Tatuajes

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Sky
Ha pasado más de una semana en la que Andrew y yo nos hemos estado viendo a diario.
Hoy es martes y el plan no cambia. Quedamos de vernos para cenar, al salir de la academia él ya está esperándome.
-Hola, Bonita.
-Hola Andy.
Me acerco a abrazarlo y él de inmediato me alza un poco del suelo y me vuelve a dejar de pie.
-qué te gustaría cenar?
-no lo sé, hemos comido tan variado esta semana que con una simple pizza sería feliz.
-perfecto, entonces vamos a ver que lugar encontramos.
Asentí y subí a su auto, comenzó a conducir mientras me platicaba de una sesión de fotos que había hecho para una explosión en una galería cuando su teléfono comenzó a sonar y él respondió.
En la llamada un hombre le pedía unos archivos que Andrew ya les había proporcionado y ellos por accidente los habían arruinado. Mi amigo de ojos color miel menciono que estaba ocupado y no tenía los archivos a la mano, el hombre de la llamada le suplicó ya que era sumamente importante. Andrew me miró y preguntó si podíamos hacer una parada en su casa antes de ir por la pizza. Yo asentí y él respondió que en unos minutos los enviaría.
Llegamos a una linda y pequeña casa realmente muy cerca de la academia como él me lo había comentado.
Se estacionó y me pidió acompañarlo aprovechando la parada para conocer su hogar.
Bajamos del auto y entramos a su casa, él corrió hacia unas escaleras y enseguida bajó con su laptop y la puso sobre la mesa.
Muy atento a mi me pidió que me pusiera cómoda mientras él enviaba sus archivos.
Yo me dirigí a su sala y me quedé observando la gran cantidad de fotos regadas sobre una pequeña mesa pegada a la ventana. Estaba observado las fotos cuando lo escuché hablar nuevamente por teléfono diciendo que se demoraría un poco porque no encontraba los archivos pero si los tendrían en aproximadamente media hora.
La llamada continuó y yo me senté en el descansabrazo del sofá para observar cada una de las fotos tomándolas con mucho cuidado.
Noté que el cielo gris dejaba caer una lluvia muy ligera que en pocos minutos se hizo muy fuerte con relámpagos y estrepitosos truenos.
Andrew se apresuró pero cuando él terminó afuera había un caos.
Él vino hacia mí para observar por la ventana.
-discúlpame, no pensé que fuera a llover tan intenso.
-no te preocupes, son cosas que pasan.
-debes estar hambrienta, te parece si pido algo para cenar aquí y después vamos a pasear o a ver una película?
-no me gustaría hacer venir a un repartidor con esta tormenta. No tienes algo que podamos cocinar?
-yo no soy bueno cocinando, todo se me quema. Pero vamos, veamos que hay en la cocina.
Caminamos a su cocina y él abrió su alacena.
-que vergüenza, todo lo que tengo son cosas instantáneas o congeladas y creo que esa carne para hamburguesa ya caducó.
-esos macarrones con queso se me antojan, tú que dices?
-excelente. Déjame averiguar como se preparan.
-trae aquí, yo los preparo.
-mil gracias, te prometo que te recompensaré esto.
-Hey, que yo los vaya a preparar no significa que no vas a ayudar. De paso aprendes a hacerlos.
-a la orden.
Empezamos a preparar los macarrones mientras descongelaba unos dedos de queso, Andrew había servido un par de tragos de whisky y solo podía pensar en James. Él siempre bebía whisky y lo asociaba directamente con él.
Ya estaba todo listo así que lo servimos en unos pequeños tazones y nos fuimos a sentar al piso de la sala frente al televisor para comer ahí viendo alguna cosa en la TV.
Apenas había comido un par de bocados y él cambiaba de canales, al no encontrar nada optó por ponerlo en un canal al azar.
Seguíamos conversando y de pronto una escena ruidosa y explícita llamó la atención de ambos. Miramos a la TV y había una pareja de chicos teniendo sexo.
Andrew y yo nos miramos y comenzamos a reír, rápidamente tomó el control y cambió de canal a alguno donde solo había música.
Dimos un par de bocados más mientras él me contaba sobre su viaje para fotografiar auroras boreales. Pregunté si podría mostrarme esas fotos y el asintió.
Trajo su lap top sobre la pequeña mesa de centro y se acercó sentándose más cerca de mi.
Al acercar su computadora yo moví nuestros tazones de pasta y el par de vasos.
Me acerqué un poco más para apreciar las fotos. Él se quitó su chaqueta de mezclilla y traía una playera de manga 3/4 que dejaba al descubierto su brazo.
Hasta ese día yo lo había visto a diario con camisa de manga larga. Por fin pude ver que todo su brazo estaba tatuado casi por completo, solo habían pequeños espacios libres.
-waooo, me encantan tus tatuajes. Están muy bien hechos.
-de verdad piensas eso?
-si! Me encantan.
-no pensé que te fueran a gustar, pienso que eres demasiado linda y tierna para que algo así te gustara.
Omití cualquier comentario sobre lo que acababa de decir.
-puedo ver?
-si, claro.
Andrew se movió para quedar de frente a mi y se levantó la manga lo más que pudo, no subió mucho, así que procedió a quitarse la playera en un movimiento rápido.
El tatuaje cubría desde la muñeca hasta su hombro y pasaba a la mitad de su espalda.
Estaba en muy buena forma sin ser exageradamente musculoso.
-son increíbles, me encantan.
-tienes algún tatuaje o te gustaría hacerte alguno?
Me quedé pensando un par de segundos antes de responder.
-me gustan mucho y tengo en mente algunos que me gustaría hacerme...Tengo algunos pequeños.
-podría ver alguno?
-si, claro. Espera...
Me moví dando la espalda y levanté mi suéter junto con mi blusa lo suficiente para descubrir mi torso y mostrarle las pequeñas estrellas separadas que tenía al costado de mi pecho justo donde termina la copa del sostén. Jalé un poco este para poder permitirle verlo.
-son lindas y delicadas. Definitivamente van bien con tu personalidad.
Después que los observó por unos segundos bajé mi ropa y me giré a verlo.
-eso creo.
-ese cuenta como uno solo? O como algunos?
-ese es uno. Amm tengo otro aquí.
Me coloqué con mis rodillas contra el piso y volví a levantar un poco mi ropa sobre mi abdomen y bajé un poco la cintura de mi pantalón lo suficiente para que pudiera ver una pequeña y delicada guía de flores diminutas plasmadas sobre el hueso de mi cadera.
-son unas flores hermosas.
Sonreí y respondí.
-Y tengo unas estrellas más en el lateral de la pierna. Y unas letras debajo del pecho.
-que lástima, me habría encantado verlas.
Nos quedamos en silencio, Andrew seguía con el torso desnudo sentado observándome.
Tomó mi mano y me trajo hacia él. Me acerqué lo más que pude para permitirle darme un beso.
Al principio lo pensé bastante mientras nos besabamos y él me trajo sobre sus piernas.
Me abracé a su torso sintiendo lo cálido de su cuerpo.
Decidí dejar las cosas fluir.
Cada beso se hacía más impaciente. Sin decir ni una palabra seguimos así por varios minutos más. Estaba decidido a donde íbamos.
Todo se sentía bien y lo estaba disfrutando, mucho. Su cuerpo desnudo era precioso y se sentía suave y cálido, además de su gran estatura, eso me encendía mucho.
De pronto cambiamos lugares y yo fui sobre él.
Comencé a moverme muy decidida y cuando estaba muy cerca de terminar Andrew lo hizo sin avisar y enseguida me abrazó mientras con la voz entrecortada me pidió que no me moviera.
En ese instante todo se desvaneció. Me detuve pero no para complacerlo, sino por que mis ganas de todo se habían terminado en un segundo gracias a mi molestia y frustración porque yo aún no había logrado mi orgasmo. Me quité de encima de él  y me quedé acostada a su lado mirando hacia el techo, en el fondo me sentía decepcionada.
Pensé que si todo seguía igual de increíble con Andrew, en especial el sexo, mi extraño vínculo con James quedaría a un lado.
Andrew era la mejor alternativa que tenía para apartarme de la vida de mi amigo y era la alternativa que yo había elegido porque en verdad me gustaba su físico, su forma de ser y lo lindo y atento que era conmigo.
-eres asombrosa, dame un par de minutos y te prometo que seguiremos.
-toma el tiempo que necesites.
Estaba a punto de decirle lo idiota que se había portado pero no merecía que yo descargara mi enojo en ese instante con él por lo mucho que tenía guardado en mi pecho el enojo de que me había provocado que James se hubiera acostado con Jessica y no conmigo.
-me alegra mucho que trajeras preservativos en tu bolsa, ir hasta mi recamara habría roto con el momento.
-si, eran de James, agradecele a él.
Solté ese comentario sin dudarlo. Andrew debía estar agradecido con mi amigo por haberme dado esos condones cuando salí con Liam y no los había sacado de mi bolso, el mismo que estaba usando el día de hoy.
Me miró confundido y un tanto molesto.
-disculpa?
-James me los dió para cuando fuera a necesitarlo. Creo que tuvo la razón.
Sonreí y me quedé acostada mirando su expresión cambiar a sería y asintió fingiendo que mi comentario no lo había irritado.
Por mi parte eso me parecía divertido y una pequeña venganza por no ayudarme a terminar.
-es tarde, tengo que irme.
-espera, quédate a dormir conmigo. Vamos a hacerlo una vez más.
-no, debo irme.
Andrew me abrazó tratando de que no me levantara y me enojé aún más.
-no, ya dije que no. Tengo que irme.
Al escucharme hablarle tan firme de inmediato retiró sus brazos de mi y asintió permitiéndome levantarme.
Enseguida tomé mi ropa y comencé a vestirme. Él hizo lo mismo.
Tardé un poco más que él y cuando estuve lista  me giré a mirarlo él ya tenía las llaves de su auto en la mano. Sin decir una palabra nos dirigimos a la puerta fue ahí donde antes de que yo saliera se quedó parado frente a mí y de inmediato se quitó al mismo tiempo que comenzaba a hablar.
-Sky, perdona. No sé qué te molestó tanto pero te ofrezco una sincera disculpa. Te prometo que si me lo dices lo recordaré y no volveré a cometer ese error.
Me extendió su mano y me miraba muy apenado.
Andrew se notaba afectado por mi cambio de humor y me hizo querer decirle lo que sucedía.
-Andrew, cuando digo que no a algo, es no. Por favor, respeta eso. No me gusta que intenten que yo haga cosas en contra de mi voluntad. No lo hagas, por favor.
-entendido. Aceptas mi disculpa? Hay  alguna forma en que yo pueda repararlo?
-solo recuerda eso.
Él estaba dudoso de acercarse a mi y yo opté por acercarme y abrazarlo con fuerza. En ese instante me sentía muy rota y necesitaba un abrazo que me hiciera sentir que iba a estar bien. Andrew respondió a mi abrazo recargando su cabeza sobre la mía. Lo sentí muy sincero y cálido. En tan pocos días Andrew se había ganado mi cariño y yo deseaba que las cosas funcionaran entre nosotros.
-es hora, necesito dormir para poder ir a trabajar mañana.
-vamos, te llevaré a casa.
En el trayecto las cosas se relajaron entre nosotros y conversábamos como si nada.
Llegamos al departamento y al estacionarse justamente lo hizo donde James estaba parado fumando mientras platicaba con León.
Bajé del auto y ambos nos miraron guardando silencio.
-Buenas noches, señorita Blackwood.
-buenas noches, León. Hola, James.
-que gusto verla, yo tengo un par de cosas que hacer, con permiso.
León se fue y James asintió despidiéndose de él.
-Hola, Sky. Hola
Al estar ahí los tres de pie me vi en la obligación de presentarlos.
-Jay, él es Andrew Avery, Andrew, él es James McAvoy.
Los dos se estrecharon la mano y noté que hubo mucha tensión entre ellos. James se quedó ahí y Andrew al instante se despidió de mí.
-Te veo mañana, bonita. Hoy, fue increíble. Descansa.
-lo fue. Descansa, gracias por traerme.
-hasta luego, James. Un gusto conocerte.
-lo mismo digo, que estés bien.
Su interacción fue mínima, se subió a su auto y James me esperó para entrar juntos al edificio.
Mientras atravesamos el lobby León nos miraba con disimulo.
-y... Que tal tu tarde?
-bien, bastante tranquila y lluviosa. Y la tuya?
-también, estuve en la oficina hasta hace media hora.
-pensé que pasarías la tarde con Jessica.
-no, ella tiene cosas que hacer al igual que yo. Andrew y tú han estado juntos cada día, supongo que las cosas van muy bien.
-si, eso parece.
El elevador se abrió y entramos al departamento.  Intenté cambiar la conversación.
-ya viste que tenemos vecino?
-así es, es un chico bastante joven.
-oh, entonces ya lo viste?
-emmm no, bueno eso me dijo León.
Nos quedamos en silencio y al despedirnos para ir cada quien a su habitación mi bolso se cayó. Él rápidamente lo levantó y al abrirse se salió mi teléfono y la envoltura del condon que Andrew había usado. Me sentí tan estúpida de que lo viera y de que Andrew lo hubiera regresado a mi bolsa que quería desaparecer en ese momento. James se quedó serio por un momento y devolvió el empaque dentro de mi bolso, lo cerró y me lo entregó. Pronto comenzó a bromear al respecto.
-Ahora entiendo por qué se ven a diario. Seguramente están muy ocupados.
-no, no es así. James, no por favor.
-así se hace.
Él se reía de forma sensual y me extendió su puño para chocarlo.
Moví mi cabeza en negación y él se reía más fuerte. Rodé los ojos y me di la vuelta para marcharme a dormir.
-hasta mañana, Jay. Descansa.
-descansa, campeona.
-ya cállate.
Me fui apresuradamente.  Me puse mi pijama y me metí a mi cama.
James
Hoy me decidí por no ver a Jessica,  no quería terminar el día oliendo a su perfume y acostado en su cama.
Conversaba con León quien me decía que le parecía muy forzado lo que había entre Sky y Andrew cuando los dos aparecieron. Guardamos silencio, hubo una presentación incómoda entre su nuevo novio y yo.  Una vez que Sky de quedó conmigo noté algunas cosas inusuales en ella.
Su cabello venia acomodado pero las ondas se habían deshecho. Sus labios no tenían labial pero se notaban enrojecidos, su piel al ser tan blanca y delicada se marcaba con facilidad y al subir al ascensor ella hizo un movimiento que me permitió ver su cuello descubierto y ahí noté que estaba enrojecido y tenía algunas marcas de lo que parecían succiones.
Una tensión enorme surgió en mi estómago y traté de calmarme, quizá ellos solo se habían estado besando y tocando sin llegar a más. Solo me trataba de engañar a mi mi mismo, se habían acostado y era por el que Andrew le había mencionado que hoy había sido increíble. Estaba muy molesto y enojado, ella ni siquiera era la culpable, el único culpable era yo por no haber continuado aquel día que perdimos el control.
Me terminé de romper al levantar su bolso y ver el empaque del preservativo.
Ahora solo podía observar a Sky ser feliz con Andrew.
Continuará...

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