el monstruo punk del otro.

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Frank se había dormido luego del llanto, estaba aferrado a mi espalda, podía sentir su mano tomando en un puño mi camiseta, y no supe qué hacer, solamente me mantuve quieto, pensativo, mirando hacia la puerta de mi habitación. La carta que me había escrito Frank estaba arrugada en el suelo, y todas esas palabras pasaban por mi cabeza; el peso de la culpa se había hecho más y más pesado, y sentía que estaba ahogándome, siempre sentía que estaba ahogándome. Quería girar y ver su rostro mientras dormía, pero no quería que algún movimiento mío le despertara, y tuve esa sensación extraña, la de sentir que estás entre dormido y despierto, viviendo en medio de ambas circunstancias. 

Recordaba momentos con Frank, antes del suceso, esa era mi forma de decirle a algo tan grabe, "tal vez es momento de que dejes de quitarle importancia" me dijo algo en mi cabeza, pero eso era todo lo que podía hacer, incluso conmigo mismo, si me daba tanta importancia, terminaría de nuevo en un hospital, o tal vez por fin dejaría de sentirme ahogado, no sabía en qué momento las cosas que sentía se habían vuelto tan pesadas para mí. ¿Un chico de dieciséis podía permitirse eso? Sentía que el peso de mis problemas, no se ajustaba a mi talla, tal vez eran problemas heredados, heredados de otra vida, o de otra generación, como los problemas que tenía mi papá. ¿Eso me hacía igual que él? 

Mi cabeza hacía un recorrido rápido sobre pensamientos aleatorios, pero siempre regresaban a Frank, a Frank y sus palabras, a Frank y nuestro perro, a Frank y a ese apodo secreto que ambos teníamos, éramos el monstruo punk del otro, y ni siquiera recordaba con exactitud cómo había nacido eso. 

Era el nombre de un poema, el poeta le llamaba así a su soledad, "mi monstruo punk", su soledad le asustaba, le hacía sentir a la deriba, pero también le hacía descubrir cosas sobre sí mismo, le hacía descubrir qué cosas le agradaban, le divertían, convertía a la soledad en su amiga, tal vez como un perro, o algún amigo personificado, una persona; al mismo tiempo, su soledad era brutal, como un monstruo, ¿y punk? No lo sé todavía, Frank y yo no éramos buenos para describir poemas, o darle un mayor sentido, sí éramos un poco imaginativos, y pensamos que "punk" sonaba cool. Entonces, cuando nos llamábamos, él me decía "¿Hablo con mi monstruo punk?", y había un momento de risas, y yo le respondía que sí, que sólo hablaría si era "mi monstruo punk" el que estaba hablando. Ambos éramos el monstruo del otro, Frank también era solitario, a pesar de que ambos nos juntábamos con Mikey y Ray, pero esos dos eran mejores amigos al mismo tiempo, y los cuatro no éramos mejores amigos, sólo éramos cercanos, yo no había tenido un mejor amigo hasta que conocí a Frank, y él me decía que yo era el suyo, y ese sentido de pertenencia me hacía sentir como si en verdad estuviera bien utilizada esa palabra, "suyo". Pero ahora, estaban esos otros sentimientos de Frank, ¿qué hacen las personas cuando el amor de su amigo se convierte en otra cosa? ¿En otro tipo de amor? ¿Eso era? ¿Eso me asustaba? Sí, me asustaba, yo no sabía demasiado sobre ninguna cosa, sobre todo si incluían sentimientos, si incluían cosas como tocar, besar y hacer feliz a otra persona, yo no sabía cómo hacerme feliz a mí mismo, probablemente ya había estropeado la vida de todos aquí.

Tuve que suspirar un momento, y a la vez, aflojar el agarre de Frank sobre mi camiseta, estaba allí, en mi pecho, y mi pecho se sentía repleto, o tal vez era mi cabeza, y mi cabeza estaba conectada con todo el cuerpo, así que seguramente tenía algo que ver con mi malestar general. Me levanté despacio y cubrí a Frank con una manta, me quedé arrodillado a un lado de la cama, mirándolo, sentía que iba a llorar en cualquier momento, quería decirle ahora, "no sé cómo no lastimarte, en serio lo siento, Frank", pero no me animaba, solamente estiré una mano hasta tocar su cabello, quitando un par de mechones de su frente. 

Al mismo tiempo, mi madre había abierto la puerta de mi habitación, la puerta que no tenía seguro ahora, porque yo había perdido mi derecho a la privacidad, ella nos vió en ese momento, en realidad solo me vió acariciar el cabello de Frank, y aquello me había hecho sentir tan avergonzado. Me pregunté si en algún momento dejaría de sentir vergüenza de todo. Luego de eso, salí de la habitación y la seguí hasta la cocina, ella tomó asiento frente a la mesa y copié su acción, solo que estaba enfrentado a ella. 

"Así que mi puerta no tiene seguro". No planeaba iniciar una discusión, soné tranquilo, ella bebía un poco de té verde. 

"Por el momento, sí". Ella también había sonado tranquila, mordí mi labio inferior, no sabía cómo hablar con ella, estaba cansado, tal vez regresaría a dormir al lado de Frank, y a hacer que su mano tomara con fuerza mi camiseta, para sentir que al menos le pertenecía a algo. 

"¿Entonces nada de intimidad?" 

"La intidimidad te llevó a aislarte demasiado tiempo, y sé que en parte es mi culpa, así que no quiero dejarte sólo por aquí". Todos mencionaban algo sobre la culpa, la culpa me tenía harto también, ahora solo deseaba no haberlo intentado, para que todos dejaran de sentir algo de culpa, ese algo de culpa que en realidad era mía. 

"No es tu culpa, mamá". Dije, no soné tan firme como quería, tan firme como sonaba ella, quería escabullirme pronto a mi habitación. 

"Lo es, Gerard. Fue un completo error hacer que cargues con el peso de toda una casa encima de ti, quería trabajar y trabajar, olvidar los problemas, y en ese ciclo vicioso, olvidé por completo que eres mi niño". Ella estaba llorando, su mano temblaba mientras tomaba esa taza, y yo sentía que tenía una tormenta en mi pecho, detestaba llorar frente a las personas, así que me contuve con todas mis fuerzas, tampoco quería que ella me tocara, así que le mantuve la mirada.

Estudié sus palabras en mi cabeza, "mi niño", el "mi" no sonaba a pertenencia, todas sus palabras estaban cargadas de culpa, y yo no quería ser ahora su niño solo porque había intentado suicidarme, quería ser su niño solo porque era así, no porque tuviera miedo de perderme. Quería sentir que lo decía porque me amaba.

Todo eso de amar era difícil de entender para mí, sobre todo por la parte de la culpa. Donna se culpaba, Frank se culpaba. Pero al menos sentía que Frank era honesto, porque yo sentía que le pertenecía mucho antes de que todo sucediera. 

mi monstruo punk. » frerard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora