando mientras yo besaba su cuello, hombros y espalda repasando delicadamente mis manos por sus piernas ayudándola a subir y bajar.
Me encantaba verla con los ojos cerrados disfrutando y mordiendo firmemente su labio.
La combinación perfecta entre tortura y placer para mi.
Habían pasado varios minutos, sentí que su cuerpo se tensaba y pensé seguir todo el tiempo que ella necesitara. Sky se levantó y se acomodó para hacer nuestros cuerpos encajar.
Ahora la abracé con fuerza trayendola contra mi, mientras la observaba con atención.
Sky también me miraba con sus hermosos ojos a través del espejo, amaba ver como su respiración de dificultaba sutilmente.
Me estaba obligando a mantener la concentración para resistir más tiempo, pero sentir la estrechez y calidez de su cuerpo ya era demasiado, y sumado a la forma voluntaria en la que comenzó a contraer su cuerpo me llevaron al límite.
Sabía que pronto iba a terminar al igual que yo, así que llevé mis dedos muy lento a su punto más sensible y empecé a tocar con mucha delicadeza, ella aumento la intensidad, al ver que lo disfrutaba decidí ir más allá llegando a ser un tanto brusco. Noté que para nada se incomodó.
Ambos habíamos perdido el control y nos dejamos llevar por el impulso de nuestros cuerpos.
Terminamos con muy pocos segundos de diferencia, al instante que la maravillosa sensación terminó para mi, la miré para asegurarme que estaba bien ya que había cerrado sus ojos con fuerza y agachado un poco su rostro mientras su cuerpo temblaba liberando su placer.
Besé su hombro un par de veces, antes de preguntarle si estaba bien, mi hermosa novia levantó su rostro y me miró con una enorme sonrisa a la cual yo le respondí con otra.
Su respiración estaba muy agitada.
-gracias...
-por qué?
-me encanta tu rudeza. No puedo creer que contigo sea tan fácil y tan delicioso.
Comencé a reír, se veía agotada, agitada y a la vez muy feliz y satisfecha.
-no me des todo el crédito. Estoy seguro que es la increíble conexión y química qué tenemos lo que hace que todo se dé tan bien. Me encantas y a la vez me pones muy mal.
Sky también reía y se movió un poco para poder observarme de frente.
-tenías razón hace unos meses, cuando dijiste que tener sexo era de tus cosas preferidas en el mundo. Ahora lo pienso así.
-de hecho estaba algo equivocado, amo que sea contigo y estoy seguro que no es solo sexo.
-no es solo sexo.
Su sonrisa ahora estaba llena de ternura y se abrazó a mi. La recargué en mi pecho y unos minutos después estaba buscando en su bolso toallitas para asearnos.
Mas tarde al volver a casa fuimos a la cocina por pastel y regresamos a la sala para que Sky abriera sus regalos de cumpleaños.
La mayoría ya se había retirado a descansar. Solo estaban Justin, karen, Camile, mis padres y dos de mis tías.
Había recibido más regalos de los que yo pensaba. Varios bolsos, algunas joyas, un abrigo qué le encantó, un par de gafas.
Con cada una de las envolturas había sido muy cuidadosa y después de mostrar su obsequio lo regresaba a su lugar.
Mis tías nos molestaban diciendo que seguramente su favorito era la camioneta que yo le había obsequiado, y Sky respondió que no, que su obsequio favorito había sido la pequeña esfera de nieve que había recibido de mi.
Karen y Justin habían optado por obsequiarle una caja enorme con gran variedad de materiales de arte con los que tendría muchísimas horas de diversión creando.
Estaba muy conmovida y agradecía cada muestra de cariño.
Llegó el turno del obsequio de mis padres, una caja azul, al abrirlo Sky sacó una peineta, una base dorada de la cual salían muchos hilos exquisitos que terminaban en pequeñas estrellas con diamantes diminutos.
Sky estaba muy sorprendida y emocionada. Les agradeció a mis padres en varias ocasiones. Ellos mencionaron que la habían mandado a hacer especialmente para ella y que se sentían emocionados de que a ella le había encantado.
Subimos a dormir a media noche. Mi hermosa novia se puso su pijama y se acostó dejando que yo la abrazara desde su espalda quedándose dormida muy rápido.
Por la mañana me levanté para ir a hacer ejercicio, Caramelo se quedó con Sky y Kiwi estaba dentro de su hábitat.
Mientras levantaba pesas mi teléfono sonó insistentemente. El número era desconocido, decidí responder.
-James?
-si, quien habla?
-soy Anne...
-Anne Marie, cómo conseguiste mi número?
-fue más difícil de lo que pensé, pero eso no importa. podemos vernos? Podemos hablar?
-No, no quiero. Disculpa pero no hay nada de que hablar. No vuelvas a llamar.
-James, por favor. Estoy cerca de donde vives actualmente.
-No me interesa verte. No vuelvas a llamar, por favor. Qué estés bien.
Colgué la llamada y a los pocos segundos volvió a insistir. Por un momento me inquietó saber su insistencia, pero al momento de pensar en Sky y de la estabilidad qué había en mi vida en este justo momento sin pensarlo más fui a bloquear su número.
Seguí con mi día como si eso no hubiera pasado. Al volver a la habitación vi a Sky ya arreglada sentada en el sofá frente a la ventana, estaba tomando notas en una libreta mientras hablaba con su abogado.
Cuando estuve listo me quedé recostado en la cama con mi teléfono viendo las fotos que había tomado el día anterior, estaba eligiendo las que iba a publicar cuando la sentí venir sobre mi, colocándose en mi pecho.
Al instante aparté ni teléfono y la abracé fuerte, comenzó a reír y se apartó un poco para charlar.
-te extrañé mucho.
-yo también te extrañé, hermosa. Todo bien?
-si, bastante bien. Sabes...? Cuando era pequeña me encantaba ir a un parque, una reserva.
-quieres ir ahí?
-no, bueno si. Escucha, la familia Blackwood contribuía enormemente a esta reserva. Recuerdo que mi padre amaba ir ahí, dar el recorrido, ver a las especies y observar a los veterinarios trabajar. Una de las metas de mi padre era ser el contribuyente principal y pensé que eso se había quedado en solo una idea.
-tu quieres trabajar en lograr esa meta?
-si! Yo pensé que mis abuelo había retirado los fondos para la reserva, pero no lo hizo. Todos estos años eso ha estado en pie.
-eso quiere decir que tu familia, bueno tú van a invertir más?
-eso quiero. Necesito hablar con los asesores y ver si es posible. El hijo de un socio se retiró ya qué su padre murió y se necesita alguien más si no es posible que Blackwood absorban esa responsabilidad.
-está abierta al público? De ahí mismo podría obtener ingresos.
-no, es privada. Se pretendía que se abriera pero falta un poco de estructura y acondicionamiento de ciertas áreas para hacer posible la apertura.
Noté lo mucho que esta noticia alegraba a mi hermosa novia, la escuché con mucha atención y acordamos revisar sus finanzas.
Una vez que la información estuvo en nuestras manos me sorprendieron los números de su fortuna. La posibilidad de absorber esos gastos estaba, , pero decidí decirle que lo mejor era ir con cuidado. Y me ofrecí a ser yo quien tomara esa responsabilidad.
Me costó un poco de trabajo convencerla y que aceptara, hasta que lo logré.
Por la tarde estuvimos con mi madre y mis tías viendo los últimos detalles de la cena de navidad, se colocaron los obsequios bajo el árbol y tuvimos una pijamada de videojuegos.
Nos quedamos despiertos comiendo frituras y peleando por quien ganaba. No podía sentirme más feliz de estar viviendo esto.
Continuará...