Un Error Imperdonable [Cinco Y T/n]

12. Preocupación.

— ¿Cómo vas con la apuesta? —pregunto Diego.

Ocho y su hermano estaban en la biblioteca, todo había estado en silencio pues leían, hasta que el chico decidió sacarse esa duda de la cabeza.

— ¡Cállate! —miro a todos lados para ver si Cinco estaba cerca.

— Tranquila, Cinco no está aquí.

— Voy bien —suspiro volviendo su vista al libro—. Voy bien o bueno eso creo.

— Perfecto, recuerda que serás su novia poco tiempo.

— Aún no soy su novia, con trabajo intento ser su "amiga", luego lo voy a enamorar.

— Bueno cuando lo seas, solo serás su novia dos semanas y si lo logras tendrás tu pago, pero debes romperle el corazón así ganaras mas dinero.

— ¿Porque esto tiene que ser tan difícil? —murmuro y apartó el libro de su vista—. Si lo se, estoy planeando como romperle el corazón de la peor forma no me echare para atrás o eso intentare —murmuro al final.

Por el lado de Cinco, él estaba en el lugar de entrenamiento, pues estaba solo. Tocaba su guitarra tranquilamente cuando Ben lo vio, Cinco trato de ignorarlo, pero fue imposible cuando Ben le hablo.

— Eres una caja de sorpresas, Cinco.

— ¿Que haces aquí? Hoy no hay entrenamiento.

— Lo se, es solo que me pareció oír ruidos y como nadie viene aquí a menos de que haya entrenamiento... Pues se me hizo raro.

— ¿Porque crees que elegí esté lugar para estar solo?

— Relájate, así que, tocas guitarra... ¿Qué más tocas?

— Piano... pero ese no es el punto, debo irme —exclamo comenzando a recoger sus cosas.

— Espera... No te eh agradecido por lo que hiciste por Vanya. Se que hemos tenido problemas, pero te agradezco por ayudar a mi novia.

— Aunque ella no es mi hermana vive aquí, obviamente la iba a ayudar.

— Cinco entiendo tu furia, pero eh visto como has hablado con _____ y...

— ¿A qué vienes? ¿A decirme que me aleje de ella?

— No... Solo que quería ver si son amigos.

— Amigos... —murmuró com burla—. Quieres saber si _____ y yo somos amigos.

Cinco, se quedó en silencio por unos segundos hasta que comenzó a reír.

— ¿Que es tan gracioso? 

Cinco dejo de reírse lentamente y puso una mirada seria.

— Ben te conocía lo inocente, pero no lo idiota. Piensas que ____ es mi amiga ¿No? Pues déjame decirte que no, yo no confío en nadie. Y si llegara a confiar en ella, créeme que nunca lo sabrían. Que tengas bonito día —se tele-transportó del lugar sin ninguna otra palabra.

Por el lado de ocho nuevamente, ella estaba buscando que leer, cuando Cinco llegó a la biblioteca, Diego ya se había dio.

— Rara —dijo intentando llamar la atención de la chica, recargado en un librero detrás de la chica.

— Hola, Cinco. ¿Que hay de nuevo?

— Nada, oh bueno... —vasilo y la chica solo lo miro un momento antes de seguir buscando un libro—. Ben es raro —cruzo sus brazos.

— Para ti es raro todo el mundo —tomo un libro mientras daba un suspiro.

— Lo sé, pero Ben realmente es raro —ocho abrió el objeto en sus manos sin mirarlo aún—. Me preguntó que si tú y yo somos amigos... ¿Tu sabes por qué?

La chica dejo caer un libro mientras se puso pálida del rostro.

— ¿Estás bien, rara? Estás pálida... ¿Te sientes mal?

— No, digo yo me siento bien... ¿Q-Que más te dijo?

Cinco le contó toda su conversación y al terminar de relatarla ocho solo se fue corriendo del lugar.

En ese momento Cinco se dio cuenta que se había preocupado por la persona que menos quería que le interesara. Y no dejo de preguntarse si era bueno ese sentimiento de preocupación.

Sin duda alguna el plan de ocho lastimosamente había funcionado.

Pronto, Cinco comenzaría a sentir seguridad y comodidad con ella, mismas que después lo mataría y ocho lo sabia perfectamente.