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Frank aún no se iba, y eso no me molestaba, solamente era raro para mí estar cerca de él, sabiendo que todo el resto de cosas que apenas recordaba, eran parte de mi cabeza, tal vez sueños que tenía cuando esas pastillas para dormir estaban haciendo efecto en mi cuerpo. Mi imaginación me llevó hacia miles de teorías mientras hojeaba mi diario, leer algunas cosas me daba vergüenza, así que lo hacía rápido, buscando alguna respuesta. Solamente eran dibujos sin acabar, hojas vacías y unos cuantos poemas tétricos, me había sorprendido también al hallar un dibujo de Frank, que ni loco le enseñaría, solamente dejé escapar un sonido de vergüenza y él levantó su rostro de la cama.
"¿Encontraste algo?" Preguntó, era demasiado curioso para su propio bien, sólo negué y lo miré, así como estaba, podría terminar de dibujarlo, aunque mi pereza era demasiada realmente.
"Siento vergüenza al leer algunas cosas, se siente como si- sonaran muy inmaduras, ya sabes, algunos de mis problemas no son tan grandes como los de otra gente en el mundo". Dije, con un tono divertido, a lo que él respondió con una negación, probablemente diría algo demasiado sabio para nuestra edad, algunas veces odiaba eso.
"Tus problemas son grandes para ti, que otras personas tengan otros problemas, no le quita el peso a los tuyos, Arthur." Usaba mi segundo nombre para molestarme, solamente chasqueé mi lengua y me levanté de la silla frente a mi escritorio, con mi diario en mano, le dije que me hiciera espacio en mi cama y me recosté, creo que de a poco iba importándome menos que él supiera todo lo que escribía, le tenía bastante confianza.
"No me digas así, suenas a Donna cuando está enojada y me llama por mi nombre completo". Él soltó una risita y de pronto comenzó a desesperarse a medida que hojeaba el diario, intentando alejarse de a poco, yo fruncí el ceño y lo miré. "¿Qué pasa?"
"Es que- bueno, mientras estabas en el hospital, te escribí una carta, está en el sobre al final." Sus mejillas estaban rojas, lucía adorable, sólo pude reírme, no en un tono de burla, solamente fue una reacción nerviosa, jamás me habían escrito una carta. "Pero no la leas ahora, Gerard, léela cuando me vaya a mi casa, por favor." Estaba realmente apenado, buscaba la forma de librarse de mi mirada, algo en eso hizo que me riera aún más, y él terminó por empujar la almohada contra mi rostro.
"Voy a leerla." Dije, saliendo de abajo de la almohada, buscando ponerme de pie por si intentaba quitarme el cuaderno. "Vamos, voy a morir de curiosidad." Intentaba molestarle, él yacía de brazos cruzados, frustrado, intentaba replicar alguna cosa para detenerme, pero yo ya me encontraba desdoblando una hoja, con mis manos temblando un poco por el nerviosismo, dejé el cuaderno sobre mi escritorio y terminé trepándome a este, sentado encima de la madera, con mis piernas colgando, la letra de Frank era horrible, pero lograba entenderla.
"Gerard, si lo haces, me voy". Fue su última objeción, pero no me detuve, no había notado que Frank había dejado de estar divertido desde hace mucho, así que en un tono aún más burlón comencé a leer su carta en voz alta.
"Querido Gerard, te escribo esta carta mientras aún estás dormido, me asustaste demasiado, idiota. ¿Qué tal si tu madre llegaba tarde ese día y ya no despertabas más? Me iba a quedar sin mi mejor amigo, sin mi monstruo punk. ¿Qué sucedió contigo? Te alejaste demasiado las últimas semanas, creía que ya no querías saber de mí, intenté muchas veces acercarme.
Cuando salgas del hospital, me gustaría saber qué fue lo que pasó, qué te llevó a sentirte así de sólo cuando en realidad nos tenías, me tenías a mí, a tu madre, a Ray, a Mikey, e incluso a mi propia mamá. Me gustaría poder tener la oportunidad de entregarte esto, si es que llego a juntar el suficiente valor, sabes que detesto escribir sobre lo que siento, y llevo muchos días triste, preguntándole a Linda y a Donna si puedo quedarme a dormir en el hospital, aunque me asusten mucho, imagino que cuando despiertes, voy a estar allí y voy a decirte lo idiota que eres por intentar dejarme, ¿no que íbamos a conocer todas esas bandas juntos? Te detesto un poco, ¿sabes? Porque a veces eres demasiado injusto.
Sé que no soy una gran compañía, no sé tantas cosas como tú, pero me gusta ser tu amigo, escucharte alardear sobre todas las cosas que sabes sobre arte y música, incluso sobre cómics, por cierto, nos permidos la "comic con" de este año, Ray y Mikey querían ir, pero les inventé que estabas enfermo, y que no podía abandonar a mi mejor amigo, así que en tu honor, me vi algunas películas de Batman. No te voy a mentir, lloré un poco, y te extraño en niveles inimaginables, no sé si sea tan normal este peso en mi pecho, el de las últimas semanas, cuando estabas en casa y no me dejabas verte, se asemeja un poco a lo que siento ahora, pero los doctores dicen que vas a estar bien.
Frank no se había ido, pero yo apenas podía continuar, tenía un nudo enorme en mi garganta, y lo escuchaba a él sollozar bajito, en posición fetal sobre mi cama.
"Sigue, idiota". Escuché que dijo, en algún esfuerzo luego de un sollozo más fuerte. Sólo pude tragarme el nudo y carraspear, aunque mi voz sonaba chillona ahora.
"Hay muchas cosas que quiero decirte, Gerard, algunas no me animo aún, pero luego pienso en que estuviste a punto de morir, y que en realidad, todos podríamos morir en cualquier momento y entonces sería demasiado tarde para lo que sea, es por eso que cuando leas esta carta, pueden pasar dos cosas: La primera, vas a quererme lejos de ti y tu familia, probablemente me odies y creas que soy un raro, más raro de lo que por sí soy, y la segunda: vas a tolerarme cerca, y eso de por sí ya me hará sentir conforme, porque tampoco espero que pase algo."
Antes de que pudiera continuar, tenía a Frank enfrente de mí, bajé la carta y lo vi con su rostro lloroso, extendió su mano para que le diera la carta de nuevo, así que lo hice, no quería pelear, no cuando ahora me sentía culpable, el peso en mi pecho se instaló, pero me distraje al comenzar a oír su voz alta, leyendo su propia carta. "Cuando leas esta carta, y cuando me veas la próxima vez, luego de saber que voy a escribir líneas más abajo, vas a tener que reaccionar de una u otra forma, si me aceptas, vas a darme un abrazo, y si no, vas a tener que dejar un beso en mi mejilla, sé que suena dramático, pero mientras escribo, siento que voy a ahogarme en lágrimas. Gerard, tú sabes que eres el chico más genial que conozco, y creo que es evidente y casi boba la admiración que tengo por ti, pero en el último año, algo en mí cambió, y a pesar de luchar contra eso, solamente tuve que aceptarlo, porque no me hace sentir mal en lo absoluto, y la verdad es que me gustas..."
Frank continuó leyendo, pero me perdí en las últimas palabras, tenía demasiado miedo ahora, e intenté disimularlo, me puse de pie de nuevo y me senté sobre mi cama, él aún lloraba, a pesar de continuar con la lectura. Quería hacerme pequeño, así que fui recostándome sobre el mullido colchón, mantenía mi vista en él, pero de a poco fue haciéndose borrosa por las lágrimas, sentía que los había arruidado a todos, y él estaba diciéndome aquello, como si yo pudiera cargar con los sentimientos de alguien, cuando apenas puedo con los míos; a la vez, sentía que los sollozos estaban rompiéndome el pecho, así que de nuevo tuve a Frank cerca de mí, dejó la carta a un lado para meterse a la cama, detrás, y abrazarme con fuerza desde la cintura.
"Lo siento, Frank, lo siento."