James
Los días han transcurrido desde la boda con normalidad.
Mi hermana se fue dos días después de esto y no sé en cuanto tiempo no la volveré a ver.
A ella pareció gustarle de verdad Spencer y después de todo no me molestó ya que él se comportó como todo un caballero, incluso después de que los vi yo estaba seguro que tendrían sexo y no fue así.
Además estaba convencido de que la que provocó todo fue Joy y no él.
Antes de partir mi hermana entró al closet mientras yo buscaba una chamarra que había olvidado aquí hace más de un año. Joy me empujó y entre el juego tiró algunas cosas de Sky. Una de ellas se abrió revelando unos juguetes sexuales muy coloridos. Ambos los miramos y de inmediato Joy comenzó a levantarlos mientras me molestaba.
-vaya, a tu amiga si que le gusta pasarla bien.
-deja eso, Joy. Guárdalo y ponlo como estaba.
-mira eso, es lindo. Te imaginas? Estos son los responsables del placer de Sky. Por qué no eres tú el que de la los orgasmos que necesita?
-deja eso.
Tomé la pequeña caja y le arrebaté de las manos un artefacto pequeño y morado. Lo guardé y devolví a su sitio.
-en verdad ella y tú no han tenido sexo?
-no, nada de eso ha pasado.
-pero... Tú no quieres?
-no se trata de lo que yo quiera, se trata de lo que ella quiera y consienta. No somos más que amigos entonces no tendría por qué pasar.
-para reforzar su amistad.
-como tú con Spencer?
-sabes que él no quiso hacerlo conmigo?
-me alegro por él.
Joy se hizo la ofendída y siguió hablando.
-quizá él se acuesta con Sky y por eso no quiso.
Ese comentario me irritó ya que alguna vez había pasado eso por mi mente.
-no sé si sea así, de cualquier manera no me importa lo que haga.
-claro que si te importa, estás enojado en este justo momento.
-no es así. Ahora sal de aquí, vamos abajo.
-te conozco, James. Compartí 38 semanas contigo en el mismo reducido espacio y sin ser suficiente viví contigo 15 años. Sé cuando algo te molesta mejor que nadie.
-no es así, no lo sabes y no me molesta.
-cuándo fue la última vez que tuviste sexo?
-eso no necesitas saberlo.
-déjame adivinar. Dos meses?
La miré serio mientras le entregaba su chaqueta. Sabía lo insistente que es y lo mucho que me iba a estar presionando así que mejor me rendía de una vez.
-algo así.
-es por ella, no es así? Lo hiciste en tu último viaje?
-no es por ella. Si, fue en mi último viaje.
-desconocída?
-Anne Marie.
-tu ex profesora? Estás en decadencia. Que pasó con el James que podía acostarse con modelos de revista?
-no estoy en... Olvídalo. No te importa y no diré más al respecto.
-solo porque mi avión sale en poco tiempo y debo llegar al aeropuerto no me quedaré aquí peleando contigo toda la tarde.
Salimos del departamento y nos dirigimos hasta el auto mientras seguíamos conversando.
-no tenemos que pelear por eso, no sucede nada.
-pero quieres que suceda todo.
-no es así.
Llegamos al auto y León me ayudó con su maleta de mi hermana, abrí la puerta para ella y antes de subir g mientras león me devolvía la llave, ella siguió hablando.
-James, por qué no quieres aceptar lo que sientes por ella? La forma en que la miras, está llena de cariño y como si nadie más existiera para ti. La miras con deseo, la desvistes con la mirada y no digo que sea de una mala forma. Pero se nota el nivel de admiración y atracción que tienes por ella y por su persona.
Me quedé en silencio observándola mientras ella miraba a León y mi buen amigo asentía.
Solté aire con pesadez, miré hacia la calle y regresé mi mirada a ellos que estaban en espera de una respuesta.
-no sé lo que siento, no sé lo que me ocurre. Estoy confundido y no quiero hacer nada sin meditarlo bien. No quiero perderla por confundir una hermosa amistad con algo más. Es todo. Quiero estar seguro de lo que siento y quiero saber si ella se siente de la misma forma respecto a mi. No quiero apresurar ni presionar nada.
Joy y León sonrieron y chocaron sus palmas.
Al momento hablé un poco molesto por su reacción.
-qué?
León se hizo el desentendido y se marchó, Joy rió y siguió hablando.
-los únicos que no saben que están enamorados el uno del otro son ustedes dos. O son demasiado ciegos o demasiado imbéciles.
Solo digo que el tiempo se va muy rápido, James. Lo que ustedes tienen es tiempo juntos y no lo aprovechan como deberían. Muchos rogamos por encontrar una persona que nos mire como ustedes lo hacen.
Se sentó en el auto molesta y cerré la puerta.
La llevé al aeropuerto y nos despedimos.
Volví a casa con la promesa a mi hermana que iba a analizar todo con cuidado y a tomar una decisión.
Los días siguientes comenzaron a hacer que yo me cuestionara todo.
Sky estaba distante, la notaba ausente aún cuando estaba a mi lado.
Había una especie de sombra gris que la perseguía y estaba opacando sus colores. Intenté averiguar si había sucedido algo. No quise ser directo porque quizá ella no quería compartirme lo que estaba sucediendo por ahora.
Al momento de acercarme e interactuar con ella me hablaba y trataba normal, pero en el fondo se sentía algo extraño, como si no fuera ella.
Sus ojos siempre han lucido brillantes y felices, aún cuando se accidentó, aún cuando tiene días difíciles, sin embargo ahora hay algo diferente.
Hace un par de días fui al hospital a realizarme unos estudios como seguimiento a mi cirugía. Aprovechando el tiempo ahí decidí hacerme estudios de rutina incluidos los de enfermedades de transmisión sexual.
Hoy es el día en que me entregan los resultados. Llegué al hospital y fui directo a que me entregaran mis resultados. No tardé mucho en que el médico me dijera que todo estaba bien y podía irme. Al momento de salir de su consultorio me encontré con Sky a punto de entrar al consultorio de al lado.
Nos vimos de frente y sonreímos.
-Hola, Sky.
-Jay, todo bien?
-si, solo exámenes de rutina. Y tú?
-lo mismo.
En ese justo momento una enfermera salió a llamar su nombre para entrar, ella me sonrió y señaló que era su turno. Entró al consultorio y decidí quedarme sentado esperándo por ella.
Quizá algo respecto a su salud le estaba preocupando y por eso estaba actuando de esa forma.
No habían pasado más de 5 minutos cuando salió de ahí y se sentó a mi lado.
-Hola, guapo. Todo bien?
-si, hermosa. Todo bien. Y tú?
-también, todo excelente. Solo eran exámenes de rutina. Tu sabes.
Sonreímos divertidos, me encantaba verla sonreír.
-bien, entonces... Tienes algo más que hacer?
-en realidad no, iba para el departamento.
-perfecto! Entonces quieres ir por un café y un postre?
-si! Eso me encantaría.
-entonces vamos.
Caminamos por el pasillo y llamé al ascensor. Al abrirse y entrar me di cuenta que adentro venía Michael, un buen amigo. Sky le sonrió y saludó, él le devolvió el saludo e inmediatamente él comenzó a hablarme a mi.
M: James! Que gusto verte.
-Hola, Michael.
Sky nos miró confundida. Todo de volvió incómodo y nos quedamos en silencio.
Al llegar a la planta baja Michael y Sky se despidieron, no los presenté ni mencioné nada ya que no sabía exactamente de donde se conocían ellos dos, él es psicólogo y una de las respuestas posibles era que Sky fuera su paciente.
-nos vemos, James. Te envío mensaje para ir a tomar algo.
-por supuesto. Nos ponemos de acuerdo.
Él se fue y Sky y yo nos dirigimos en silencio hacia mi auto.
-tú y él son buenos amigos?
-si, desde hace muchos años, aunque tiene varios meses que no hablamos.
Asintió y guardó silencio. Subió al auto y mientras me di la vuelta para entrar pensé en que no le preguntaría respecto a él si ella no quería compartirlo conmigo aunque sí me molestaba la idea de él y ella, en especial por que él y yo solíamos ir detrás de la misma chica siempre.
Tomé asiento y me acomodé el cinturón para salir de ahí.
-no vas a preguntar de donde lo conozco?
-no quiero presionar si es algo que no me quieres compartir.
-es mi nuevo psicólogo.
El que ella me lo dijera me alivió solo por un momento ya que de inmediato supe que algo estaba yendo mal desde hace días y esto lo confirmaba. Por eso ella estaba acudiendo con él.
-gracias por decírmelo. Sabes que no tienes que darme explicaciones de lo que hagas pero te lo agradezco mucho.
-lo sé, Jay.
-sé que quizá no debo pero necesito preguntar. Está todo bien contigo? Hay algo que te esté afectando?
Pensó un par de segundos y siguió hablando.
-no está todo bien, me he sentido extraña y creo que ya era mucho acumulado. Este año ha sido una montaña rusa de emociones y sucesos. Mi mente ha estado inquieta y he reconocido algunas señales que me pusieron alerta. No hay de qué preocuparse, afortunadamente estoy muy a tiempo de liberarla antes de tener una crisis emocional. Por eso es que acudí con él. Según leí es uno de los mejores y me cae muy bien. Es bastante serio y se ve frío pero a la vez me inspira confianza y es reconfortante.
La escuché con atención y respondí mientras tomaba su mano que descansaba sobre su rodilla.
-lo que sea que necesites puedes contar conmigo. Dímelo, por favor. No quiero que te sientas sola por que no lo estás.
Ella respondió sujetando mi mano y sonriendo.
-lo sé, Jay. Sé que cuento contigo. Muchas gracias por estar al pendiente.
Me dirigí a nuestro café favorito, ordenamos y nos quedamos conversando sobre nada profundo, solo pasando el rato y riendo.
Hubo un momento donde me retiré al baño y al regresar la vi sentada con su taza entre sus manos, estaba mirando hacia la calle fijamente. Al irme acercando noté que estaba perdida en sus pensamientos. Nuevamente su mente no estaba aquí. Tomé asiento y me quedé observándola de frente. Ni siquiera se dió cuenta que yo había regresado hasta que salió de sus pensamientos y volteó.
Al mirarme sonrió.
-no te sentí volver. Qué sucede?
-es lo que yo me pregunto. Qué pasa por tu mente en esos momentos que te quedas así?
-realmente nada, simplemente mi mente se quedó en blanco mirando un punto fijo. Me siento en calma.
-entonces no tengo de qué preocuparme?
-no tienes que. En ocasiones si estoy pensando en algo o sintiendo algo pero en este momento fue un minuto de paz.
-lo entiendo.
Ella volvió su atención hacia mi y seguimos platicando muy relajados, pedí la cuenta y nos marchamos al departamento. Al llegar noté que no subió a su habitación, se quedó sentada en el sofá y abrazó a Caramelo que vino junto a ella. Seguramente no quería estar sola así que le propuse algo para prolongar nuestro tiempo juntos.
-quieres ver una película?
-si, suena maravilloso. Qué película?
Sus ojos se iluminaron y su sonrisa apareció.
-no lo sé, elige un número.
-12
-perfecto, entonces la película número 12 en el menú será la elegida, te parece?
-gran idea, Jay. Solo iré a ponerme mi pijama. No tardo.
Se levantó corriendo y fue arriba. Mientras ella volvía fui a la cocina a preparar palomitas y me serví un vaso de whisky con hielos.
Me senté en el sofá y me quité los botines, puse mi cartera, mis llaves y mi teléfono sobre la mesa. También me quité el cinturón para estar más cómodo. Solo unos minutos después bajó con una pijama de short y playera pequeña. Traía entre sus manos una manta y el saco de Kiwi. Extendí mis manos para que me lo diera y lo hizo con cuidado. Metí mi mano en el saco y saqué con cuidado a aquel pequeño gordito. Ella tomó asiento a mi lado y extendió la manta para cubrirnos.
Mientras abrazaba a Kiwi contra mí pecho Caramelo se subió al lado de ella y se acomodó con su cabeza sobre sus piernas. Ella lo acarició y fue en ese instante que noté en su pecho y cuello la evidencia de que bajó bastante de peso, no lo había notado.
-bajaste de peso, Sky. Mucho. Estás comiendo a tus horas y bien?
Noté que se incomodó un poco. De inmediato me disculpé.
-No es que te esté criticando, lo lamento si sonó así. Me preocupas, por eso quiero saber que sucede contigo. Debes comer a tus horas y bien, lo sabes. No es cuestión de apariencia, luces hermosa de cualquier forma. Sin embargo es por salud que no debes estar tan baja en peso. Tampoco es un regaño.
-tienes toda la razón. Lo entiendo. No me ha dado mucha hambre y admito que me he estado saltando comidas.
Se estiró y tomó mi mano mientras me miraba a los ojos. Entrelacé mi mano en respuesta y seguí hablando.
-dejaste de ir a hacer ejercicio. Al principio lo entendí por lo que sucedió con Liam. Pero ahora es necesario que regreses. Necesitas comer saludable. Si quieres busco algún gimnasio donde no te sientas incomoda.
-no, Jay. No lo hagas. Iré contigo al gimnasio otra vez. Solo no he tenido ganas de hacerlo. Ahora es necesario. Mañana retomo eso, te lo prometo y ya no me saltaré comidas. Aún estoy dentro del límite de peso que no se considera preocupante, me lo dijo la doctora hace un rato.
Kiwi bajó de mis manos y caminó sobre la manta por el sofá buscando a Sky. Una vez que la encontró comenzó a subir en ella para que lo abrazara. Ella lo hizo y él se quedó recargado en ella.. Estaba despierto y en calma entre sus manos.
-me parece bien.
Comimos un poco de palomitas y los 4 nos quedamos dormidos en el sofá.
Al amanecer Sky se fue a trabajar y me prometió que en la tarde iría al gimnasio, para obligarla a ir le dije que la acompañaría. Aceptó y quedamos de vernos para ir a entrenar juntos.
Estaba feliz de volver a pasar más tiempo con ella.Días después
Sky
Mis días no han sido los mejores, tampoco puedo quejarme.
Me siento extraña, me siento fuera de mi y a veces dejo a mi mente ganar y eso me atormenta.
No puedo dormir toda la noche de forma continua, cada hora y media despierto y tardo varios minutos en volver a dormir.
En ocasiones mi corazón está tan acelerado que me asusta y me dan ganas de llorar como niña pequeña.
He despertado tan asustada que incluso me dan ganas de ir corriendo a pedirle a James que me permita quedarme cerca de él.
Hemos vuelto a hacer ejercicio juntos, incluso lo he estado disfrutando ya que me cuesta mucho trabajo ser constante.
Por otra parte Karen y Justin están organizando una fiesta de Halloween en su nueva casa.
Normalmente me emociona asistir a una fiesta así y buscar mi disfraz, hacerle modificaciones, planear mi maquillaje y buscar los accesorios adecuados, pero en esta ocasión no es así. Me siento aturdida.
Incluso Spencer ha estado más emocionado que yo por la fiesta a la cual también fue invitado.Las últimas dos semanas me he quedado un poco más tarde en la academia ayudando a Spence con los detalles y ensayos de la presentación de su obra de teatro en diciembre.
Es algo que él escribió e ideó por completo, lo estoy apoyando todo lo que puedo y me sirve para entretenerme, me distrae bastante y me ayuda a callar a mi mente.
Mi adorado Spence normalmente tan tranquilo pero cuando algo le emociona o está trabajando en algo no para, constantemente se está moviendo, está cambiando cosas, hablando en voz alta, riendo y saltando de un lado a otro.
Estoy feliz de verlo así de emocionado y de que los chicos parecen estar felices con la idea de la obra, también Val está colaborando en las coreografías y Clark con la música, así que es trabajo en equipo. Me ayuda mucho a no sentirme sola y ocupar mi tarde en algo productivo. James me manda mensajes a diario a la hora de comida e incluso me ha pedido que salga a recoger la comida que me envía hasta acá para asegurarse de que estoy comiendo bien los días que me pregunta que voy a comer y no tengo idea o nada se me antoja. Siempre me sorprende y termino comiendo feliz lo que él elige para mi. También empezamos a ir al gimnasio muy temprano, antes de ir a trabajar para que en la tarde pueda ayudar a Spence y después ir a pasear y jugar con Caramelo. Estoy creando una rutina que espero funcione.
Hoy saliendo de la academia iré con James a buscar nuestros disfraces y no tengo la mínima idea de qué es lo que quiero.
Estoy sentada en el ventanal del salón de teatro comiendo mientras veo a los demás trabajar. Me recargo en el muro y al mirar hacia los autos veo a James estacionarse.
Miro mi reloj muy sorprendida y me doy cuenta que perdí la noción del tiempo. Ya son las 5:30, la hora en la que él pasaría por mi. Cierro mi bowl de ensalada y carne y voy a tomar mi bolso y mi. Chaqueta. Acomodó mi cabello y me despido de Spencer y los demás mientras salgo de ahí. Spencer se ríe y me grita que me quiere, le devuelvo una frase cariñosa y voy apresurada al estacionamiento.
James está parado afuera, recargado en la camioneta y al verme viene a ayudarme a tomar mi bolso y mi chaqueta.
-por qué apenas estas comiendo?
-se me fue el tiempo, estábamos en reunión y no me di cuenta. Estaba distraída. Pero ya estoy comiendo, gracias por enviarme mi ensalada favorita.
-me alegra que te haya gustado. Yo comí lo mismo.
Sonreí y estiré mi puño, él chocó el suyo y me guiñó su ojo izquierdo.
Subimos al auto y terminé de comer mientras él condujo hacia la gasolinería y después a una tienda enorme de disfraces que estaba como a media hora de distancia.-tienes en mente algún disfraz?
-si, quieres que vayamos en disfraces de pareja?
-qué tienes en mente?
-quiero ser un sobre de ketchup, y tú uno de mostaza o viceversa.
Comencé a reír descontroladamente al escucharlo, su rostro y sus ademanes eran como si me estuviera planteando la idea de disfraz de pareja del año. Obviamente él estaba bromeando con intensión de hacerme reír y lo consiguió.
Empezó a reír conmigo ya que lo contagié y poco después bajamos del auto.
Entramos a la tienda aun divertidos y nos separamos un momento mientras observábamos las opciones.
Estaba muy entretenida pensando en que había opciones muy lindas cuando lo vi aparecer adentro de un disfraz de una bolsita de Ketchup.
Una enorme sonrisa apareció en mi, James no podía verse ridículo. Al contrario se veía sumamente tierno y solo tenía ganas de abrazarlo. Me acerqué y le dí una palmada muy ligera en el centro de su frente. Lo miré a sus hermosos ojos.
-eres la bolsita de ketchup más sexy que he visto en mi vida. Eres tan adorable, por favor, nunca dejes de ser así.
Inmediatamente después de mi comentario comenzó a bailar para mí insinuándose y yo le seguí el juego intentando sacar mi cartera. Los encargados de la tienda estaban divirtiéndose con nuestras estupideces y empezaron a ayudarme a seguirle el juego a James aclamando su baile.
-entonces que dices? Quieres ser la mostaza?
-si, si quiero. Aún cuando el amarillo no es mi color.
Después de reír un poco se quitó el disfraz y empezamos a ver realmente que opciones de disfraz usaría cada uno.
Continuará...