el monstruo y la suciedad.

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ADVERTENCIA: este capítulo hace referencia a abuso sexual, uso de drogas y autolesión. POR FAVOR, si te sientes abrumadx al leer sobre ese tipo de cosas, y te afectan de algún modo, no lo hagas, cuida tu salud mental. si atraviesas alguna de esas situaciones, te recuerdo que NO ESTÁS SOLX, no es tu culpa, por favor busca ayuda en amigos, familia o incluso en las líneas telefónicas de tu país, tqm. 

 gracias por leer. xoxo



-35-


Mis pies parecían tener mente propia en cuanto me había adentrado a aquella casa, estaba actuando de forma mecánica, no sentía nada, mis emociones estaban tan apagadas que creía que hacer algo distinto me llevaría a despertarme, a sentir algo. Estaba adormilado por la tristeza, el hambre, la fatiga, me sentía en mi piel y huesos, mis ojeras se marcaban violáceas por la falta de sueño, y la música dentro del lugar invadía en mi cerebro, amenazando con tumbarme al suelo.

Dentro había humo, personas que nunca antes había visto, a excepción de Jepha y Bob, quienes me habían invitado, el olor a cigarro mezclado con otra cosa llenaba mis pulmones, haciéndome sentir mareado, el dolor de cabeza también estaba presente, como un recordatorio de lo horrible que habían sido mis días hasta ese momento, tal vez buscaba ponerle un fin. Me pasaron un porro, al que acepté casi de inmediato, era una mala idea, como todas las que había estado tomando en silencio, no sabía fumar porros, era mi primero, pero en cuanto comencé a tocer por falta de oxígeno, me prometí que sería el último, aún así no lo dejé, me fui de aquella ronda con el porro en mis manos, me ofrecieron un vaso rojo con lo que supuse era cerveza, y lo bebí hasta ver el fondo blanco, de nuevo el porro estaba entre mis labios, y esta vez, el humo amargo recorría mi cuerpo, llenaban mis pulmones y me hacían sentir que mi cabeza era más liviana de lo que parecía, y que mis pies no estaban tocando el suelo realmente, la gente que cruzaba por aquel pasillo me veía con una sonrisa en la cara, y yo a ellos, era un completo desconocido, estaba seguro de que nadie allí sabía mi nombre, ni de donde venía, hasta yo mismo era un completo desconocido para mí. Estaba asustado en cuanto comencé a notar que todo daba vueltas, pero yo seguía de pie, con mi espalda recostada contra la pared, con los ojos cargados de lágrimas, sintiendo lástima de mí mismo, por alejar a todos, por ponerme en esa situación solo para qué, ¿para acabar peor? 

Michael y Ray ya no me buscaban, y para mí era lo mejor, también había evitado ver a Frank, le suplicaba a Donna que le dijera que no estaba, o que no quería verlo, y tras insistir, se cansó de venir a mi casa, lo veía por mi ventana, veía su gesto triste y la forma en la que caminaba cuando se iba, y yo tan solo me odiaba un poco más, por lastimar a quienes amaba, a quienes les importaba. 

Una lágrima no soportó su peso en mi cuenca y tuvo que resbalarse por mi mejilla, la sequé de inmediato, no quería verme aún más patético frente a esas personas desconocidas, de lo contrario, no me sonreirían, me mirarían con lástima, con esa lástima que encontraba en la mirada de Michael y Ray, en la de mi madre, en la de Frank, odiaba que sintieran lástima, odiaba ser tan débil, no poder cuidar de mí mismo. 

Me convencí de que las cosas estarían bien si comenzaba a caminar por aquél festivo y poco iluminado pasillo, la casa no era de las mejores construcciones que había visto en mi vida, recuerdo que al llegar había visto un grafiti con letra poco legible que recitaba "fuck off" al costado, me pregunté qué clase de padres dejarían que sus hijos escribieran algo como eso fuera de su vivienda, mi humor estaba empeorando, y el pasillo parecía ser eterno, mi cuerpo estaba tan cansado, sentía que si alguien hundía su dedo en mi carne, podría dejar un moretón. 

mi monstruo punk. » frerard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora