Pueden Llevarse Todo, Menos A Ella.

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Sky
Ya eran las 2 de la mañana, yo había bebido un par de copas en toda la noche acompañando a James, él también había bebido solo unos  tragos de whisky. Los dos estábamos muy conscientes conviviendo con sus amigos.
Karen y yo habíamos estado platicando hasta que James se acercó a mí oído y me preguntó si ya quería irme. Le respondí que no tenía inconveniente si él quería estar ahí un rato más. Me miró por unos segundos y después movió la cabeza en señal de retirarnos, asentí y nos despedimos de los demás. Ajusté mi chaqueta y salimos del lugar, él un paso antes que yo. Abrió la puerta del  bar como su típico gesto de cortesía.
Una vez afuera nos aproximamos al auto y cuando él estaba metiendo la llave para abrir mi puerta dos hombres que parecían muy normales y venían caminando se detuvieron justo detras de James y de mi. Noté que lo amenazaban con algo que no podía ver en su espalda, él me miró preocupado y yo traté de conservar la calma al sentir que quien se paró junto a mí se recargó en el auto mostrándome una navaja. James comenzó a responder a sus peticiones lo más calmado y serio que pudo tratando de buscar una salida rápida de la situación.
X1: no intentes nada. Dame todo lo que traigas, reloj, cartera y las llaves del auto.
-mi cartera está en el bolsillo derecho. Reloj no traigo. El auto está abierto, aquí están las llaves.
X1: como lo ves amigo? Tiene tanto dinero que no le interesa darnos todo.
-No me voy a oponer a que se lleven todo. No quiero problemas. Pueden irse con las cosas les aseguro que no habrá ningún problema.
X2: también nos podemos llevar a la nena? No tendrías problema con que me divierta un rato con ella dentro del auto, cierto?
James habló muy serio y firme.
-pueden llevarse todo, menos a ella, mi cartera tiene suficiente efectivo, el auto es suyo.
El hombre que me amenazaba era joven y delgado en comparación con quien estaba amenazando a James. Yo estaba de lado y volteé a la ventana del bar tratando de pedir ayuda. Al mirar vi al barman observandonos y alertando a la seguridad del bar.
Justin, Fernand y otros amigos de James miraron confundidos la escena. El barman y el guardia de seguridad venian hacia nosotros cuando el joven que me sostenía se lo hizo saber a su compañero. El hombre me señaló con el arma apuntandome para subir al auto rápido, en ese momento James se movió para no permitirle acercarse a mi, empezaron a forcejear y aproveché la distracción del joven para empujarlo de espaldas contra el auto y con mi teléfono le pegué un golpe en el tabique de la nariz para aturdirlo.
James estaba peleando a golpes con el hombre al que le había logrado quitar la pistola. Yo la pateé para alejarla, en ese instante los del bar estaban sosteniendo al joven para que no escapara.
Una patrulla sonó acercándose y mientras el hombre de seguridad intervenía para apartar al sujeto de James. Este sacó una navaja y la clavó en el costado de James en su desesperación de sentirse acorralado y la sacó intentando volver a herirlo. El barman logró empujarlo tan fuerte que soltó la navaja y lo inmovilizó.
James puso su mano en la herida y volteó a mirarme preocupado, noté que sangraba y le era difícil sostenerse en pie. Se intentó recargar en el auto pero fue perdiendo fuerza.
Rápidamente los policías se bajaron para detener a los dos asaltantes y yo me tiré al piso para sostener la cabeza de James. Los demás trataban de cargarlo y Justin llamaba a una ambulancia. Él como pudo trató de levantarse y no se lo permitimos. Yo comencé a revisarlo porque  sangraba mucho.
Me quité un pañuelo que llevaba en el cuello y lo puse haciendo presión  para detener  la hemorragia y le pedía que no se desmayara. Justin y Fernand lo mantenían inclinado.
Él vió hacia su costado y al ver mi mano llena de sangre habló suave y preocupado. -estás bien? No te hicieron daño?
-estoy bien, tranquilo.
-tus manos siempre lucen perfectas. Las arruiné..
-no te preocupes, no importa. Solo importa que estés bien y que no te desmayes, mírame, por favor. Mírame.
-discúlpame...
-no lo hagas, no te disculpes. Solo no te vayas... Si no quien pagará mi siguiente manicure? sonrió levemente y comenzó a toser con mucha dificultad. Los policías comenzaron a interrogarme y yo hablaba de lo sucedido rápidamente. Estaba asustada y preocupada por él. La ambulancia llegó y mientras lo atendían todos le hablaban tratando de mantenerlo despierto. Cuando los paramédicos lo empezaron a revisar y me pidieron que lo soltara lo hice y pedí ir con él en la ambulancia. Lo  colocaron en la camilla y James le aventó las llaves del auto a Justin pidiéndole que no me dejara sola. Él le prometió que no lo haría y de inmediato me fui acompañándolo en la ambulancia. Me subí a su lado y me senté en la orilla. Ahora entendia lo que él había pasado por mi cuando el accidente de auto. Tomé su mano y los paramédicos le pedían que se mantuviera consciente y a mi que le hablara para mantenerlo así hasta llegar al hospital. Comenzaron a cortar su playera para ver la herida. Era pequeña pero sangraba mucho. Yo traté de lucir tranquila por él y me acerqué a su rostro para mirarlo a los ojos. -James, por favor, mírame. No te duermas cariño, no lo hagas. Quédate conmigo, por favor. Quédate conmigo. Mírame, Guapo.
Él habló con suavidad y una leve sonrisa de lado.
-tranquila, voy a estar bien. Te he dicho que tienes los ojos más hermosos que he visto en toda mi vida?
traté de calmarlo y de animarlo todo lo que pude.
-no, pero es lindo escucharlo. Tú tienes la mirada más sexy y misteriosa que pueda existir. Me intimidas, pero no dejes de verme. Por cierto  debo admitir que estás de buen ver.
-de buen ver? Soy guapo y sexy. Soy perfecto.
Reí entre lágrimas ya que él se estaba esforzando demasiado por mostrarme que iba a estar bien.
-Si, eres muy sexy y hermoso, aun cuando el adjetivo suena femenino.
-no llores, tranquila. Sé que estas asustada pero voy a estar bien.
-lo sé, sé que vas a estar bien.
Noté que sus ojos comenzaban a cerrarse así que la otra manera que encontré de mantenerlo despierto fue comenzar a acariciar su cabello y besar su frente. Cuando lo hice abrió sus ojos de azul intenso para mirarme más despierto que nunca. Volví a besar su mejilla y su rostro en varias ocasiones más. Pronto escuché que estábamos llegando al hospital. Tomé su mano firmemente y le rogué que resistiera. Sonrió de nuevo y dijo te lo prometo. Bajaron la camilla y a él lo ingresaron rápidamente mientras yo me quedé en el pasillo. Inmediatamente atrás de mi llegó karen corriendo a abrazarme. Traté de limpiar mis lágrimas al tiempo que ella me abrazó y cuando miré mi reflejo en un cristal  vi que me había embarrado de sangre la cara. Karen: Sky, él va a estar bien. Es muy fuerte y joven. Desahógate, llora todo lo que necesites.
Me abracé a ella sin saber como reaccionar, un minuto después entraron Justin, Fernand y Alex. Los policías entraron para pedir mi declaración. Me fui a la sala de espera a sentar para hablar con ellos y karen no me dejó. Cuando terminé, Justin se acercó y me preguntó si no estaba herida. Le respondí que no. Que todo era sangre de James y necesitaba ir al baño. Karen fue conmigo, al entrar al baño y verme así vinieron a mi ganas incontrolables de vómitar. Me metí al baño y devolví prácticamente lo poco que tenía en el estómago. Ella me sostuvo tratando de no dejarme caer ya que la fuerza de mi cuerpo se desvaneció. Un par de minutos después recobré la fuerza y le agradecí. Ella me miró muy comprensiva y me dijo que no había problema. Me estaba cuidando mientras fui al lavamanos a enjuagar mi boca y a lavarme lo mejor que pude, La sangre no salía fácil de mis manos y tenía miedo de que eso fuera lo último que compartiera con James. Continué a lavar mi rostro y me quedé unos segundos inclinada sobre el lavamanos. Karen tomó varios pañuelos desechables y me los acercó. Una vez que me calmé  le agradecí el apoyo. Ella sonrió muy amigable y me ofreció una paleta de su bolso.
-El dulce te hará bien. Calmará tus nervios. Me pasa lo mismo cuando me asusto o enojo mucho.
-gracias. Muchas gracias.
-tranquila, no tienes que agradecer. Lo que acabas de pasar es horrible, no te íbamos a dejar sola. Además James es quien siempre está apoyándonos o acompañándonos. No podíamos hacerle esto a él ni a ti. Vamos a esperar noticias y a que bebas algo. Necesitas tomar fuerzas para la espera.
-Si, vamos. Necesito un café.
Caminamos a la sala de espera y ahí estaba Justin con dos cafés, uno para karen y otro para mi. Me comenzaron a preguntar si estaba bien y asentí, fue después de unos minutos que comencé a contar lo que había sucedido. Pasó una hora y todos estábamos impacientes. Ya había bebido dos cafés y estaba a la mitad del tercero cuando salieron a avisarnos.
-Familia de James McAvoy?
Justin: somos nosotros, como se encuentra?
-es muy afortunado. Está estable. Perdió mucha sangre pero por suerte fue superficial. No dañó ningún órgano. Recibió una transfusión de sangre. Va a estar bien. Solo necesitará reposo y poco esfuerzo. En un rato más saldrá de la anestesia y lo podrán ver. Pronto podrá irse a casa. Justin:muchas gracias.
La doctora se retiró y respiré aliviada. Había estado conteniendo la respiración y lo noté hasta que supe que estaba bien.
Fernand y Alex se retiraron mientras que Justin, karen y yo entramos a la habitación a acompañarlo. Karen y yo nos sentamos en el sofá y Justin en una silla. Lo veíamos dormido en silencio. Los moretones en su rostro eran mínimos. Lo habían dejado con una bata sobrepuesta. Tenía aún sangre y medicamentos en sus venas. Su respiración se notaba agitada.
Más tarde Justin y karen se acomodaron en el sofá a mi lado. Ellos se quedaron dormidos pronto.
A las 5 de la mañana James comenzó a moverse y a abrir los ojos. Me levanté suavemente y fui a acercarme. Tardó un  minuto en reaccionar. Parpadeaba bastante débil. Se quedó mirando todo pensativo y cuando me miró sonrió levemente.
-hola, estas bien?
-si, todo bien.
-me alegra que no te haya sucedido nada. Fuiste muy rápida y muy hábil.
-tu también lo hiciste muy bien. Gracias por cuidarme tanto.
Mis ojos se humedecieron por mucho que trataba de mantenerme fuerte para él. De inmediato me sonrió estirando su mano, le dí la mía y me pidió que me acercara. Lo hice con cautela para no lastimarlo pero él me llevó contra su cuerpo con firmeza. Su bata estaba bastante abierta y descolocada. Él se deladeó lo más que pudo para que pudiera acomodarme en su pecho desnudo. La sensación fue extraña para mí. Si nos habíamos abrazado antes pero siempre con ropa. El sentir su piel me provocó una corriente de electricidad.
-tranquila, estoy bien. Me alegra que estés aquí conmigo. Entiendo que te asustaste, disculpa.
-no tienes que disculparte, no fue tu culpa. No Lo hagas.
Nos quedamos así un par de segundos y sentí su cuerpo sobre saltarse. Me alejé para preguntarle que le sucedió.
-fue solo un dolor punzante en mi costado. Estaré bien.
-llamó a un médico?
-no, esperemos a que vengan. Quédate aquí conmigo.
-está bien, aquí me quedo.
Nuestras manos seguían entrelazadas y noté que trató de enderezar su cuello. Le pedí que esperara y que no hiciera esfuerzo. Me acerqué lo más que pude casi cargandolo. Coloqué mi mano bajo su cuello y jalé un poco la almohada para hacerlo quedar más cómodo. Mientras me aseguraba de que quedara bien noté que él me miraba fijamente con sus labios entre abiertos, traté de fingir que no me daba cuenta aún cuando las ganas de besarlo eran demasiadas. Me alejé y lo vi pasar su lengua sobre su labio inferior y posteriormente morderlo. Sus labios delgados y perfectos lucían bastante secos. -necesitas agua, te ves deshidratado.
-Si, por favor. Tengo demasiada sed.
Abrí el bote de agua y con cuidado lo llevé a él. Puse mi mano bajo su mentón para evitar que algo del líquido se derramara sobre su pecho. Bebió bastante agua con paciencia. Alejé el bote un poco esperando que terminara de humedecer su boca y volví a acercarlo para que bebiera más. Me pidió que me sentara sobre su cama muy cerca. Me acomodé a su lado acariciando su cabello y peinando con mis dedos delicadamente. Él tenía su brazo descansando sobre mis piernas como abrazándose a mi. Hablábamos suave intercambiando pequeñas frases. La comisura de sus labios estaba rota, su pómulo se veía inflamado y su piel se notaba roja amoratada. Seguí acariciando su cabello y su mejilla y poco a poco se volvió a quedar dormido. Bajé mis manos a su antebrazo con el que me abrazaba y seguí haciendo suaves movimientos con mis dedos masajeandolo. El atrapó mi mano entrelazando nuestros dedos. Dormía profundamente. Me quedé mirándolo dormir. Habia pasado ya un rato cuando vi a una enfermera entrar. Me iba a levantar para quitarme de la cama pero ella me sonrió y me dijo suavemente que no había problema. Que me quedara ahí y lo dejara descansar. Sonreí en agradecimiento. Vi que cambió el suero. Me quedé mirando el brazo de James con sus venas abultadas, su mano estaba enrojecida por los golpes que había dado y se veía un poco inflamada. Estaba pensando en lo mucho que agradecía que nada más  le sucediera. Pensé que lo perdería camino al hospital. Media hora después Karen con su movimiento despertó a Justin. Cuando me vieron sentada junto a él me preguntaron de inmediato si ya había despertado. Les respondí que si, y que estaba adolorido pero bien. Justin salió con Karen para ir por café y me dejaron con él a solas. Me quedé en silencio y pronto el ruido de una ambulancia lo despertó. Me miró sonriendo.
-disculpa, me quedé dormido y te dejé sin poder moverte. Debes estar agotada.
-no te preocupes, yo cuido tu sueño.
-por qué no vas al departamento a dormir un poco? Estoy bien. Ve a comer algo, date una ducha y duerme. Estaré bien, no es necesario que estés aquí agotandote
-no te voy a dejar James, voy a estar a tu lado igual que tu lo estuviste conmigo y no quiero discutir al respecto.
entró la doctora a hablar con James y a dejarle claro lo que tendría que hacer para recuperarse. Inmediatamente después trajeron su almuerzo. Él se negó a comer ya que dijo no tener apetito pero lo obligué a comer un poco dándole de comer en la boca como a un niño pequeño. No le quedó más opción que hacerme caso. Empecé a darle trozos de fruta y cucharadas de yogurt alternando entre cada uno. Primero me miró serio como si se sintiera insultado por mi intento de darle de comer, pero enseguida lo disfrutaba abriendo la boca para recibir los bocados. Le dí un poco de jugo.
Me pedía que yo comiera pero no tenía apetito. Comí solo un bocado para que aceptara comer. Cuando ya no quiso seguír comiendo nada más alejé la mesa y él me volvió a pedir que me fuera a descansar. Eran las 7:30 am. Yo me negaba pero en ese momento entró Justin con Karen
Justin: y que te parece si yo me quedo con él, mientras ve con karen a su departamento y duerme. Más tarde regresas a verlo. -escucha a Justin, vayan a comer y a descansar. Estoy bien, estoy fuera de peligro por favor, vayan a descansar.
Karen: vamos Sky, tu no dormiste nada. Justin se quedará con él y más tarde regresamos. Miré a James un poco molesto así que accedí a hacerlo con la condición de que yo pasaría la noche acompañándolo. El aceptó y salí de ahí con Karen. Ella manejó el auto y al llegar al eficio león preguntó preocupado por James. Le conté rápidamente lo que sucedió y le deseó que se mejorara.
Entramos al departamento a comer el desayuno que pedimos y nos sentamos en el sofá pero caímos rendidas muy rápido. Desperté y ya eran las 2 de la tarde. Había dormido varias horas. Vi a karen dormida y en silencio me levanté para ir a ducharme. Tomé bastante tiempo bajo el agua y al salir a vestirme mi ya buena amiga  llegó a la habitación. Se metió a bañar y le presté algo de ropa mientras pedía una pizza para comer. Ella aún estaba alistandose así que fui a la habitación de James a tomar algo de ropa para él. Abrí su cajón de ropa interior y vi que tenía demasiados boxers muy ajustados todos en tonos negros, azul marino, grises o blancos. Era demasiado varonil y esfecifico en el tipo de ropa que usaba. Tomé un par de sus boxers, sus deportivas, un juego de pants negro y un par de playeras cuello en v que no eran tan ajustadas como las que solía usar la mayoría del tiempo. Al meter todo en su maleta no pude evitar acercar su playera a mi para aspirar su aroma. De verdad me encantaba oler a James, su físico, sus ojos, su seriedad y su sentido del humor. Su trato tan caballeroso, el que me tratara tan lindo y fuera cariñoso conmigo. Puse todo en la maleta y salí para comer con Karen e ir al hospital. Ya más despiertas y tranquilas llegamos. Justin estaba recostado en el sofá platicando con James, quien estaba sentado mirando la TV pensativo. Cuando nos vieron entrar James saludó. Le dije a Justin que si quería podía irse.
Su primo miró a James unos segundos y asintió. Se levantó y se despidió de ambos para enseguida retirarse con Karen. Él estaba ahí sentado con su cabello alborotado, sus hermosos ojos azules. Ni siquiera los moretones que tenía y la bata de hospital lo hacían lucir mal. Debo mencionar que aquella bata media puesta dejaba ver sus bien marcados músculos del pecho y brazos. Puse su maleta en el sofá y me senté ahí mismo. Me miró de una forma extraña. En ocasiones me intimidada bastante la forma vacía o misteriosa de observar. Aun así mantuve la mirada fija sobre él y sonrió de lado.
-luces muy descansada y tranquila. Me alegra que hayas ido a despejarte un rato. -en realidad solo fui a dormir, darme un baño y a comer. Tal como me lo pediste.
-no es necesario que te quedes esta noche. Preferiría que fueras a dormir al departamento. Estoy bien, y hay personas aquí cuidando de mi.
-oye, ya cumplí con ir a descansar un rato. Ahora no te vas a deshacer de mi. No insistas McAvoy.
-bien, señorita Blackwood. Entonces prepárese para desvelarse toda la noche. Si te quedas aqui no te dejaré dormir ni un minuto, eso quieres?
-ya dormí muchas horas seguidas. Quiero ver que trucos usarás para mantenerme despierta. Debo mencionar que no estas en condiciones de llevar sangre a ciertas partes de tu cuerpo de las que te encanta presumir,
La doctora fue clara en eso.
Me miró serio enmarcando sus cejas. Me quedé mirándolo con una gran sonrisa en mi rostro. Después de un par de segundos se dejó caer sobre su espalda y al momento se tensó de dolor hacia su costado izquierdo que estaba herido. Al momento  me levanté y me acerqué para asegurarme de que estuviera bien. Cuando lo hice me jaló para atraparme y comenzó a reír.
-Ves? Sin necesidad de levantar nada de mi cuerpo veniste a mi. Ahora prepárate para el martirio.
Rodé los ojos y me quedé de pie a su lado. Puse mi mano sobre su rostro y apreté suavemente su mentón haciéndolo sobresaltarse de dolor.
-yo también puedo molestarte James, y en tu condición no deberías hacerme enojar. Puedo meter mi dedo en tus suturas y decir que no te estas quieto por eso se abrieron. Los doctores fueron claros en que tienes que descansar y no hacer esfuerzo.
Me miró fingiendo estar molesto y se rindió.
-tu ganas
Estábamos en medio de esa conversación cuando la enfermera entró a dejar su cena. Al verme me pidió que por favor me encargará de que comiera todo ya que en la comida no había tocado el plato.
Le agradecí por avisarme y se retiró. Cuando lo hizo volteé a verlo enojada.
-enfermera, espere. Ella va a meter su dedo en mi herida. Espere, ayuda.
-no seas una nena James. Por que no comiste? Lo interrogué al tiempo que jalé la mesa para comenzar a destapar la gelatina y tomé la cuchara con un poco de esta para llevarla a su boca. La abrió y tomó el primer bocado.
-no me dió hambre. Además Justin no me dió de comer en la boca, no de lo pedí Sabes lo incomodo que iba a ser para ambos? -James, puedes comer tu solo. El hecho de que te lo esté dando en la boca es para que no pongas ese tipo de pretextos y te comas todo.
Sé quedó pensativo y solo sonrió abriendo la boca para que yo le diera el siguiente bocado. Intenté darle un poco de té pero se negó.
-sabes que el té es desinflamante cierto? Lo necesitas. Anda, toma un poco.
-prefiero no hacerlo, gracias.
-bébelo o en verdad meteré mi dedo en tu herida.
-tranquila, no quiero por que he tomado demasiado líquido. Y me cuesta pararme para ir al baño.
-Si es necesario pediré un comodin o un pañal. Pero es parte de tu dieta y te mandaron a tomar mucho líquido, así que hazlo.
-no será necesario. Espera, déjame ponerme de pie. Quiero ir al baño. Regreso y me tomó el té.
-ven, te ayudo. Me miró con ternura y lo ayudé a girarse en la cama. Se quedó sentado y cuando se puso de pie lo ayudé a apoyarse. La bata se soltó hasta su cintura. Tomé la bata para sostenerla y él comenzó a caminar hacia el baño. Fui con él hasta adentro y una vez ahí nos miramos. Algo divertido me dijo.
-creo que a partir de aquí puedo solo.
-que bueno, no pensaba ayudarte con nada más.
Me reí y salí. Escuché que jaló la palanca y el lava manos. Toqué preguntando si ya podía entrar y de inmediato lo abracé para ayudarlo a salir. Regresamos lento a la cama. La bata venía cada vez más abierta así que cuando llegamos para que se recostara le pedí que esperara y empecé a abotonarla. cuando terminé suavemente dijo mi nombre. alcé la vista a su rostro y él se quedó mirándome con sus labios entre abiertos como si estuviera indeciso de decir algo o de besarme. Los cerró después de decir - gracias por estar conmigo agachando su rostro.  Me acerqué a su oído y le hablé con la misma suavidad que él lo hizo contestando.
-No Tienes por qué. Me importas, mucho. Sonrió tan cerca de mí que me dió pánico de que me besara. Sentí algo sacudir mi estómago así que me alejé pidiendo que se recostara. Lentamente lo hizo y lo ayudé a subir sus piernas a la cama. Él era la persona más delicada y detallista conmigo y a mi me gustaba serlo con él. Se acomodó y lo cubrí con las sábanas. Fui a desinfectar mis manos con Gel antibacterial y regresé a darle de comer con la cuchara. Terminó de comer y alejé la mesa. Pronto regresó la enfermera para retirar su charola de comida. Me pidió un poco de agua y le di a beber con cuidado. Ajusté la cama para que quedara reclinado y jalé la silla para sentarme a su lado. Estábamos platicando animadamente y se quedó dormido. Subí su frazada para cubrirlo y me senté a dibujar mándalas en mi libreta. Había pasado aproximadamente una hora y salí a tomar un café. Al regresar James estaba de pie regresando a su cama. -podías haber esperado un par de minutos. No tardé más de 5
-pensé que si te habías ido al departamento. Por favor, ve a descansar. Estoy bien, mejor de lo que luzco.
- no estas bien. No debes hacer esfuerzo. Déjame cuidarte como tu lo has hecho conmigo, por favor.
-Sky, es muy incómodo estar en un hospital cuidando de alguien. No estoy muriendo, no tienes que estar aquí todo el tiempo. Por favor. Tú odias los hospitales.
-no voy a discutir contigo. Solo entiende que no me iré y es todo lo que voy a decir.
Me miró un tanto serio y lo ayudé a recostarse. Estuvimos hablando, me contó varias travesuras que hacía con Justin. Yo le hablé de mi hermana y de lo mal que nos llevábamos por las diferencias de edades. A las 11 llegó un enfermero a darle sus medicamentos y a ponerle una inyección. Me giré para no ver cuando le bajaron el bóxer. El enfermero lo ayudó a recostarse nuevamente y salió. Después de que se fue lo miré y estaba con los ojos apretados del dolor a causa del medicamento que le habían inyectado. Yo sabía bien que era terrible y tardaba en disiparse. Él había quedado más cerca de la orilla del lado izquierdo, cuando el dolor pasó y se repuso me pidió que me acercara. Lo hice para saber que pediría -ven, siéntate aquí conmigo. Mostrando con la palma de su mano justo a su lado derecho donde había bastante espacio para mi. Lo hice.
-. Si te vas a quedar por lo menos quiero que estés cómoda.
-James, estoy cómoda en el sofá. Tu necesitas espacio.
-ven, ni siquiera está de este lado la herida. Vamos a platicar. Me acerqué y me recosté de lado sin dejar caer mi peso. Le hice señas de que moviera su brazo pero negó con la cabeza pidiendo que yo me acostara sobre él. Así lo hice y quedamos acomodados perfectamente, yo tenía miedo de siquiera poner mi brazo sobre él para no lastimarlo así que lo llevé sobre mi estómago. Al poco rato todo el hospital quedó en silencio y las luces bajaron. El oprimió el botón de la luz y me cubrió con su frazada. Su brazo sobre el que yo estaba apoyada lo flexionó para comenzar a acariciar mi espalda y mi cabello. Nos quedamos en silencio solo disfrutando del momento. Con él los silencios no eran incómodos, al contrario se creaba una conexión hermosa. Noté que el movimiento de su mano disminuía y pronto se quedó dormido. Lo sentía respirar cerca de mi y me daba demasiada tranquilidad. Coloqué suavemente mi mano sobre su estómago y el sueño comenzaba a vencerme, estaba dormitando cuando sentí que se movió un poco para quedar de lado hacia mi y pasó su brazo abrazandome, tomó mi mano y la colocó con delicadeza sobre su cintura mucho más abajo de donde estaban sus vendajes. Quise moverme y retirarla pero el sueño y la sensación de paz fueron más fuertes.
A las 7:30 escuché ruido de un carrito acercándose, era la enfermera con su desayuno. Cuando me traté de levantar noté que el ya estaba despierto. Me sonrió de lado y antes de decirle cualquier cosa la enfermera habló.
-buenos días, aquí está su desayuno. Que bonito verlos así. Hacen una pareja hermosa.
Yo sonreí y James le respondió con un buenos días a la enfermera. Cuando escuchamos lo que dijo sobre cómo nos veíamos juntos quise desaparecer pero James contestó rápidamente.
-gracias por mencionarlo. Soy muy afortunado de tenerla conmigo.
Al momento me guiñó un ojo riendo divertido. La enfermera volvió a hablar pero ahora directamente a mi.
-otra ventaja de que estés aquí es que así come la mayoría de su comida.
-me aseguraré de que coma todo, hasta el último bocado.
La enfermera salió y James comenzó a reír. Yo me giré y con dos de mis dedos presioné abajo del moretón que tenía en su pómulo. De inmediato se quejó y me levanté para jalar su mesa y darle de comer.
-oye, me duele! Aprietame lo que quieras menos la cara, es lo que espero que se desvanezca rápido.
Lo miré desafiante y respondí.
-lo único que quiero apretarte es el cuello hasta que no respires o la herida hasta que se abra.
respondió con astucia y ofrecimiento.
-que sea el cuello siempre y cuando tu estés arriba.
Volvió a reír divertido y mordía su labio inferior. Me encantaba su forma sexy de bromear y sus gestos seductores.
Tomé la almohada mostrando que la Colocaría sobre su cara. Frunció el seño y negó con la cabeza.
-No me refería a  esa forma. Olvídalo. -entendí a que forma te referías pero la que te acabo de mostrar es la única forma en la que pienso hacerlo.
Sonrió y abrió la boca para que yo le diera la nata de chocolate que habían mandado. Cuando la probó hizo un gesto de desagrado. Tomé un poco y la probé pero no sabía mal. se comenzó a reír y me pidió que lo ayudara a comerme eso y el se comería lo demás. Acepté solo por que a mi me encantaba todo lo de chocolate. Comía una cuchara y le daba una a él de fruta. Su panecillo y su jugo de naranja. Volví a dejar la charola a un lado y le dije que no tardaba. Me metí al baño y mientras estaba adentro acomodando mi cabello escuché que el doctor le dijo que ya lo iban a dar de alta, que podía irse a casa. Salí y el doctor me dió indicaciones de como curar su herida, los lienzos que debía poner a sus moretones y sobre los medicamentos. James quiso pararse rápido para irnos.  su celular sonó. Justin le informaba sobre su empresa y que más tarde iría a verlo. James le pidió que se hiciera cargo y que no había necesidad. Que ya lo estaban dando de alta.
Puse su maleta sobre la cama y la abrí mostrando lo que había traído para él. Colgó la llamada y al ver sus boxers volvió a tratar de incomodarme.
-disfrutaste lo que viste en mi cajón?
-oh si, mucho. Y no dejaba de pensar en por qué todos son tan aburridos e iguales. También son muy ajustados, no lo crees?
Se volvió a reír.
-son los colores que me gustan. Y también son así de ajustados por que mantienen todo en su lugar haciendo que nada se marque y no sea tan prominente.
comencé a reír para responder.
-cuando hablas así dudo de lo varonil que luces.
-Si quieres te lo demuestro.
Rodé los ojos y fui a desabrochar su bata bajándola hasta su cintura. Estaba poniéndole la playera cuando entró la enfermera para retirar la comida y se disculpó por interrumpir. James le agradeció por la atención. Me agaché para ponerle el pants y cuando se puso de pie lo comencé a subir. No pude evitar ver lo ajustado que le quedaban los boxers y realmente se veía que estaban manteniendo en su lugar a un miembro bastante grande. Disimulé todo lo que pude y él trataba de ahogar su risa. Cuando me paré lo vi a la cara y jalé la cinta ajustando lo a su cuerpo al mismo tiempo que se ponía serio. Le puse la sudadera de y me agaché para ponerle los calcetines y los tenis. Me agradeció pensativo.
Solo unos minutos después apareció un enfermero que lo ayudó a sentarse en una silla de ruedas. Tomé la maleta y salimos del hospital. Mientras se quedó en la puerta fui corriendo a traer el auto para estacionar lo justo frente a su silla. Lo ayudaron a subir y nos marchamos. Todo el camino lo noté muy pensativo pero no hice el intento de hablar. Al llegar Edward me ayudó a bajarlo y a meterlo al elevador. Subimos al departamento y él pidió quedarse en la sala. Cerré la puerta y lo miré sería.
-james, no voy a dejar que te quedes aquí. Vamos a tu habitación.
-está bien, vamos. Me acerqué y lo abracé. Realmente no era mucho lo que él se apoyaría en mi pero traté de ayudarlo lo más que pude. Subimos lento y una vez arriba lo senté en su cama. Estaba por ayudarlo a acostarse y él me detuvo.
-necesito ducharme, pero puedo hacerlo solo. Ve a descansar, por favor.
-no te dejaré. Ven, te ayudo a desvestirte. Además también debo quitar el vendaje y curar la herida.
Comencé a desnudarlo y a retirar el vendaje. Los hematomas de su piel eran demasiado visibles. Después de unos minutos de silencio comenzó a hablar.
-gracias, de verdad gracias por estar tan al pendiente de mi. Te lo agradezco demasiado. Todo lo que haces y la forma en que lo haces me es muy reconfortante.
-no tienes que, Jay. Tu eres mi héroe y lo que hago es con cariño. Me importas mucho.
Se abrazó a mi y le devolví el abrazo con cuidado. Le quité todo lo demás dejándolo solo en bóxer. Lo ayudé a llegar a su baño y adentro se recargó en el lavamanos. Empecé a mediar el agua de la regadera y cuando sentí que estaba perfecta lo ayudé a entrar. Se colocó bajo el chorro de agua y agachó la cabeza disfrutando de la Sensación. Tomé su shampoo para lavar su cabello. Se agachó un poco dejándose  consentir. Inmediatamente tomé su esponja y la llené de jabón. Fui a su cuello y sus hombros bajando por su espalda, su pecho y librando su herida. Llegué a su estómago y bajé hasta sus piernas. Yo ya estaba bastante mojada por el agua de la regadera salpicandome. Me miró y le entregué la esponja y el jabón.
-bien, esa parte te toca a ti. No te preocupes, me giraré y no veré nada. Cuando termines me avisas. Aquí tengo tu toalla.
-gracias.
Tomó la esponja y me giré para que se quitara el bóxer. Me enjuagué las manos en el lavamanos y abrí el cajón para tomar una toalla grande ya que la bata de baño no era lo más cómodo. Escuché que cerró las llaves y me dijo que ya estaba listo. Me acerqué de espaldas y extendí la toalla. La tomó y por el espejo vi que estaba de espaldas enrollando su cintura. Una vez que lo hizo sentí que venía lentamente saliendo. Me giré y lo ayudé a apoyarse. Se detuvo frente al lavamanos y fui a levantar su bóxer del piso. Lo exprimí y coloqué sobre el espacio libre del lavamanos. Él me miró apenado. Volví a enjuagar mis manos y tomé otra toalla. Se abrazó a mi y caminamos hacia la cama. Lo senté ahí y se quedó sosteniendo el nudo de la toalla. Se podía ver su abdomen marcado hasta muy abajo. Comencé a ayudarlo a secarse. Fue bastante dócil para que yo hiciera mi trabajo. Me pidió un desodorante y fui a traerlo. Se lo dí y comenzó a aplicarlo. Mientras lo hacía fui por su pijama y un bóxer, primero la playera y comenc a secar su cabello. Bajé a secar sus piernas y subí la toalla hasta sus rodillas. Él estaba pensativo y no apartaba su mano justo sobre su entrepierna. Coloqué el bóxer y las piernas de su pantalón. Lo subí hasta sus muslos y me dí la vuelta para entrar al baño y darle tiempo. Un par de minutos después él ya estaba vestido. Me volví a acercar y tomé la toalla para terminar de secar su cabello y después tomé el cepillo. Le pregunté si podía y el me respondió adelante. Me paré frente a él y cerró sus ojos para que yo empezará a pasarlo por su cabello. Se sentía suave, delgado y oscurecido por la humedad. Normalmente su cabello y su pequeña barba tenían un tono entre café y rojizo. Era un tono bastante lindo y claro que combinaba perfecto con sus ojos azules tan intensos. Lo estaba peinando y me perdí pensando en lo perfecto que era y lo bien que olía siempre, me daban ganas de abrazarlo y quedarme en su cuello, esa era una de las razones por las que amaba usar su suéter gris. Siempre olía a él sin importar cuanto lo usara. No noté que él había abierto los ojos y me estaba mirando muy pensativo.  Al darme cuenta me detuve y bajé mis manos a sus hombros, rosé su pequeña barba y sonreí. Nos quedamos mirando fijamente unos segundos y no pude más. Me abracé a su cuello con mis ojos ya llenos de lágrimas y desbordandose. Él parecía saber que lo necesitaba y me abrazó firmemente. Me quedé tratando de calmarme, aun sin decirle nada él sabía que yo no había desahogado lo que sentía. Pasó su mano por mi espalda y me empezó a  hablar suavemente.
-llora, desahógate. Ya todo pasó y estoy bien, no te preocupes. Yo también me sentí asustado. Pero me alegra saber que estás bien y no te pasó nada. No iba a permitir que te llevaran. Fuiste muy rápida y hábil. Lo hiciste muy bien.
hablaba suave y calmado aún cuando escuché su voz conteniéndose.
Él también tenía mucho acumulado. Yo trataba de calmarme pero con lo que decía solo me ponía más sensible. Permanecimos así varios minutos y cuando me alejé un poco vi que sus ojos también estaban humedecidos. Pasé mis manos suavemente para limpiarlas.
-de verdad me asusté James, pensé que te perdería. No quiero que nada malo te pase y menos por mi culpa.
-Sky, no fue tu culpa. Las cosas así pasan, y esta vez los desafortunados fuimos nosotros. De verdad, yo iba a hacer todo lo posible por evitar que te llevaran. Habría sido lo mismo por karen, por Justin, por fernand. Eres de las personas importantes en mi vida, hermosa. Me vi lento, tu fuiste excelente. La forma tan rápida en la que lo golpeaste. Yo no ví que él te estaba amenazando con un cuchillo si no no habría intentado nada así. No te pondría en riesgo. Yo estaba dispuesto a dar todo por que no te hicieran nada. Perdóname por ponerte en peligro.
-no, no tienes que pedir perdón.  me defendiste. Te agradezco demasiado todo, lo que haces por mi y la forma en la que quiero compensarte es cuidando de ti, igual que tu lo haces conmigo. Por favor déjame ayudarte, no hagas las cosas difíciles Jay. Te tengo demasiado cariño, eres muy importante para mi y no me cuesta nada estar al pendiente.
-esta bien, no haré las cosas difíciles. Pero ahora, ve a cambiarte esa ropa. Está muy húmeda y no quiero que te enfermes. Yo espero aquí, primero haz lo que te pido. Ve y adueñate de alguna de mis playeras o de mis suéteres pero quítate esta blusa.
-bien... Veré que me queda de tu closet. Entré al closet y vi una playera blanca de cuello en v igual a la que tenía puesta, me quité mi blusa y me puse su playera. Le quité los tirantes a mi sostén ya que estaban húmedos y salí a verlo. Él se había recostado en la cama. Me miró con una sonrisa al verme puesta la playera.
-me queda mejor que a ti, que dices?
-digo que es mi playera favorita, te queda algo grande pero si, se te ve mejor a ti. Comenzamos a reír y me subí a la cama a su lado. Jalé el kit de primeros auxilios y la bolsa de medicinas para empezar a secar su herida con una gasa muy delicadamente. Me miraba mientras hacía la curación. Después de secar coloqué un desinfectante y un ungüento y su cara fue de dolor. Me disculpé y traté de hacerlo rápido y lo más suave que pude. Volví a poner más medicamento y abrí una gasa para colocarla sobre la herida, corté un poco de cinta y la pegué. Al terminar lo ayudé a ponerse de pié para ponerle el vendaje como vi que lo colocó la enfermera. Lo ajusté y fui por las bolsas de agua tibia. Al regresar lo vi acomodado en las almohadas. Empecé a poner las bolsas sobre sus moretones y fui a su rostro para aplicar un ungüento en su pómulo. Con una gasa empecé a limpiar la comisura de sus labios. Tomé un cotonete y apliqué medicamento. Al terminar le dije que estaba listo. Mencionó que tenía hambre y que yo no había desayunado.
Fui a la cocina a preparar un par de tés y omeletes para almorzar. Regresé a sentarme a su lado para asegurarme que tomó sus medicamentos.
Al terminar me quedé acostada a su lado y no supe en qué momento me quedé dormida. Desperté horas más tarde y lo vi recostado con su teléfono.
-dormias muy profundo, no quise despertarte.
-gracias por dejarme dormir. Tienes mucho despierto?
-como una hora, estaba poniéndome al tanto de algunos asuntos de los que justin se hace cargo.
-que hora es? -son casi las 4. Pedí comida china, está por llegar.
-dormí demasiado, voy a levantarme y a darme una ducha, crees que tarde mucho en llegar la comida?
-pedí que león la reciba. Ve a ducharte con calma. Aquí te espero.
-gracias, no tardo.
James
Sky me ayudó en todo mientras estuve en el. Hospital. Lo que había hablado con Justin quedó dando vueltas en mi mente, él me aseguró que Sky está enamorada de mi, pero yo pienso que no es así. Ella me tiene cariño pero no más.
Ella no ha demostrado sentir atracción hacia mi además de nuestro acuerdo.
Me encantaría que ella se enamorara de mí aún cuando me causa conflicto que es más joven.
Me gusta como me trata y la forma en la que habla, ríe y bromea. Me encanta su forma de ser. Por otra parte  si ella estuviera enamorada de mi, sería un problema.
Yo no quiero limitar su vida. Ella es joven y le faltan muchas cosas por vivir, como Justin señaló, yo debo empezar a sentar cabeza.
Yo he hecho y deshecho demasiadas cosas que a ella le faltan experimentar.
Cuando me abrazó y se soltó a llorar quería besarla, quería sentir sus hermosos labios rosas contra los míos. Quería limpiar sus lágrimas y llenarla de besos pero no me atreví. No quiero echar a perder lo que hay entre nosotros, es una amistad bastante extraña que solo ella y yo entendemos pero no quiero arruinarla o perderla buscando algún tipo de relación que quizá ni siquiera funcione por la diferencia de edades y las espectativas distintas. Seguía acostado con mi teléfono cuando la vi aparecer en pijama con mi playera blanca que se acababa de adueñar. Normalmente no me gustaba que nadie usara mi ropa, a ninguna mujer con la que había estado le había permitido si quiera usar mis playeras, camisas o suéteres pero con ella era diferente. Me encantaba verla vestida con mi ropa. Ella fue por  la comida china y se subió a mi cama para sentarse. Moví los cojines y le sonreí. Se sentó y antes de comenzar a comer me preguntó si me daría de comer. Negué con la cabeza y tomé mis fideos con pollo agridulce. Encendí la TV y puse una película animada. Ella se recargó y estaba atenta viendo. Me causó mucha gracia que ella era joven, pero yo la veía como una mujer fuerte, decidida y a la vez sensible, tierna y frágil.  demasiado madura para su edad y verla así sentada con mi ropa que le quedaba grande, sus pies hermosos con sus uñas pintadas de colores y tan atenta a la película me causaba demasiada ternura como para abrazarla y llenarla de besos. Terminamos de comer e hice a un lado todo. Me subí más a los cojines y llevé mi mano a acariciar su pie. De inmediato comenzó a reír y lo alejó.
Reí por que había encontrado otro de sus puntos débiles.
-basta James, no me hagas cosquillas. Puedo patearte como reflejo y en tu condición no es bueno.
-disculpa, no era mi plan hacerte cosquillas. Solo me llamaron la atención tus uñas. Todas están de diferentes colores, se ven lindas.
-Si, todas son distintas. Gracias por notarlo. -déjame ver, te prometo que no te haré nada. Me miró desconfiada y acercó lento su pie hacia mi. Era el pie más bonito que jamás había visto. Ella cuidaba cada aspecto de su cuerpo y a mi parecer siempre lucía perfecta.
Después de que lo admiré lo retiró escondiendolo bajo el edredón. Me reí y le comenté que sus pies eran hermosos. Ella agradeció y nos quedamos en silencio. Pregunté su quería jugar y empecé a poner un video juego para entretenernos, ella aceptó y mientras lo hacía fue a ver que medicamento me tocaba. Era la inyección. -bien James, listo para tu inyeccion?
-tu sabes inyectar?
-claro, lo hacia con mi abuela, un par de mis amigas. Un amigo y con mi tía.
Dudé por un minuto y no era que no confiara en ella, era por que me daba un poco de pena que ella ya me había visto demasiado. -te da miedo? Bueno, si quieres llamo algún médico o enfermera. Le preguntaré a León si conoce a alguien.
-no, está bien. Hazlo tú.
-de verdad? Noté qué dudaste
-fue por qué creo que ya me has visto demasiado, fue pena y sé que suena poco creíble.
-oh no te preocupes. No veré nada que no deba. Sé levantó para lavar sus manos y empezó a preparar la inyección. Cuando vi que estaba terminando me levanté para girarme. Me quedé boca abajo esperando a que hiciera lo suyo. Se acercó y bajó mi pants, en seguida bajó mi bóxer solo un poco. Sentí el algodón húmedo frotando contra mi piel y un pequeño piquete, apenas perceptible. Sentí el líquido entrar en mi cuerpo lentamente. Si era doloroso pero nada comparado con el dolor que había sentido cuando el enfermero me inyectó. Tardó un poco, sentí volvió a poner el algodón e hizo presión masajeando  donde había picado. Automáticamente el dolor desapareció. Sentí que subió mi bóxer y acomodó mi pants.
-ya quedó. Espero que no haya dolido demasiado.
-gracias, en realidad no dolió nada comparado con lo que sufrí con el enfermero. Eres excelente.
-me alegra que no la hayas pasado tan mal.
Estuvimos jugando más de dos horas hasta que me trajo mis medicamentos y me obligó a dormir apagando la TV y las luces. Le agradecí una última vez antes de verla marcharse a su habitación para descansar.
Al día siguiente ella iría a trabajar y me hizo prometer que me quedaría en casa descansando un par de días.
Tuve que aceptar para que me dejara en paz. Además se esforzaba demasiado en atenderme para asegurarse de mi buena recuperación.
No había dicho nada a ella, pero me sentía mareado y con dolor de cabeza. Incluso me sentía un poco aturdido. Lo atribuí a la pérdida de sangre y los golpes que intercambié con aquel hombre.
Me sentía en paz conmigo mismo de saber que mi pequeña amiga no había salido herida. No podía imaginar volver a sentir la desesperación que me invadió cuando hablaron de llevársela en el auto con ellos.
Jamás me habria perdonado si eso ocurriera.
Me recosté de lado pensando en todo eso, me coloqué mis audífonos y puse música para distraer y calmar a mi mente intentando dormir. Me sentía inquieto, mi corazón estaba acelerado y no podía creer que el simple hecho de tenerla cerca me daba la paz suficiente para dormir.
La doctora que me atendió dijo que era probable que me diera fiebre, me recetó pastillas para eso y bolsas de agua fría si ocurría.
Una hora y media después yo seguía despierto escuchando música, Sky vino sigilosamente a verme. Se acercó y tocó mi frente con delicadeza, yo abrí mis ojos.
-Hola, pensé que estabas dormida.
-no puedo dormir, también quería asegurarme que no tuvieras fiebre porque cuando me fui tus ojos estaban enrojecidos y te veías desanimado. Que bueno que vine.
-no es necesario que me atiendas ahora, intenta descansar.
No respondió, en silencio fue a llenar la bolsa de agua y vino a mi lado.
Tomó mi temperatura que era de 39.5. Me dió mi pastilla con mi vaso de agua. Se aseguró que la tomara y puso la bolsa sobre mi frente.
-muévete. Me voy a quedar aquí para asegurarme que está bajando la temperatura.
Me moví sin oponerme. Necesitaba su compañía y sentirme querido por ella.
Levanté la frazada para que se cubriera y aceptó. Se acomodó a mi lado con mucho cuidado. Intercambiamos un par de palabras, a los 5 minutos yo ya me sentía relajado y el sueño comenzó a vencerme.
Vi que ella también estaba a punto de caer rendida.
Tiempo después sentí que despertó y se acercó a tocarme. Al sentir que mi temperatura se había regulado me quitó la bolsa de agua. No quise abrir los ojos para no romper la sensación de calma y sueño que tenía. Ella se volvió a acostar y siguió durmiendo a mi lado.
No sentí en qué momento se levantó. Yo desperté ya que ella me habló muy temprano para darme mis medicamentos y curar mi herida antes de irse a la academia.
Le dí las llaves del auto y después de insistir las tomó. Se despidió prometiendo que estaría atenta al teléfono y se marchó.
Yo me quedé acostado comiendo el desayuno que me trajo hasta la cama y trabajando en mi computadora.

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