¿Todo Está Bien?

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Sky
La boda de Karen y Justin fue la más hermosa y divertida boda a la que he asistido.
Me la pasé muy contenta. Me parecía muy lindo que Spencer y James convivieran un poco, me encanta estar con mis dos grandes amigos juntos.
Toda la boda había esperado el momento en el que James me besara, no sucedió y tampoco lo provoqué.
Me sentía un poco apenada de que Spencer me viera así con James, no era vergüenza en lo absoluto, eran nervios. Me refiero a que besar a James me parecía sumamente íntimo y hermoso, sabía que en el momento en el que sucediera Spencer iba a estar de espectador e inmediatamente después comenzaría a molestarme con ello. Por lo cual yo enrojecería y eso pondría en duda la gran apariencia de relación que tengo con el hermoso de ojos azules.
Al finalizar la fiesta los novios quisieron seguir celebrando su día y nos fuimos a buscar lugares.
Yo iba muy emocionada platicando con James en el trayecto. Notaba que estando los dos solos sin Joy ni Spencer todo volvía a la normalidad entre nosotros y podíamos hablar como siempre. Me encantaba verlo reír y bromear conmigo, también noté que iba pendiente a la carretera pero buscaba la oportunidad de mirarme.
Ese simple gesto me enloquecía. James podía demostrar con algo tan simple lo mucho que me prestaba atención y eso me hace sentir siempre con el corazón desbordante.
Nos reunimos con los demás y fuimos buscando el lugar ideal para terminar la noche, así fue como llegamos a un club con ritmos latinos.
Cuando Spence quiso participar en el concurso quise salir huyendo, en especial cuando noté que Joy no quería bailar.
Me convencieron de hacerlo y acepté.
Al principio estaba muy apenada de tener la mirada de aquellos dos intimadantes gemelos.
Mi amigo de ojos marrones me dijo al oído que debía bailar como si estuviera a solas en mi habitación. O sólo él y yo juntos en el salón de baile. Esa era la técnica que usaba para los concursos.
Decidí enfocarme en el momento y disfrutarlo. Me era muy divertido bailar con Spence pero a cada rato podía percibir la mirada de James sobre mi, las parejas fueron saliendo de la pista y Spence y yo seguíamos adentro.
Cuando llegó el descanso fuimos a la mesa, tomé un trago y hablé con Jay, poco después volvimos a la pista y al quedar frente a la mesa donde ellos estaban sentí que no podría hacerlo.
Al principio me costó un poco enfocarme, Spence me estaba hablando para distraerme pero eso le dificultaría a él respirar bien para aguantar el ritmo de la música.
Giramos un par de veces y al quedar frente a James miré sus ojos, sonreí a su hermosa sonrisa que él ya tenía y regresé a bailar imaginando que con quien lo hacía era con él, de esta forma me daba consuelo que no tenía su mirada enfocada en mi. En mi mente funcionaba.
Hubo un punto donde la música se volvió sumamente sensual y estaba practicamente abrazada a Spence con nuestros cuerpos entrelazados, cerré mis ojos e Imaginé a mi querido James como mi pareja, confiaba demasiado en Spence así que él me guiaría sin miedo a equivocarnos, era una coreografía conocída para ambos.
La siguiente canción era aún más acelerada, Spence me llevó frente a él con mi espalda contra su pecho, me pidió que lo dieramos todo y asentí. Comencé a moverme imaginando que a quien le bailaba era a James y eso facilitó mucho las cosas. En cada ocasión que podia volteaba a mirar sus hermosos ojos para hacer mi fantasía más realista. Noté la expresión sensual en mis ojos de James con su sonrisa seductora de lado, enseguida miró a Justin y m moví, lo siguiente que vi fue a Justin riendo y percibí que se burlaba de mi hermoso amigo. No supe que más pasó por estar concentrada en terminar.
Realmente ya estaba agotada y tenía ganas de quitarme mis tacones y terminar bailando descalza. Tuve dos oportunidades de hacerlo pero preferí resistir. Los tacones me hacían quedar a la altura ideal de Spence además que me daban buena postura y elegancia, solo me preocupaba no tropezar o romperme un tobillo en un mal movimiento.
Cuando la música paró quería salir corriendo hacia James, ir a abrazarlo ocultando mi rostro en su pecho y quedarme ahí hasta que olvidaran que me vieron bailar.
Nos nombraron como ganadores, claro que estaba emocionada, pero lo que más deseaba era que dejaran de mirarme. Recibimos en trofeo y regresamos a la mesa. Muchas personas nos felicitaban.
Me abracé a Jay y seguimos bebiendo. Después de un rato fuimos al baño, notoriamente ya estaba ebria pero ni quería que mi estado de ánimo arruinara la celebración a los nuevos esposos.
Afuera del baño mientras esperaba a mi apuesto amigo Abigail se me acercó. La vi entre la multitud cuando bailaba pero no quise prestarle atención, ni siquiera pensé que vendría a hablarme ya que estaba enojada conmigo de años atrás cuando me negué a tener una relación sentimental con ella.
Quiso tocarme de más y yo me escudé en James para irme sin tener que pelear con ella.
Solo unos pasos más adelante me detuve con James, hablamos un poco y sentí que quería besarlo, pareció sucederle lo mismo y nos unimos en un beso.
Lo disfruté como si fueran mis últimos instantes de vida. Al soltarnos dije algo que lo llevó a hacerse el ofendido pero no me retracté.
Regresamos a la mesa y a partir de ahí tengo recuerdos incompletos.
Lo siguiente que recuerdo es despertar en la cama de James, todo se vuelve confuso y cuando despierto de nuevo quiero arrancarme el vestido. Mi amigo me ayuda y me siento apenada porque no me di cuenta que prácticamente estaba desnuda frente a él, muy caballerosamente se giró para no mirarme.
Hablamos un poco, tenía náuseas pero no pasó nada y regresé a dormir.
Estaba en aquella casa de mis pesadillas, la puerta está entre cerrada y puedo apreciar el charco de sangre enorme en el piso, me doy la vuelta para escapar de ahí, se exactamente lo que pasa y esta vez no quiero entrar. Bajo por las escaleras a la primera planta y en la sala me encuentro con aquel gran imbécil, su rostro está perfecto aún. Se va contra mi y comienza a tocarme y a desnudarme. Siento un asco intenso, necesito que mi cuerpo responda, estoy asustada y enfurecida. No quiero vivir esto una vez más. Comienzo a golpearlo, lastimo su rostro y en el último segundo en el que estoy apunto de asesinarlo escucho la voz de James llamándome. Al instante es como si me sacara de ahí con una especie de imán.
Despierto y me siento de golpe, por más que quiero hablar estoy llorando incontrolable mente y mi cuerpo tiembla. Mis manos están heladas y no puedo respirar bien.
Él me observa serio y me habla, intento responder pero no puedo hacerlo. Se acerca a mi y me abraza. No puedo decirle lo increíblemente protegida que me hace sentir. Me recargo en su hombro y me quedo así hasta que mi llanto va disminuyendo y mi respiración regresa a la normalidad.
James se da cuenta y me suelta, me mira con una sonrisa y seca mi rostro con un pañuelo.
Se mueve para acostarse en la cama, pensé que se había cansado de abrazarme y en realidad lo entendía. Él estaba en una posición incómoda y yo tenía sus brazos ocupados.
Una vez que se acomoda me invita a ir junto a él y sin pensarlo mucho voy a acercarme.
Me acuesto a su lado y recargo mi cabeza sobre su pecho. En realidad no quiero hablar, no quiero decir nada, se lo agradezco infinitamente pero no puedo expresarlo en palabras, ni siquiera sería suficiente. Él guarda silencio entendiendo la situación y sólo empieza a acariciar mi cabello con suavidad, sigue su mano hasta mi espalda y regresa.
Me quedo observando hacia la pared. Estoy a salvo, estoy en un lugar donde me siento en paz, estoy con alguien que me hace sentir querida y especial. Tengo a Spence cerca de mi y no entiendo por qué esto está atormentandome ahora.
Puedo oler el perfume de James combinado con su aroma natural, me encanta como huele. También puedo sentir el movimiento de su pecho mientras respira calmado, oír el latido de su corazón con el silencio que hay en este momento. Me encantaría congelar el tiempo justo en este momento.
Ambos estamos despiertos sin decir nada, sin mirarnos, solo existiendo uno cerca del otro y está bien. Todo está bien.
El punto fijo que miro en la pared me hace estar presente aquí y ahora y es todo lo que tengo.
No sé en qué momento me quedó dormida.
Al despertar veo por la ventana que ya está todo iluminado por el sol. No me quiero mover ni levantarme ni un poco de este cómodo lugar pero necesito ir a orinar. Me duele hasta respirar.
Miro hacia abajo y veo la mano de James descansando en mis costillas, sonrío llena de felicidad, él durmió toda la noche abrazándome para hacerme sentir segura. Me giro despacio y al sentir mi movimiento despierta un poco. Se acomoda boca abajo con su rostro hacia mi y me sonríe.
-buenos días, hermosa. Cómo te sientes?
-buenos días, guapo. Me siento fatal.
-me imagino que así es. Pudiste dormir?
-caí rendida. Eres...
Antes de que siguiera él me interrumpió moviendo su cabeza en negación a que dijera algo más.
-si dices algo te voy a hacer cosquillas y sé que serán doble tortura por como te sientes. Así que mejor no digas nada.
Asentí y él volvió a sonreír. Quería expresarle de alguna forma agradecimiento así que me moví para abrazarlo. Correspondió a mi abrazo levantando su torso para permitirme hacerlo. No planeaba soltarlo pero él estaba en una posición incomoda y me lo hizo saber.
-sabes... No es que no quiera tu abrazo, pero podemos posponerlo unos 5 minutos? No es buen momento...
Lo solté confundida y noté que de inmediato se volvió a acomodar sobre la almohada escondiendo su rostro. Entonces entendí que se refería a su erección. Sonreí y asentí. Tomé mi almohada y se la lancé encima. Me levanté para ir al baño y cepillar mis dientes y cabello.
Una vez que estuve lista salí y vi a James acostado boca arriba, estaba cubierto con las sábanas y su rostro estaba cubierto con mi almohada haciendo presión. Entonces le hablé.
-ya me iré la cocina por si quieres algo de tiempo a solas.
Comenzó a reír y retiró la almohada, extendió su mano y me acerqué a tomarla.
-no, ya pasó. Todo está en su estado normal.
-parecía que seguías sufriendo con esa almohada sobre tu rostro.
-no, para nada. Qué quieres almorzar? Pediré algo para los 4
-4?
-Spencer está aquí, supongo que ha de seguir metido en tu cama con mi hermana. Solo espero no encontrarlos en el sofá.
-en verdad? Él y Joy?
-si, anoche no lo fui a dejar porque estaban ocupados en la sala. Estas bien con eso?
-si, no hay problema. Solo me da curiosidad.
-te aviso por si ahora que bajemos vea algo incómodo.
-para nada, vamos de una vez!
-dame un minuto. Necesito ir al baño y a cepillar mis dientes.
Esperé a James impaciente y bajamos corriendo a la sala. Ahí encontré a Spence dormido acostado en el sofá solo. Hablamos con él y dijo que mandó a dormir a Joy y regresó a quedarse él ahí. Que nada había pasado.
Parecía que las cosas entre él y James se habían relajado entonces yo estaba feliz. Platicamos un poco, desayunamos y luego se marchó.
Pasamos el día en la sala jugando y viendo películas con Joy. Ella se iría al siguiente día de viaje y todo volvería a la normalidad.
Intentó molestarnos diciendo si habíamos tenido sexo salvaje pero me sentía tan mal que ni siquiera seguí su juego.
Al anochecer fui a dormir con James y me acomodé cerca de su espalda para sentir su calor sin incomodarlo.
En mi mente daba muchas vueltas el sueño que tuve. Me preocupaba el por qué de soñar lo y sentirme así. Nada a mi alrededor estaba yendo mal para estar hundiéndome otra vez.
Algo más que había notado es que en estos días no había tenido ganas de tocarme, ni siquiera teniendo a James tan cerca de mi.
Solo despertó esa sensación en mi al momento de besarnos pero después de eso todo se calmó.
Esas dos cosas para mi eran señales de alarma así que tenía que ir con algún psicólogo y no perdería tiempo en hacerlo como en otras ocasiones.
Busqué en línea alguno que me pareció confiable y agendé mi cita. Sorpresivamente me respondió muy rápido dándome una al día siguiente. Así que saliendo de trabajar iría hacia allá.
Nuevamente amaneció, James se levantó muy temprano a preparar el desayuno. Me arreglé y al bajar los encontré a él y a Joy. Ella se iría en unas horas de viaje.
Platicamos un poco y nos despedimos. James me dió las llaves de su auto ya que no me podría ir a dejar a la academia, las acepté y me fui.
Llegué a dar mis clases aunque no me sentía animada. Platiqué con Spence en el receso un poco y me enteré que no pasó nada entre él y Joy. Le agradecí por ser mi cómplice y cada uno regresó a sus labores.
Val me invitó a ir a comer algo después de clases pero lo rechacé, Spence iba a ir.
-qué sucede? Tienes algo con James?
-no, no. Solo tengo unos asuntos que arreglar.
-qué pasa? Te noto diferente. Te conozco, Sky. Algo te pasa.
-no pasa nada, Spence. Sólo quiero algo de tiempo a solas. Los últimos días Joy ocupó mi habitación y estuve incómoda, la habitación de James es hermosa y acogedora pero no es la mía. Iré por caramelo a la guardería y quiero legar a acomodar mi habitación, tirarme en la alfombra junto a caramelo y abrazar a mi pequeño gordito mientras duerme. Quiero pasar tiempo con ellos.
Me miró serio y volvió a hablar.
-lo que sea que vayas a hacer disfrútalo. Te amo con mi vida, lo sabes verdad?
-lo sé, te amo Spence.
-y sabes que puedes contarme lo que sea, cierto? Sabes que incluso si cometiste un crimen yo te voy a cubrir o a ir contigo a la cárcel.
-lo sé, mi amor. Lo sé. Solo quiero tiempo sola. Lo necesito.
Asintió y me abrazó. Lo abracé fuerte y dió un beso en mi frente.
Me subí al auto y se quedó mirándome marcharme hasta que me perdió de vista.
No quería preocuparle, no quería contarle de mis pesadillas o de como me estaba sintiendo porque no era una crisis, al contrario estaba tratando de salir de ahí antes de entrar.
Llegué al consultorio, era un hospital y adentro estaba el consultorio. Entré y me senté en la Sala, unos minutos después salió un hombre alto, sumamente guapo a saludarme y hacerme pasar. Se presentó con su nombre el cual yo ya había visto desde que agendé mi cita.
Michael Fassbender.
Sonreí y entré al consultorio.
Mi expediente lo había solicitado por la mañana así que ya tenía conocimiento a grandes rasgos de mis problemas mentales.
La charla comenzó y en menos de 10 minutos ya estaba llorando desconsoladamente. Él me escuchaba con atención y me acompañaba.
Toda la sesión fue liberadora. Descargué un poco de lo que ni siquiera era consciente que me atormentaba y acordamos vernos la semana siguiente.
Salí de ahí y retoqué mi maquillaje para ocultar lo enrojecido de mis ojos y rostro.
Pasé por caramelo y fui al departamento.
Todo estaba en silencio. Al subir a mi habitación encontré la cama tendida con sábanas limpias, estaba ordenado, aspirado. Las cortinas abiertas y mi tocador acomodado. Entré al baño y vi que habían toallas limpias y estaba perfectamente aseado.
Obviamente Joy no había sido la responsable, ese había sido James.
Tambien ya estaba instalado el hábitat de mi mini gordi y la cama de caramelo.
No podía creer que él era consiente hasta de los mínimos detalles y con pequeñas acciones me hacía feliz.
Me acosté en la alfombra y caramelo vino a mi lado, puse a kiwi sobre mi pecho y siguió durmiendo tranquilamente.
Puse música y me quedé observando por el ventanal hacia afuera. Mientras comía el emparedado que compré camino a casa con mi café.
No había notado que estaba bajando de peso otra vez hasta hoy que me puse mis jeans favoritos y se caían de la cintura y mi blusa ajustada me queda suelta.
James me mandó mensajes de que iría con sus amigos así que seguramente llegaría tarde.
Spencer me marcó para asegurarse de que yo estaba bien y constantemente me mandaba mensajes de cualquier tontería para que yo le respondiera.
Acomodé a mis criaturas en sus respectivos lugares, Caramelo fue abajo seguramente al sofá y me dejó sola.
Cerré la puerta y pensé que tocarme me haría mejorar mi estado de ánimo.
Fui al closet a sacar mi caja de juguetes para meterlas a mi habitación. Empecé cerrando los ojos y respirando lento. Comencé a acariciar mi cuerpo delicadamente con mis dedos, llegué a mis pechos, fui bajando una de mis manos hacia el pantalón de mi pijama y metiendola entre mi ropa. Aún así seguía sin mucho ánimo hasta que vino a mi mente la imagen de James. Entonces todo se puso interesante y se sintió mucho mejor hasta que logré terminar de forma intensa. Ni siquiera fue necesario emplear alguno de mis artefactos. Su imagen y el tacto de mis manos hicieron todo.
Enseguida me levanté para guardar todo y asearme. Regresé a mi cama y caí profundamente dormida.
Por el momento estaba relajada y no me iba a preocupar sobre el futuro, por lo menos no en este momento.

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